Restaurantes

Los restaurantes de La cuenta atrás para el verano, la novela de La Vecina Rubia

En La cuenta atrás para el verano, la primera novela de La Vecina Rubia, algunas cosas son ficción, pero los restaurantes son reales y son estos.

22 octubre, 2021 13:28

Lo confieso, no me escondo, me compré La cuenta atrás para el verano en la preventa y, aunque los tres primeros días intenté dosificar su lectura, al cuarto me vine muy arriba y decidí ir con todo para acabármela del tirón.

Tengo que admitir que me ha gustado más de lo que esperaba y que me han sorprendido bastante algunos comentarios de personas que, sin haberse leído el libro, critican la novela solo por el hecho de no estar escrita por un escritor consagrado. Digo yo que los escritores consagrados en algún momento de su vida publicaron una primera novela cuando nadie los conocía, o igual es que se me escapa algo y resulta que Gabriel García Márquez, Carmen Laforet, María Dueñas, Almudena Grandes o Eduardo Mendoza, por citar unos cuantos, nacieron ya con media docena de obras publicadas.

Pero a lo que yo venía hoy no es a hacer una crítica del libro, de hecho me resultaría difícil explicar lo que más me ha gustado sin destripar cosas, por lo que me voy a dedicar a hablar de lo que solemos hablar en Cocinillas, de comida y de sitios en los que se come (y se bebe) bien.

Los restaurantes de la novela de La Vecina Rubia

Aprovechando que hoy es el cumpleaños de La Vecina Rubia, se me ha ocurrido que una buena forma de celebrarlo sería hacer un recorrido por los bares y restaurantes que aparecen en La cuenta atrás para el verano, que son sitios que existen en la realidad y en los que, quién sabe, igual algún día os habéis cruzado con la vecina.

Eso sí, para no destripar nada, a partir de ahora prometo hablar solo de los restaurantes sin comentar nada del contexto en el que aparecen. A quienes hayan leído la novela enseguida les vendrá a la mente qué es lo que sucede en cada uno de ellos y los que no la hayan leído aún seguirán teniendo la oportunidad de descubrirlo.

Lateral de Fuencarral

Está en el número 43 de la calle Fuencarral y pertenece al grupo del mismo nombre que cuenta con varios restaurantes en la capital. Este en concreto dispone de un local amplio y luminoso de ambiente acogedor en el que predomina la decoración en madera. Cuenta también con una terraza que tiene unas diez mesas.

Su oferta gastronómica está basada en tapas y pequeñas raciones de platos con muchos toques de cocina internacional, aunque no faltan clásicos como las croquetas, el rabo de toro guisado o las tablas de chacinas y quesos.

Tiene horario ininterrumpido desde por la mañana hasta la madrugada, por lo que, aparte de comer y cenar, también es posible disfrutar de un completo desayuno, una merienda tranquila o las primeras copas de la noche.

Azotea del Círculo

Nos encontramos esta espectacular terraza en la última planta del número 2 de la calle Marqués de Casa Riera, haciendo esquina con la calle de Alcalá.

Con unas vistas increíbles es el lugar perfecto para disfrutar de un cóctel a última hora de la tarde o para una cena disfrutando de la cocina del chef Manuel Berganza que, pese a su juventud, cuenta con una dilatada experiencia tras haber trabajado en las cocinas de chefs como Sergi Arola, Quique Dacosta o Grant Achatz. En 2012 se aventuró con un proyecto propio, el restaurante Andanada 141 en el Upper West Side de Manhattan que fue reconocido con una estrella Michelín.

En sus platos se aprecian bases de la mejor cocina mediterránea en equilibrio con sabores más internacionales.

El Viajero

Un antiguo palacete de amplios ventanales situado en la Plaza de la Cebada, en pleno corazón del barrio de La Latina alberga este restaurante de decoración ecléctica y confortable en el que puedes disfrutar desde un vermut a la hora del aperitivo hasta las copas de después de la cena.

Su oferta gastronómica está compuesta por raciones de clásicos como la tortilla de patata, las croquetas o la ensaladilla rusa; ensaladas varias; hamburguesas; bocadillos y algunas opciones más internacionales como como unos tacos de cochinita pibil o unas gyozas de verduras. 

Enma y Julia 

En este italiano de la Cava Baja con paredes de ladrillo visto, muebles rústicos de madera y manteles de cuadros al más puro estilo de las trattorias italianas que vemos en las películas, los celíacos e intolerantes al gluten son bien recibidos y cuentan con opciones que sí pueden comer ya que dispone de una completa carta sin gluten en la que no faltan las pastas y las pizzas artesanas con la masa que ellos mismos elaboran con harinas de arroz y maíz. 

Se trata de un restaurante familiar perfecto para una cena romántica.

Macarena Madrid

En el barrio de los Metales, muy cerca de la plaza de Legazpi, concretamente en el número 6 de la calle del Rodio está este restaurante de cocina andaluza con toques latinos y vanguardistas cuyo nombre rinde homenaje a la celebérrima canción de Los del Río.

Son famosas sus croquetas deconstruidas de jamón ibérico y los platos que preparan con atún rojo de Barbate, como el tartar o el tataki, que siempre están deliciosos.

Bonus Extra: Ibiza

En algunos pasajes de la novela la acción se traslada a la isla de Ibiza y, aunque no salen restaurantes propiamente dichos, sí aparecen dos establecimientos en los que cualquiera que se acerque seguro que disfrutará de un buen rato.

Tirapallá

Una terraza chill out que abre al caer la noche perfecta para tomar un cóctel disfrutando de la puesta de sol y compartiendo confidencias con la música de fondo. Sirven algunas tapas frías por si aprieta el gusanillo.

Ambiente ibicenco en estado puro es lo que encontramos en esta coctelería de la Carrer d'Alfons XII.

Hacienda Na Xamena

Un paraíso del lujo más exclusivo es este hotel que cuenta con spa y dos establecimientos de restauración: el restaurante Edén, más formal y con una carta en la que priman las materias primas de la mejor calidad que ofrece el entorno y una cocina ligada al paisaje y a la estacionalidad.

También cuenta con el espacio gastronómico By the Pool, solo para los clientes del hotel, que, aparte de ser el bar de aperitivos y cócteles de la piscina cuenta con menús rápidos y sabrosos como ensaladas, sándwiches o tapas.