Cuando parecía que con el Avolatte ya habíamos llegado al punto álgido de la obsesión por el aguacate llegan un par de hosteleros locos a demostrarnos que todavía nos queda mucho por ver. Ahora mismo no se me ocurre como alguien puede ir más lejos con esta obsesión después de ver el restaurante del aguacate, pero al menos ya estoy curado de espanto.

Puede parecer que es cosa de algún hostelero loco que quiere subirse a la ola, pero lo cierto es que ya han aparecido varios restaurantes del aguacate por todo el mundo. El primero, The Avocado Show, abrió sus puertas a principios de año en Amsterdam (Holanda). Después llegó la Avocaderia, que como no podía ser de otra forma abrió sus puertas en Brooklyn (Estados Unidos), una de las ciudades con mayor concentración de hipsters del planeta.

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Más tarde llegó el AVO POPUP, un club de brunch ambulante que, además de por su carta basada en aguacate, se distingue abre sus puertas en lugares y fechas concretos. El último en sumarse a la lista ha sido el Avocado Bar, que ha abierto sus puertas hace unos pocos días en Roma (Italia). Y visto lo visto no parece que vaya a ser el último de la lista.

Bienvenidos sean los millennials al restaurante del aguacate

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Pese a los cientos de kilómetros de distancia que separan a todos estos bares y restaurantes lo cierto es que todos comparten el mismo leitmotiv en sus menús. Todas las recetas que elaboran y sirven a sus clientes en sus bares y restaurantes tienen aguacate como ingrediente recurrente.

Comer en el restaurante del aguacate es casi como darse una vuelta por tu feed de Instagram. Empezando desde las ya infames tostas de aguacate y el obvio guacamole hasta bebidas y helados, el ingrediente hipster por excelencia se pasea por toda la carta como Pedro por su casa. Incluso han transformado el pan en el que sirven sus hamburguesas para que comparta tono con Hulk.

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Por supuesto, para seguir a rajatabla con los ideales millennial, muchos de estos locales presumen de que sus aguacates proceden de cultivos orgánicos, sostenibles y socialmente responsables. Eso por no mencionar que todos cuentan con alternativas veganas y sin gluten.

No se vosotros, pero yo a estas alturas ya me estoy imaginando un futuro en el que los Starbucks que pueblan las esquinas han sido sustituidos por estos templos de culto al aguacate. Sólo hay que ver las ansias de llevar este concepto de restaurante a “todas las ciudades cool del planeta” que tienen los hosteleros del Avocado Show.

Por su culpa ningún joven tendrá su casa y tendrá que refugiarse como pueda con la cáscara de esta fruta pero al menos viviremos en paz con nuestro señor el aguacate.

Foto de cabecera por Caroline Attwood / Unsplash.

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