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"Hola, mi gente guapa", así saludaba Alfonsa al comienzo de los vídeos que aún pueden verse a modo de legado en el que era su canal de YouTube, un espacio en el que esta abuela catalana compartía sus recetas con sus 200.000 suscriptores.

Sin ningún tipo de artificio ni pretensión más allá de compartir una cocina sencilla y humilde, la abuela Alfonsa hacía gala de un desparpajo propio de alguien que se hubiera pasado la vida delante de las cámaras.

Aunque nada más lejos de la realidad, según cuenta en uno de sus vídeos, Alfonsa no tuvo una vida fácil. Nació en una familia muy humilde y empezó a trabajar muy joven sirviendo en una casa en la que aprendió a cocinar.

El guiso saludable de la abuela

La sepia con patatas de la abuela Alfonsa

En uno de sus vídeos más valorados, Alfonsa cocina un plato tradicional de la cocina española que es el guiso de patatas con sepia, aunque con la humildad que la caracterizaba confiesa que ella lo va a hacer con choco "porque es más baratico y porque también se puede hacer estupendamente".

Por aclarar, el cefalópodo que utiliza Alfonsa es lo que también se conoce como potón del Pacífico, pero tanto este como la sepia tienen cocciones similares y ambos quedarán deliciosos si se cocinan con un sofrito sabroso que sirva como base para el guiso, tal como hace la abuela.

Y que nadie piense que sabroso es sinónimo de complicado, solo se necesita una cebolla, una hoja de laurel y un poco de pimentón para que los ingredientes más humildes sepan a gloria.

El resultado, con el choco tierno y las patatas en su punto, es un excelente ejemplo de menú basado en la dieta mediterránea, pues combina hortalizas frescas, productos del mar y aceite de oliva virgen extra como única fuente de grasas.

De esta manera, tenemos todos los grupos de macronutrientes en una sola receta.

El choco aporta proteínas de alta calidad, además de minerales esenciales como el yodo, el fósforo y el magnesio, característicos de los moluscos y muy beneficiosos para la función tiroidea y el metabolismo celular.

Las patatas, por su parte, son una buena fuente de hidratos de carbono complejos, que proporcionan energía de liberación lenta, mientras que el aceite de oliva aporta ácidos grasos monoinsaturados y compuestos antioxidantes.

Ingredientes

  • Choco limpio y troceado, 800 g (o sepia)
  • Patatas, 1 kg
  • Cebolla, 1 ud
  • Hoja de laurel, 1 ud
  • Perejil fresco picado, 1 cucharada
  • Pastilla de caldo de pescado, 1 ud
  • Vino blanco, 100 ml
  • Aceite de oliva virgen extra, 30 ml
  • Azafrán o colorante alimentario, una pizca
  • Pimentón dulce, 5 g
  • Sal, al gusto
  • Agua hirviendo, 500 ml

Paso 1

Ponemos un poco de aceite en una cazuela amplia. Cuando esté caliente, añadimos el choco troceado y lo dejamos dorar ligeramente. Si fuere necesario, añadimos un poco más de aceite, pero teniendo cuidado de no excedernos.

Paso 2

Cuando el choco empiece a tomar color, incorporamos la cebolla picada y la hoja de laurel. Sofreímos todo junto a fuego medio, vigilando para que no se queme la cebolla.

Paso 3

Añadimos el pimentón dulce y removemos unos segundos para que suelte su aroma.

Paso 4

Acto seguido, incorporamos las patatas peladas que habremos troceado “chascándolas” para que suelten su fécula y espesen el guiso. Agregamos el perejil picado y la pastilla de caldo de pescado desmenuzada.

Paso 5

Incorporamos el vino blanco, subimos el fuego y dejamos que se evapore el alcohol durante unos dos minutos.

Paso 6

A continuación, añadimos el agua hirviendo hasta cubrir los ingredientes. Incorporamos sal al gusto y una pizca de azafrán o colorante para darle color.

Paso 7

Cuando el guiso comience a hervir, bajamos el fuego y lo dejamos cocer lentamente durante unos 20-25 minutos, hasta que las patatas y el choco estén tiernos y el caldo tenga una textura ligeramente espesa.

Paso 8

Apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos antes de servir. Presentamos el estofado en platos hondos con un poco de caldo y con un poco de perejil fresco por encima para decorar.