Para los días más cálidos del verano en España he aquí un delicioso postre casero, 100% natural y saludable (o para cualquier momento, porque está buenísimo). La gracia de esta mousse de queso helada es que quede aireada, etérea pero con sabor a queso para así casi hacer un helado ligero perfecto como postre o merienda.

Por supuesto, el queso a utilizar puede variar para adaptarse a los gustos de todos pero yo siempre mantendría una base de queso cremoso que en este caso es el Mascarpone pero que podríais emplear cualquier tipo de queso crema, después el queso de cabra puede mutar para convertirse en un brie, un manchego o incluso un poco de queso azul siempre y cuando se ajusten las proporciones -es cuestión de ir añadiendo poco a poco el queso elegido y probando la mezcla hasta dar con la cantidad idónea-. 

Mascarpone, un queso que triunfa en España

Es un queso blanco de consistencia blanda y cremosa, con sabor dulce y muy calórico debido a su alto contenido en grasas. Aunque técnicamente hablando, el Mascarpone no es un queso, sino el resultado de añadir un cultivo de bacterias a la nata que se extrae de la leche que se utiliza para la elaboración del queso parmesano en un proceso muy parecido al de elaboración del yogur.

Después de agregar el cultivo de bacterias a la nata, se calienta suavemente, luego se deja que madure y espese. Es un producto muy delicado que debe ser consumido fresco porque se estropea con mucha facilidad. Es el ingrediente principal del tiramisú.

Cómo hacer mousse de queso mascarpone con frutos rojos

Aunque aquí el coulis propuesto sea de frutos rojos, el topping frutal puede ser también de lo más variopinto, siempre os recomiendo que utilicéis las frutas de temporada que veáis en el supermercado. Por ejemplo ahora un coulis de melocotón, de higos o una mermelada de melón serían opciones estupendas. 

Ingredientes

Para la mousse de queso

  • Queso mascarpone, 100 g
  • Queso de cabra. 100 g
  • Nata para montar muy fría, 150 ml
  • Hojas de gelatina, 3 u
  • Azúcar glas, 50 g

Para el coulis

  • Frutos rojos, 150 g (frambuesas, moras, grosellas...)
  • Azúcar, 40 g
  • Agua, 20 g

Paso 1

Lo primero que tendremos que hacer será hidratar las hojas de gelatina en un bol con abundante agua muy fría, mejor si le ponemos un hielo dentro. Esto hará que la gelatina después haga efecto cuando la utilicemos para dar estructura a la mousse. 

Paso 2

Mientras tanto, podemos montar la nata (reservando 40 g), que tendrá que estar bien fría también. Lo ideal es utilizar una batidora de varillas eléctrica para que la tarea sea más sencilla, cuando empiece a coger fuerza iremos añadiendo poco a poco el azúcar glas. 

Paso 3

Calentar los 40 g de nata restantes hasta que hiervan y disolver en ellos la gelatina muy bien escurrida, estará hidratada y con textura gomosa. 

Paso 4

Mezclar los quesos (el de cabra sin la corteza) batiendo enérgicamente con las varillas, hasta crear una pasta homogénea. Añadir entonces la nata líquida con la gelatina y mezclar bien. Por último sólo quedará incorporar la nata montada con movimientos envolventes, ayudándonos con una espátula para que el aire interior se conserve lo mejor posible. Probar de azúcar y añadir más si se quisiera y llevar a un molde para congelar, por lo menos durante 6 horas. 

Paso 5

Mientras que la mousse de queso se congela podremos hacer el coulis, poniendo en un cazo el agua con el azúcar hasta que éste se haya derretido ( a fuego medio ) y después añadiendo las frutas. Removiendo de vez en cuando para que se compoten, con tenerlas 10 minutos será más que suficiente. Luego sólo quedará triturar al gusto (a mi me gusta dejar algunas enteras) y enfriar bien. 

Paso 6

Emplatar la mousse de queso regándola por encima con un poco del coulis de frutos rojos.