Arte
Silvia Bächli
Galería Peter Freeman Inc, Nueva York. Del 24 de febrero al 2 de abril
24 febrero, 2011 01:00Silvia Bächli: Untitled, 2009.
Siempre es reconfortante encontrarse con el trabajo silencioso de Silvia Bächli. Su individual en Peter Freeman Inc., su segunda en la galería neoyorquina, es una parada muy recomendable.
La exposición que ahora presenta en la galería Peter Freeman Inc, está compuesta por trabajos realizados recientemente reunidos bajo el título Fjall. Se trata de un término islandés que designa el paisaje de la zona montañosa del norte del país. Todos sus últimos trabajos están basados en las diferentes formas y gamas cromáticas que ha visto en este rincón del planeta, duro y remoto. La exposición presenta una novedad: hay obras que muestran una cierta profusión tonal que es inusual en su paleta, colores más variados, sin ser del todo encendidos, pero sí tratando de avanzar más en un registro cromático que anteriormente no excedía los tonos ocres y grisáceos. Rojos, azules, verdes y amarillos se instalan ahora en sus papeles con lentitud, trazos lánguidos y acuosos que son el sello característico de su trabajo.
Los motivos habituales de Silvia Bächli no son demasiado complejos si bien aparecen reducidos a abstracciones que son a menudo ilegibles. Se trata de formas antropomorfas que aparecen suspendidas sobre los fondos blancos, o espacios domésticos, comunes a todos pero muchas veces indescifrables tras pasar por su tamiz reduccionista. Una de las obras en exposición, Untitled, 2010, que acompaña a estas líneas, ofrece tan solo un puñado de líneas que corren paralelas. Es tal vez, la fracción de un recipiente, o el ángulo de una ventana... No lo sabemos. Pero sí percibimos una línea temblorosa y frágil, otra marca de la casa, que no acierta a definirse plenamente pues aparece desligada de su contexto, convertida casi en signo fugaz e inasible.
Son paisajes mentales más que tangibles. Bächli dijo no hace mucho que no quiere "hacer trabajos 'periodísticos', que puedan decirse en otros idiomas. Dibujar es sumergirse en un territorio desconocido y vagar en él, creando y explorando espacios y jugando con el límite del papel". La artista suele montar sus piezas en grandes polípticos o, si no, en una trama bien definida. Se trata de crear una suerte de musicalidad. Los motivos que pinta tienen la misma relación con el papel que las obras con el espacio en que se muestran. Así, se subraya la experiencia a dos niveles, la del dibujo y la de cómo lo percibimos sobre el lugar.