Las tartas de queso son todo un clásico, pues son uno de los postres más fáciles de preparar y más versátiles, pues hay muchísimas maneras de prepararla. La que os proponemos hoy es una versión de tarta de queso sin horno y con fruta fresca, para que sea más ligera.

Ingredientes

  • Galletas de avena tipo Digestive sin azúcar, 200 g
  • Crema de queso, 275 g
  • Yogures naturales, 2
  • Sirope de ágave, 70 g
  • Fresas, fresones o frutos rojos variados, 500 g
  • Nata para montar, 200 ml
  • Gelatina neutra, 5 hojas

01: Preparar la base de galleta

Forramos la base de un molde de aro desmontable de 20 cm con papel de horno y los laterales con una tira de acetato o con una tira de papel de horno que sea lo suficientemente larga.

Trituramos las galletas y las mezclamos con 75 g de crema de queso hasta formar una pasta.

Ponemos la mezcla de queso y galletas en el molde y la aplastamos bien con el dorso de una cuchara intentando que quede lo más uniforme posible. Reservamos en la nevera mientras preparamos la crema.

02: Preparar la crema

Ponemos a remojo las hojas de gelatina en un poco de agua fría.

En un bol y con ayuda de un batidor manual de varillas, mezclamos la crema de queso restante, los yogures y el sirope de ágave.

Montamos 150 ml de nata con unas varillas eléctricas y la añadimos a la mezcla anterior ayudándonos de una espátula con movimientos envolventes. Debemos hacerlo con cuidado para que la nata montada no pierda aire.

Añadimos también un tercio de la fruta troceada (aprovecharemos para trocear la que tengan un aspecto menos vistoso).

Calentamos durante unos segundos la nata restante en el microondas o en un cazo pequeño (tiene que estar caliente pero no hirviendo) y disolvemos en ella las hojas de gelatina escurridas. Añadimos la gelatina disuelta a la mezcla y la integramos en la mezcla continuando con los movimientos envolventes.

Sacamos de la nevera el molde con la base y colocamos fresas o fresones cortados por la mitad contra la pared del molde. Reservamos el resto de la fruta para decorar. Si hemos elegido una mezcla de frutos rojos en la que no tengamos fresas ni fresones para colocar contra la pared del molde, nos ahorramos este paso y reservamos los dos tercios de fruta que nos quedan para decorar.

03: Enfriar y decorar

Echamos con cuidado la crema en el molde, tapamos con papel film o con una tapa de silicona y dejamos enfriar en la nevera durante al menos 5 horas hasta que la gelatina haya cuajado.

En el momento de servirla, decoramos con la fruta que teníamos reservada.

04: Servir

Servimos nuestra tarta decorada inmediatamente. Bueno, o justo después de hacerle una foto para subirla después a las redes sociales y etiquetarnos en Facebook o en Instagram para que podamos verlas.

Notas

Pese a ser una tarta que lleva una parte de nata, queso crema y galletas, no es uno de los postres menos saludables de la historia, pues no le hemos puesto azúcar refinado y hemos usado una gran cantidad de fruta fresca.