Si como yo, sois más de salado que de dulce, cuando os apetece merendar seguro que vais a agradecer mucho tener a mano un bolsa de estos deliciosos colines caseros. También conocidos como grisines, estos palitos de pan crujientes, los hermanos largos de los picos de pan y primos hermanos de las regañas, son un snack genial para tomar solo o para mojar en algunos de los platos fresquitos más populares de la cocina española como el salmorejo o la ensaladilla rusa.

Ingredientes

Para unos 45 colines de 20 cm de longitud

  • Harina de fuerza, 250 g
  • Sal, 5 g
  • Levadura seca de panadero, 5 g
  • Sirope de ágave, 5 g
  • Aceite de oliva virgen extra, 20 g y algo más para pincelar la masa
  • Agua templada, 140 g
  • Harina, sémola o semillas al gusto para rebozar los colines.

Paso 1

En un bol amplio ponemos la harina, la sal, el sirope de ágave, la levadura, el aceite y el agua. Mezclamos con ayuda de una cuchara de madera hasta que se junten todos los ingredientes y  se empiece a formar una masa.

Continuamos amasando con las manos hasta que veamos que la masa se separa de las manos y de las paredes del molde. Si tenemos una batidora de varillas con ganchos de amasar podremos usarla para esta masa, pues no es excesivamente dura ni demasiado pegajosa.

Paso 2

Sacamos la masa del bol y la seguimos amasando a manos durante un par de minutos sobre la encimera ligeramente enharinada. Formamos una bola, la pincelamos con aceite de oliva y la dejamos reposar cubierta con un trapo durante una hora.

Paso 3

Introducimos en la parte inferior del horno un cuenco amplio lleno de agua para que se genere vapor (yo suelo usar una flanera, aunque sirve cualquier recipiente que sea apto para el horno) y encendemos el horno a 220ºC. Ésto es importante para que los colines queden crujientes.

Paso 4

Pasado el tiempo de reposo, desgasificamos la masa de nuestros colines aplastándola suavemente con las manos. Después la estiramos sobre un papel de horno engrasado con aceite de oliva hasta formar un rectángulo de 20x35 cm aproximadamente que pincelamos con aceite de oliva.

Paso 5

Cortamos tiras finas de algo menos de un centímetro, las rebozamos en harina, sémola o en las semillas que más nos gusten -amapola, sésamo, pipas,...- y las colocamos sobre una bandeja forrada con papel de horno dejando al menos 1,5 cm entre cada tira.

Paso 6

Cuando el horno esté a la temperatura indicada, pulverizamos agua fría sobre las paredes del horno (para que justo en ése momento se genere una nube de vapor) y metemos la bandeja. Tendremos los colines en el horno 15 minutos y en mitad de cocción volveremos a pulverizar agua fría sobre las paredes.

Cuando estén listos, sacamos los colines del horno y los dejamos enfriar sobre una rejilla. 

Notas

Si tenéis que hacer varias hornadas (que será lo más probable) es importante vigilar que el cuenco que tenemos en la parte inferior sigue teniendo agua y si vemos que es necesario, la repondremos entre hornada y hornada.

Los colines se conservan crujientes varios días si se guardan en un lugar seco y en una lata o en un bote que cierre herméticamente.