Lejos queda la fecha de 1935, año de fundación de la cooperativa (Agrícola Castellana). Este fue el primer nombre de un proyecto de vinos que buscaba rentabilizar la producción de uva de los viticultores de la comarca. Hoy, y ya bajo el nombre de Bodega Cuatro Rayas, la firma no ha perdido ni un ápice de su espíritu cooperativo, que es la base con la que nació el proyecto al que siguen vinculadas más de 300 familias.

Sus socios más mayores cuentan que el origen de los vinos de la bodega cooperativa se lo deben a la receta de un médico. Esta historia tiene mucho que ver con el verdadero impulsor de la bodega lasecana, hace más de 80 vendimias: Fermín Bedoya, el médico de la localidad, fue quien aglutinó a un grupo de viticultores creando una cooperativa que les permitiera sacar el mayor partido posible del trabajo en las viñas. Con esa peculiar ‘receta’ médica –la que aconsejaba unirse en una empresa colectiva- era imposible que las cosas no salieran bien. El objetivo era rentabilizar el trabajo de la viña y poder comercializar el vino de todos.

Esa receta ha llegado hasta nuestros días pues, en pleno siglo XXI, la bodega sigue situada en el mismo lugar y forman parte de ella muchos nietos de aquellos viticultores que creyeron y apostaron fuerte por la receta del médico rural. Hoy, sin perder esa filosofía ni el caudal humano de más de trecientos socios viticultores, la bodega ha sido capaz de asumir la innovación, la tecnología y los formatos de marketing más punteros para comercializar los vinos de una amplia masa de viticultores que hoy llegan a miles de puntos de venta en toda la geografía nacional e internacional.

El nombre actual se debe a un pago del que se decía, en los años cincuenta, que se encontraban los mejores viñedos de la cooperativa y en el que confluían cuatro términos municipales: La Seca, Rodilana, Medina del Campo y Rueda. El Pago de las Cuatro Rayas es todavía propiedad de la bodega cooperativa y está acogido a la Denominación de Origen (DO) Rueda.

Compromiso social, uno de los secretos del éxito 

Ubicada en la localidad de La Seca, corazón de la DO Rueda, Bodega Cuatro Rayas produce en torno al 16% de la producción de la denominación de origen, una zona cuyos vinos suponen más del 10% de las ventas de vino en España. Sus socios poseen más de 2.500 hectáreas de viñedo propio. Cuatro Rayas es una marca líder cuyo nombre aglutina la pasión por la uva de trescientos viticultores. Es una bodega cooperativa referente de la calidad en la elaboración de vinos blancos de la DO Rueda en España. Es, asimismo, buque insignia de la denominación en unos sesenta países. El eslogan de la bodega ‘Cuatro Rayas el Verdejo de Rueda en El Mundo’ es sin duda una frase que resume nuestra filosofía. 

Más de 400 familias, entre socios y trabajadores, que viven en su mayoría en una treintena de pueblos de las provincias de Valladolid y Segovia, viven de lo que les aporta la bodega. La producción supera los 16 millones de botellas en una gran variedad de marcas favoritas en el consumo del vino blanco en España y son los líderes indiscutibles entre los consumidores de Castilla y León, el hogar de la Denominación de Origen Rueda.

Las ventas internacionales refuerzan la cuenta de resultados, con una presencia notable en el mercado alemán, seguido de Holanda y Gran Bretaña (entre una lista de más de 50 países, incluyendo Estados Unidos, Rusia, México, China o Japón). Aunque Cuatro Rayas es la marca insignia de la bodega, también posee más de 30 marcas que están disponibles en todo el mundo, incluyendo Amador Diez, Azumbre, Cantarranas, Visigodo, Nave Sur, y Bitácora… 

Tecnología de última generación

Con más de ochenta años de historia, Bodega Cuatro Rayas presume de unas modernas instalaciones en las que cohabitan la tradición y la modernidad y que dan lugar a la elaboración de vinos de calidad. Además, la bodega ha sido certificada con las normas de calidad BRC (British Retail Consulting) e IFS (International Food Standard), imprescindibles para comercializar en los mercados europeos.

Estas certificaciones avalan el interés de la cooperativa por lograr unos excelentes estándares de calidad en todas y cada una de las fases de elaboración de sus productos. Cuenta, asimismo, con la certificación Europea de Agricultura Ecológica y de producto Vegano en varias de sus principales referencias.

La producción del vino en Bodega Cuatro Rayas, un trabajo en equipo

Esa mezcla de tradición y tecnología conforman una sinergia que resulta de gran ayuda para lograr que la experiencia de beber un vino blanco sea perfecta. Los más de ochenta años de historia y los cuarenta del que hasta hace muy poco era uno de sus enólogos, Ángel Calleja, que sigue siendo socio y rector de la cooperativa, junto con la tecnología más puntera para controlar todos los procesos permiten mantener la máxima calidad añada tras añada.

Desde la fundación de la bodega en 1935, el proyecto vitivinícola ha tenido como pilar fundamental el trabajo en equipo, una especial unión entre el viticultor que mima la uva y el enólogo que hace que ese fruto exprese sus mejores características en forma de vino. En la actualidad, Bodega Cuatro Rayas cuenta con un departamento de enología en el que destacan dos amantes de la elaboración de vino que pertenecen a dos generaciones diferentes y que son el mejor ejemplo de colaboración entre profesionales.

Siguiendo el testigo de Ángel Calleja, la que es la primera generación y que durante cuarenta vendimias fue el principal baluarte del vino de Cuatro Rayas y de la Denominación de Origen Rueda, están Elena M. Oyagüe, directora Técnica que suma una veintena de años de labor y dedicación a la bodega, y Roberto L. Tello, enólogo que con apenas un lustro a sus espaldas ya ha demostrado que las nuevas generaciones también tienen mucho que decir en el mundo del vino.

‘61’ Vermouth Verdejo

El joven enólogo Roberto L. Tello fue el encargado de dar a luz el primer vermú de bodega con carácter cien por cien verdejo y que lleva por nombre ‘61’ Vermouth Verdejo, siendo el 61 un guiño a la primera marca de vino que embotelló la ahora conocida como Bodega Cuatro Rayas allá en la década de los años cincuenta. De hecho, dicha marca, es la que todavía lleva en la actualidad su vino con más solera, el ‘61’ Dorado, un generoso que es testimonio histórico de las elaboraciones primigenias de la D.O. Rueda. 

‘61’ Vermouth Verdejo, embotellado en una botella jerezana para reivindicar su personalidad vinícola, está elaborado en su totalidad con uva verdejo y es fruto de la unión de un cincuenta por ciento de vino fermentado en barrica criado sobre lías y otro tanto de verdejo joven. El objetivo es que el resultado, macerado con la selección de botánicos escogidos por Roberto L. Tello, exprese y respete el carácter de la uva verdejo.

La mezcla del verdejo junto a las esencias de los botánicos le dan a este vermouth un color caoba con reflejos ambarinos, aroma intenso, donde predominan aromas de monte bajo como son hinojo, flor de saúco con toques de tomillo y romero, tan característicos de la variedad Verdejo. Boca equilibrada con un final amargo, agradable y largo, dejando los recuerdos balsámicos encontrados en nariz.

Su nombre hace referencia a la primera marca que embotelló la bodega en el año 1950 y su origen se remonta al año 1938, cuando la jovencísima cooperativa empezaba a concentrar los esfuerzos de sus socios que, hasta entonces, elaboraban esta tipología en sus propios domicilios siguiendo las pautas de trabajo heredadas de sus antepasados. En aquella añada de 1938, los socios decidieron llevar el vino a la bodega por primera vez e introducirlo en grandes tinos. Eligieron el mejor que tenían con un objetivo claro: elaborar añejado de forma comunitaria y en la casa de todos. Con los tinos cargados de vino, el depósito número 61 se reveló como el mejor de todos, por eso decidieron que ese sería el nombre que lucirían las primeras botellas: Fino 61. Nacía entonces la primera marca comercial de la cooperativa.

Algunas cifras de Bodega Cuatro Rayas

La cooperativa ha estrenado el año 2019 con el ímpetu y la fortaleza que otorga el trabajo bien hecho, tanto por parte de los socios como de los trabajadores que durante la pasada campaña llevaron a cabo una entusiasta labor. La facturación en 2018 alcanzó los 30 millones de euros.

Estas cifras confirman la solidez comercial de la bodega líder de la DO Rueda, tanto en el mercado de Alimentación como en el de Horeca, en ambos casos en el ámbito nacional como internacional. El aumento de la facturación es fruto del impulso de las ventas en hostelería, alimentación y exportación, canales donde se ha hecho hincapié en las ventas de vinos de alta gama gracias a los numerosos premios y altas puntuaciones de sus elaboraciones de Verdejo, Sauvignon y Tempranillo.