Vinos

Estos son los deliciosos albariños de la “hija buena”

La bodega Fillaboa, perteneciente al Grupo Masaveu, presenta las nuevas añadas de sus blancos de Rías Baixas.

24 marzo, 2023 07:19

Ya producían vino blanco de albariño, embotellado y etiquetado, en el siglo XIX, e incluso a finales lo exportaban a Cuba. La finca Fillaboa, en gallego “hija buena”, está situada en un meandro del Miño donde se junta con el rio Tea, y tiene a Portugal enfrente. Según se sale de Salvaterra de Miño, a cuyo término municipal pertenece, la vista de la finca desde un pequeño promontorio es un espectáculo, con sus 70 hectáreas de viñedos perfectamente alineados, su puente romano de entrada, su valla de piedra, su pazo, con el río al fondo.

Pertenece a la denominación de origen Rías Baixas, en la subzona de Condado de Tea, la más occidental, río arriba hacia Ourense. Es la zona más soleada de la denominación y donde conviven otras variedades como la treixadura y la loureira; aunque en Fillaboa sólo hay albariño.

A principios del siglo XX, dejaron de producir vino y tras varias vicisitudes se dedicó a lo mismo que un gran porcentaje de fincas pontevedresas, al cultivo del kiwi. En 1988, cuando se constituye la denominación de origen, los propietarios de la finca, la familia Barrera, dueños de una naviera y armadores de Vigo, la trasforman otra vez, y sustituyen la fruta neozelandesa por uva albariño. Son auténticos pioneros en la elaboración y comercialización de toda la zona. Plantan los viñedos, que ya tienen sus 35 añitos, montan la bodega, y contratan a una jovencísima Isabel Salgado al frente de la enología.

La firma y los vinos ya contaban con un merecido prestigio cuando en el año 2000 la propiedad es adquirida por la familia Masaveu. Ellos son una reconocida saga de empresarios y banqueros asturianos que deciden poner en marcha un grupo bodeguero. Al frente José Masaveu, un hombre joven, con las ideas muy claras, que controla eficientemente todo el grupo. Este empezó por Bodegas Murua, en Rioja Alavesa; luego con Pagos de Araíz, en Navarra; también tienen Bodegas Leda, en Tudela de Duero, fuera de la D.O. Ribera de Duero, pero en su entorno geográfico, y con vecinos como Bodegas Mauro o Abadía Retuerta.

Tienen una participación importante en Aalto, esta sí dentro de la D.O. Ribera de Duero. Y, por último, una curiosidad: un empeño personal de José Masaveu, que tras innumerables pruebas dio en el clavo con una sidra de hielo, espectacular, elaborada a partir de una extensa finca de manzanas en Asturias, que se llama Valverán, y que es con casi toda seguridad, a mí juicio, la mejor que se hace en España.

BODEGA FILLABOA-VI+æEDOS

BODEGA FILLABOA-VI+æEDOS

En Fillaboa lo mejoraron todo, reconstruyeron el pazo, inteligentemente mantuvieron a la brillante enóloga en su puesto, estudiaron los terrenos, los diferenciaron en 11 pagos distintos, y de uno de ellos, Monte Alto, hacen una marca especial de alto nivel. Bueno, realmente de alto nivel son todos los vinos. El Fillaboa joven 2022 del que hacen 180.000 botellas de media al año, y que permanece seis meses sobre sus lías finas, es un vino fresco, directo, elegante, con mucha manzana, cítricos, laurel; y una boca con nervio y energía, pero con enjundia, volumen, muy fresca. Su precio es de 15 euros.  

BODEGA FILLABOA-FILLABOA

BODEGA FILLABOA-FILLABOA

El Fillaboa Selección Finca Monte Alto del 2020, con 12 meses de crianza entre lías y con una producción de 13.000 botellas, es un vino bien armado, donde aparece en nariz la fruta madura, un toque tostado, ligeros cítricos y piel de naranja; y una boca untuosa, con grasa, volumen, sabrosa y con una acidez bien definida que le da frescura y longevidad. Su precio es de 22 euros.

Cierra la colección de vinos uno muy especial, se trata de La Fillaboa 1898, en esta ocasión de la añada 2016. Se llama así porque se encontró documentación de una partida de vino que en aquel año se envió a Cuba con el nombre “Vino del Condado de La Fillaboa”. Y es muy especial porque procede de un depósito que Salgado dejó con sus lías en 2010, a ver cómo iba evolucionando. El resultado ha sido soberbio y ya han hecho varias sacadas de unas 1.800 botellas en cada ocasión. Todo un acierto. Concretamente presenta una nariz muy fina, elegante, con fruta madura de hueso como el melocotón, frutos secos; y en la boca es graso, sabroso, contundente, con un excelente paso ligado a una fina acidez. Un gran vino cuyo precio es de 55 euros.

La “hija buena” sigue dando satisfacciones a sus propietarios, como se supone que aquella joven dio a sus padres para que a la gran finca la llamaran Fillaboa en su honor.