En 1985, Manolo y Matilde dejan atrás Madrid y se embarcan con sus dos hijos, Manolín y Juan Carlos, a la aventura mediterránea. Sobre la playa de Daimús, la familia Alonso Fominaya levanta un chiringuito dedicado a la cocina de proximidad, sencilla y marinera. Bocadillos, arroces, recetas simples pero deliciosas… con el tiempo fueron dando paso a una carta más estructurada que pasó a liderar la segunda generación del clan.

Fue entonces cuando el pequeño merendero comenzó una transformación hasta convertirse en un restaurante de alto nivel con una materia prima de excelentísima calidad presentada en una propuesta que combina sofisticación y elegancia, desenfado y frescura, siempre con un toque muy acertado de atrevimiento.

Manuel toma las riendas de la cocina

Con Juan Carlos rumbo a Alemania en busca de nuevos proyectos, Manuel toma las riendas de la cocina en 2011 y Casa Manolo vuelve a experimentar un nuevo giro. Inspirándose en el mar y su entorno, el chef enfila el objetivo de convertirse en un referente gastronómico en su ciudad sin olvidarse de sus raíces: la humildad y la unión de una familia que se ha mantenido tenaz y constante a través de los años.

A sus propuestas le llegan los reconocimientos (actualmente cuenta con dos soles Repsol y una estrella Michelin), y Manuel se centra cada vez más en el producto de temporada con el que gestiona una carta repleta de sabor, sin máscaras ni disfraces, en recetas en las que desnuda por completo la materia prima. Mucho sabor a mar y verduras y hortalizas procedentes de pequeños productores de la zona y de sus huertas ecológicas, porque la diferencia se nota, y mucho.

Cocinar es vivir. En la cocina, como en la vida, me mueve la inquietud, la búsqueda de sensaciones y el gusto por transmitirlas, las ganas de superarme, de mejorar día a día. Vivir es cocinar. Es lo que más feliz me hace, así que me dedico a ello en cuerpo y alma”. Manuel Alonso

Mediterráneo, producto y temporada en Casa Manolo

La propuesta de Casa Manolo se divide en carta y dos menús degustación. Como recomendación, me decantaría por alguno de los menús, la opción más completa y donde encontraremos los platos más idóneos en cada momento. Como toma de contacto encontramos el Menú Origen (59 euros) que, como bien indica su nombre, se trata de un homenaje a los orígenes del restaurante con propuestas sencillas y honestas.

Casa Manolo - Aperitivos

Aquí encontramos elaboraciones que la familia Alonso Fominaya ha realizado en sus cocinas durante años, pero con una visión actualizada. La secuencia de platos varía frecuentemente en función del mercado y de la temporada, por lo que se trata de una elección ideal para repetir tantas veces como se nos antoje. La relación calidad-cantidad-precio es excelente.

Casa Manolo - Gamba de Gandía

Como opción reina de la casa proponen el Menú Manuel Alonso (89 euros). Esta selección de elaboraciones presenta recetas nobles, con combinaciones sugerentes y mezclas inusuales. Un menú regido por sensaciones naturales y el diálogo constante con el entorno. Una apuesta por lo autóctono con un firme compromiso por el producto de temporada.

Casa Manolo - Ostra de Valencia

Tanto en carta como en los menús, las tapas de Manuel merecen une mención especial. Así, el hervido valenciano con judía perona, el buñuelo de brandada de bacalao con su pil pil o el mogote ibérico de Arturo Sánchez con encurtidos, se convierten en los bocados perfectos para abrir apetito y mostrarnos un preludio de lo que nos vamos a encontrar en nuestros platos.

Casa Manolo - Patata frita con steak tartar

Como entrantes imprescindibles me quedo con la gamba “amb bleda” y la gamba roja de Gandía cocida en agua de mar, y el pulpo a la brasa, papada ibérica y chirivía en texturas. No os olvidéis de preguntar por las verduras de temporada, en mi caso degustamos un espárrago blanco con cítricos y salsa de espinas a la parrilla que se convirtió en el protagonista de la visita. Exquisito.

Casa Manolo - Pescado y calamar

Al margen del chuletón “de Luismi” en costra de sal y finas hierbas y de las manitas de cerdo con trufa, en Casa Manolo reinan los pescados. Sobra decir que cada día visitan la lonja para adquirir las mejores piezas, además de recibir la visita de pequeños pescadores que ofrecen su pesca del día. Más fresco, imposible. Meros, lubinas, crustáceos, lenguados… y el famoso dentón con jugo de pollo al ajillo, una receta de su madre que Manuel ha conservado y versionado para mostrarnos una vez más una perfecta unión entre tradición y atrevimiento. Quizá el plato con más personalidad del menú-

Casa Manolo - Tupinambo, chufa y almendra

Y si lo que os apetece es un arroz frente al mar, ya que la ubicación de Casa Manolo y su historia nos incitan mucho a este plan culinario, se puede escoger entre un rossejat de Gandía o su arroz de bogavante. Sobra decir la perfección de estas dos elaboraciones y el placer de degustarlas con vistas al Mediterráneo.

La oferta la completa una bodega con más de 500 referencias entre las que merece mucho la pena escoger las más cercanas a la región. Siempre es buena idea aprovechar un viaje gastronómico para conocer además los vinos de la zona. Muchas y muy buenas sorpresas a precios más que ajustados.

El rincón informal de Casa Manolo

Para no perder sus raíces y continuar esa estrecha relación con los clientes de toda la vida, Casa Manolo sigue reservando un espacio denominado Daily Gastrobar, donde acercarse a la alta cocina a través de una propuesta más informal y asequible donde las tapas, los pescados y los arroces son protagonistas absolutos.

Y, como no podía ser de otra manera, no hay playa sin helados, el mejor motivo de la creación de Suau Heladería. Estos “helados artesanos con inspiración pastelera” son creados en un obrador propio de la familia, con materias primas locales y, una vez más, atendiendo a temporadas. De la mano de J. Montejano, Manuel lidera este dulce proyecto en el que, además de sabores exquisitos y originales, encontramos recetas saludables y ligeras, ideales para disfrutar tantas veces como se nos antoje.

El entusiasmo de Manuel Alonso convierte su casa en una experiencia sin igual. Un sueño humilde, sencillo, que gracias a su valentía y atrevimiento ha despegado para continuar consiguiendo reconocimientos y, lo que es más importante aún, cientos de clientes satisfechos. Perder la vista en el Mediterráneo mientras degustamos los productos más especiales que nos proporcionan sus aguas y las tierras de alrededor es una auténtica delicia. Inspiración, sorpresa y mucho cariño. Tres claves del éxito que podemos reconocer en cada pequeño bocado.