El 25 de septiembre fue el día elegido para que Dani Brasserie, el nuevo proyecto del marbellí Dani García, abriera sus puertas en el nuevo hotel de lujo Four Seasons, un hotel que quiere posicionarse como el mejor de España en pleno centro de la capital. Contra todo pronóstico y en los tiempos difíciles que vive la ciudad, ha sido todo un éxito y es que lo tiene todo para triunfar: emplazamiento de lujo y todo el saber hacer de uno de los chefs más prolíficos del panorama actual.

2020, el año de Dani García

Pero antes de pasar a contaros cómo se come en el nuevísimo Dani Brasserie, dejadnos que os hablemos un poco de todo lo que ha conseguido Dani García durante este oscuro 2020. Para empezar, fue uno de los que más nos alegró la cuarentena, con recetas sencillas y fácilmente emulables en casa. 

"Cuando llegó el confinamiento fue cuando tuvimos realmente tiempo para trabajar en varias ideas", explica García. Durante este tiempo tomaron forma tres de sus novedades lanzadas al mundo durante este año. El primero, Leña, un steakhouse donde la carne es la protagonista, que ocupa el espacio donde estaba su restaurante gastronómico con el que en su día llegó a conseguir tres estrellas Michelin. 

Hace apenas unas semanas, nacía La Gran Familia Mediterránea, su propuesta de delivery aliada con Just Eat, con la que el cocinero entraba apenas hace unas semanas en nuestros hogares, con nada menos que ocho tipos de cocina, entre los que se puede pedir, desde sus célebres brioche y molletes, hasta croquetas o ensaladilla rusa, sin olvidarse de sushi, platos italianos, bocadillos o cocina saludable.

Casi en paralelo a su última apertura, un nuevo BiBo veía la luz en Arabia Saudí, a modo de pop-up, para más tarde convertirse en restaurante. Finalmente, el 25 de septiembre, el mismo día en el que abría sus puertas el flamante nuevo Four Seasons de Madrid -primera propiedad de la cadena en España-, Dani llegaba para conquistar, tanto al público madrileño, como a todos los que, esperemos pronto, puedan visitarnos. 

De Madrid al cielo con Dani y Four Seasons

Más de ocho años de obras y una inversión de unos 600 millones de euros, son el resultado de que hoy Madrid pueda alardear de tener un nuevo hotel de lujo, la primera propiedad en España de la cadena canadiense Four Seasons.

El hotel llega para redefinir el lujo en la capital, poniéndola una vez más en el mapa y esperando atraer a más turismo. No corren buenos tiempos para los viajes y las restricciones se han cebado con un sector tocado en especial por la crisis de la Covid-19. Aún así, el gigante decidió abrir sus puertas y dentro de su concepto, quisieron trabajar en especial con Dani García.

“Para Madrid es un golpe en la mesa, que una marca como Four Seasons abra en estos momentos. Cuando dijimos que íbamos a abrir todos nos decían que cómo nos atrevíamos a hacerlo en esta situación", relata Dani a Cocinillas.

Fue hace ya dos años, cuando el grupo puso las miras en este chef marbellí. "Nos sentimos privilegiados, por el lugar en el que íbamos a poder trabajar y por el hecho de que pensaran en nosotros. Es el centro de Madrid, es Four Seasons...”, explica. Y así, con ese buen hacer a la hora de crear conceptos que le caracteriza, Dani García y su equipo dieron forma a lo que hoy es Dani.

"Dani Brasserie es un concepto, creado por y para Four Seasons y nace con esa vocación de ser para el madrileño que quiera venir, para el que nos visite de fuera y para el cliente de esta cadena, sin olvidarnos de imprimirle nuestro propio carácter". La frase 'De Madrid, al cielo", nunca tuvo más sentido, porque el restaurante ocupa la séptima y última planta de la flamante novedad hostelera madrileña.

¿Cómo se vive la experiencia en Dani?

Han abierto en tiempos especialmente extraños, pero el éxito ha sido rotundo. "Estamos sorprendidos con la acogida que está teniendo, con llenos diarios. Estamos felices por el apoyo de la gente y por cómo responden a todo lo que hacemos”, explica Dani.

Así Dani se postula como una de las novedades a tener más en cuenta para el otoño gastronómico. Para todo aquel reticente al concepto de restaurante de hotel, tenéis que saber que Dani, cuenta con acceso propio desde la calle, sin necesidad de atravesar el lobby del hotel. A la llegada, nos reciben con todas las medidas sanitarias adaptadas a la situación, con gel hidroalcohólico, toma de temperatura y preguntas sobre si tenemos o hemos tenido síntomas de la enfermedad por parte del equipo de seguridad en la puerta. Nos hace sentirnos seguros desde el primer momento.

A través de esta pequeña entrada, subimos en un ascensor al séptimo piso, donde el restaurante cuenta con otra recepción, donde ahora sí, nos llevarán hasta nuestra mesa asignada. El espacio es agradable y acogedor, sofisticado pero no estirado, con toques Art Déco, vegetación, luz cálida y una impresionante terraza desde la que dominar Madrid desde las alturas.

En la sala, con las mesas y las distancias adaptadas a las restricciones actuales, nos encontramos con una zona de bar con barra y una gran barra central donde preparan los platos fríos de la carta. 

¿Qué se come en Dani? Alta cocina, tradición, vanguardia... 

La experiencia en mesa arranca con los ya famosos códigos QR, desde los que podemos acceder a la carta, tanto de platos, como de vinos de Dani. El aceite y el pan son protagonistas, ya que cuentan con varios tipos elaborados cada día y con un aceite de Castillo de Canena, elaborado en exclusiva para el grupo Dani García. 

¿Qué se come en Dani? "Para nosotros este es el futuro de lo que tiene que ser la restauración en un hotel de lujo. Que puedas elegir entre comerte un plato digno de un tres estrellas Michelin y pedirte una hamburguesa o un pollo asado”, matiza Dani García. Y es que la carta del restaurante, hace una simbiosis entre clásicos de alta cocina, vanguardia, tradición, platos del Sur y los platos que uno espera encontrar en la carta de un hotel, como hamburguesa, un sándwich, pasta o algún plato de huevo. 

Desde su apertura, es el propio Dani el que confirma cuáles son los platos que más se están demandando y quisimos hacer caso a sus recomendaciones, de mezclar la sofisticación, con el mancharse las manos si hace falta. 

Arrancamos con el plato icónico del restaurante -y también de la trayectoria de Dani García- el famoso tomate nitro. Allá por 2003, Dani ya empezó a trabajar con el nitrógeno líquido y fue, poco a poco, incorporándolo a su cocina. Sus trabajos dieron lugar a este tomate rodeado de un gel, con un interior cremoso. A la sutileza del tomate, le va a la perfección el refrescante gazpacho verde que lo acompaña y el tartar de quisquillas -y sus huevas- que rodea el plato a modo de corona. Sin lugar a dudas, es uno de los platos que uno debe probar en Dani. 

Siguiendo por la senda de la alta cocina, otro de los platos emblemáticos -este por ser uno de los últimos que se pudo comer en su restaurante triestrellado-, es la anchoa con crema de trufa. Para elaborarlo, se sirven de anchoa 00 y una emulsión de trufa negra, que preparan con tuber melanosporum fresca, que coronan con unas flores de saúco, al igual que lo hacían en el tres estrellas.

No la probamos, pero otra de las creaciones de las que más orgulloso está Dani, es de la tortilla que lleva su nombre. "Es la que me suelo preparar en casa", afirma y la sirven con queso Blu di Búfala, cebolla caramelizada y ensalada verde para acompañar. También hay otros entrantes que merecen la pena, como los calamares a la andaluza con albahaca frita y chile, el pâté en croûte o una bellísima y buenísima ratatouille de tartar de tomate seco, zanahoria, apionabo y calabacín.

En cuanto a platos fuertes, los amantes de la carne y en especial de las hamburguesas, tienen que probar la hamburguesa Rossini del restaurante. Es la que pedimos y, después de algún entrante, lo mejor es compartirla por su tamaño. El sabor a carne es potente, porque se elabora con lomo de Simmental madurado. Dentro de un brioche de lo más apetecible y jugoso, añaden foie-gras, salsa Bull y queso parmesano. El resultado es para el recuerdo y un plato de esos con los que mancharse las manos y relamerse en cada bocado.

Hay más principales a tener en cuenta, que probaremos en próximas visitas, como el picantón de corral en dos vuelcos, salteado y en salsa de setas y trufa y un segundo vuelco con sus pechugas asadas con un fondo de sus jugos, unos papardelle con cangrejo real y crema de oloroso o la ensalada César que uno espera encontrar en la carta de un restaurante de hotel, que aquí preparan con sardina ahumada. 

Entre los postres más golosos, se puede elegir entre un coulant, con un interior fluido de avellanas, que rebajan con una helado de citronella y una crema de limón o una tartaleta de chocolate blanco, yuzu, hierbabuena y lima. También resulta curiosa una especie de crème brûlée o flan de albahaca, que acompañan de crumble, helado de pera, cremoso de caramelo quemado y piñones.

La carta de bebidas en Dani

En su nuevo restaurante, han puesto especial énfasis a una oferta líquida a la altura. Agustín Trapero, del equipo de Dani García, dirige una bodega con 400 referencias de vinos por botella, con especial hincapié en las D.O españolas, champagne y vinos de Jerez, además de vinos selectos que el cliente de Four Seasons puede demandar, con añadas especiales y vinos de autor. Cerca de una treintena de las referencias, se pueden pedir por copas. 

Como es habitual en los restaurantes del malagueño, los cócteles adquieren relevancia con creaciones para este espacio como el Persiles, elaborado con Fino de Jerez, Marraschino, pomelo rosa, limón y soda.