Aunque no comparto el significado ni el uso del término “superalimento” (y cada vez que lo oigo me viene a la cabeza una fruta con capa de Superman, todo sea dicho), la realidad es que hay determinados tipos de alimentos que, a nivel nutricional y basándonos en estudios científicos objetivos, sí han demostrado ser gratamente beneficiosos para la salud y deben tenerse en cuenta por ello. Sin embargo, no debemos caer en el error de sobrevalorar dichos alimentos, ni sus beneficios, y mucho ponerles el prefijo “super”; no es lo adecuado.

Entre estos alimentos cuyos beneficios para la salud los hacen hecho destacar y ser el punto de mira de diversos estudios tenemos, entre otros, la remolacha, una hortaliza cuyo perfil nutricional la hace llamativa al contener cantidades significativas de fibra, vitamina C, magnesio y ácido fólico. Por otro lado, y según algunos estudios, la remolacha ha demostrado poder colaborar y ayudar en la mejora de la salud física, sexual. Hoy repasaremos 6 estudios sobre la remolacha.

La remolacha y la pérdida de peso

Debido a su falta de grasa y a su cantidad significativa de fibra alimentaria, la remolacha colabora en el buen funcionamiento intestinal y la reducción de colesterol sanguíneo. Por su parte, el magnesio colabora en el buen funcionamiento de nervios y músculos, algo que puede ayudar de forma indirecta en la pérdida de peso.

Según un estudio publicado en 2011 , precisamente el magnesio (aunque en aquel caso fue en forma de suplementos) demostró aumentar los niveles de testosterona en los hombres participantes en el mismo, una hormona que a su vez promueve la pérdida de tejido adiposo (grasa) y aumenta la masa muscular.

Finalmente, las remolachas también contienen otro tipo de nutrientes llamados betalaínas -betanina y vulgaxantina-, los cuales han demostrado cierto poder antioxidante.

Beets

La remolacha y el aumento de fuerza

Si nuestro objetivo es aumentar la fuerza corporal, a parte de acudir al gimnasio o bien realizar una serie de ejercicios de fuerza en casa o al aire libre, también debemos tener en cuenta la necesidad de una buena alimentación de base. Entre otros nutrientes necesarios en dicha alimentación es buena idea incluir la remolacha.

Según un estudio publicado en el Journal of Applied Physiology, la toma de zumo de remolacha antes de hacer ejercicio puede colaborar en el aumento de hasta un  16% de fuerza corporal. Según los investigadores responsables de dicho estudio, dicho aumento de fuerza se debería al nitrato contenido en la remolacha, el cual se convierte en el organismo en óxido nítrico, reduciendo así la necesidad de oxígeno en los ejercicios de baja intensidad a la vez que mejora la resistencia en los ejercicios de alta intensidad.

La remolacha y la digestión

De nuevo recordando su elevado contenido en fibra, la remolacha también se ha relacionado con una mejora de la digestión gracias a la estimulación del sistema nervioso intestinal. De media, por cada 100 g de remolacha hay 3,1 g de fibra, lo cual convierte a esta hortaliza en una buena fuente de fibra.

Fresh beetroots in wooden tray. Beet with leaves.

La remolacha y la presión arterial

Aunque a nivel alimentario existen diversas formas de controlar correctamente la presión arterial (reduciendo el consumo de estimulantes como teína o cafeína, reduciendo el consumo de sal y controlando el peso corporal general), algunos alimentos han colaborado en reducir de forma activa dicho parámetro de salud.

Según un estudio publicado en Nutrition, el zumo de remolacha también es capaz de reducir significativamente la presión arterial en hombres (aunque no en mujeres). En este caso, la toma de alrededor de 0,5 L de zumo de remolacha (tres cuartas partes de remolacha y un cuarto de zumo de manzana), reducía la presión arterial sistólica (o “presión alta”) tras el paso de seis horas, aunque de forma poco significativa.

Sin embargo, cuando se analizó de forma específica solo a los hombres participantes en el estudio, se confirmó una reducción de alrededor de 4,7 puntos de reducción de presión arterial de forma general.

La teoría que manejan los investigadores es, de nuevo, el contenido de nitratos de la remolacha, los cuales podrían producir efectos saludables a nivel cardiovascular al convertirse en óxido nítrico a nivel corporal.

La remolacha y la prevención del cáncer

Aunque es un tema polémico y aún hace falta mucha investigación al respecto, algunos estudios en animales y también en humanos otorgan a la remolacha cierto poder “protector” contra el cáncer. Pero, de nuevo, repito que se trata de resultados polémicos y los cuales aún no deberían tenerse en cuenta.

Por un lado, un estudio llevado a cabo en animales y publicado el pasado año 2013 llegó a la conclusión de que el extracto de remolacha añadido al agua de los animales podría reducir el tamaño de múltiples tumores.

Por otro lado, otro estudio publicado en Australian International Clinical Nutrition Review afirmó que un hombre de 50 años, tras sufrir un tumor pulmonar y consumir remolacha, logró la remisión total del mismo tumor en seis semanas y logró recuperar peso corporal en apenas cuatro meses. Como se puede evidenciar, se trata de un estudio más que polémico y tan solo con un único individuo, algo que a nivel científico es muy poco significativo, por lo que la recomendación de consumir remolacha para prevenir el cáncer es, de momento, muy cuestionable.

Beetroots

La remolacha y la salud cerebral

Finalmente, la remolacha también ha demostrado colaborar en la mejora de la salud cerebral ralentizando el avance de la demencia (como la Enfermedad de Alzheimer).

Así, según un estudio publicado el pasado año 2010, la toma de zumo de remolacha (debido a su elevada cantidad de nitratos), aumentaría el flujo sanguíneo cerebral, evitando así la degeneración relacionada con la demencia y otros trastornos cognitivos.

Por otro lado, esta vez en animales, otro estudio afirmó que el ácido fólico contenido en esta hortaliza puede ayudar a proteger contra los daños provocados por la Enfermedad de Alzheimer. Concretamente, la suplementación con ácido fólico alimentario habría demostrado proteger contra la pérdida de células cerebrales en el hipocampo, la zona del cerebro relacionada con la memoria y el aprendizaje. Según los investigadores, el ácido fólico colaboraría en la reparación de las células nerviosas cuyo ADN ha sido dañado.

Conclusión

Como conclusión, debemos recordar que los “superalimentos” no existen, y que ningún tipo de alimento es capaz de sustituir a un medicamento, en el caso de que este sea necesario por el motivo que sea. De nuevo, repetimos, es cierto que existen muchos alimentos muy interesantes a nivel nutricional (como es el caso de la remolacha), y que muchos estudios así lo afirman. Sin embargo, tan solo son eso, interesantes a nivel nutricional y beneficiosos a nivel de salud general, pero los milagros no existen.

Si os venden milagros basados en alimentos, probablemente os estén engañando.

Imagen de cabecera  | zeleno (iStock)

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