Seguro que más de una vez habéis leído cosas como que “una copa de vino reduce el riesgo cardiovascular” o “un vaso de vino al día reduce la posibilidad de sufrir Alzheimer”. o incluso que ” un vaso de vino diario te ayudará a vivir más años”.

Curiosamente, este tipo de lecturas no suelen ir acompañadas de evidencia científica alguna, ni enlaces ni citas de estudios clínicos ni nada que se le parezca. Simplemente se aprovechan de que en el mundo occidental en general y en España en particular siempre se ha defendido el “consumo moderado de alcohol” como beneficioso para la salud. Sin embargo, como ya hablamos en su día, no existe el término “beber con moderación”. Y no, ni siquiera una única copa de vino al día otorga beneficio alguno para la salud.

Una copa de vino al día: los beneficios que te venden

gilaxia (iStock)

Para defender los beneficios de una copa de vino al día, nos suelen repetir una y otra vez el mismo tipo de mensajes“los antioxidantes del vino mejoran el colesterol”, “una copa de vino al día disminuye el riesgo cardiovascular”, “una copa de vino mejora la memoria y disminuye el riesgo de sufrir Alzheimer”. Estos y otros mensajes son ya muy típicos y no es raro leerlos incluso en medios importantes y es por eso, porque nos lo han contado tantas veces que lo hemos asumido como verdad. Para rizar el rizo, últimamente han aparecido nuevos “beneficios” que rozan el límite,  del estilo “el vino disminuye el riesgo de infecciones dentales” o “el vino es muy eficaz contra la gingivitis y los dolores de garganta”. Estamos empezando a equiparar el vino con los medicamentos milagrosos y homeopáticos, y eso es peligroso.

Finalmente, uno de los últimos beneficios que más ha llamado la atención en las redes sociales es que “beber vino puede ayudar a perder peso”, debido a que contiene un gen que “impide la formación de células grasas”. Claro, por lo visto el porcentaje de alcohol que contiene no contrarresta en absoluto a dicho gen, teniendo en cuenta el elevado potencial de aumento de peso que se asocia con cada gramo de alcohol.

Los peligros del alcohol a corto y largo plazo

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Como ya comenté en la ocasión que desterramos el mito sobre que beber con moderación es una falacia, si intentásemos realizar una lista de todos los demostrados perjuicios asociados al alcohol habría material para varios libros. Uno de dichos perjuicios ya lo hemos comentado, y es que el alcohol se asocia íntimamente con el riesgo de sufrir obesidad, aunque sea tan solo una copa de vino al día (o una dosis de alcohol diaria, del origen que sea).

Por otro lado, otros estudios no solo no asocian el consumo de vino o cualquier tipo de alcohol con una disminución del riesgo de demencia o Alzheimer, sino que un reciente trabajo publicado en la revista The Lancet, tras analizar a más de un millón de participantes, llegó a la conclusión de que el alcohol aumenta el riesgo de demencia. Justo al revés de lo que nos suelen vender.

Por si esto no fuese suficiente, para los más acérrimos defensores de la copa de vino al día, los cuales suelen esgrimir que “un consumo moderado o bajo mejora la salud”, otra reciente revisión llevada a cabo por la Sociedad Americana de Oncología Clínica y publicada en el Journal of Clinical Oncology también destrozó esta creencia: una sola dosis de alcohol al día aumenta el riesgo de hasta siete tipos diferentes de cáncer (mama, colon, esófago, hígado, cavidad oral, faringe y laringe), destacando entre todos ellos el cáncer de esófago, cuyo riesgo aumenta hasta un 30% consumiendo una única bebida alcohólica diaria.

Pero estos no son los únicos estudios que desmontan la asociación entre la típica copa de vino al día y las mejoras en la salud. En julio de 2017 un estudio publicado en Diabetología ya asoció el consumo de tres o cuatro dosis de alcohol a la semana (menos de una al día) con un aumento del 30% de riesgo de sufrir diabetes. Asimismo, el pasado año 2012 la conocida revista The British Medical Journal también llegó a la conclusión de que tan solo media copa de vino al día se relacionaría con 4.500 muertes anuales tan solo en Inglaterra, imaginémonos este dato extrapolado a una población mayor.

Por tanto, la conclusión es clara: recomendar una copa de vino al día es peligroso, no solo porque esa “escasa” cantidad ya ha demostrado asociar diversos riesgos, sino porque la recomendación por parte de los profesionales sanitarios puede desencadenar que se pase a una situación de mayor consumo e incluso alcoholismo con la excusa de “me ha dicho el médico que es bueno”. Por ello, la idea de freír a impuestos tanto el alcohol como el tabaco o los refrescos no parece tan mala idea hoy en día, algo que ya han corroborado recientes trabajos, como el recientemente publicado en The Lancet.

En definitiva, una copa de vino al día no hará que vivas más, tampoco te hará morir, pero es posible que te haga vivir algún año menos.

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