Me he incorporado hace muy poquito a la empresa en la que estoy trabajando, y he de reconocer que todavía no me acostumbro a los nuevos horarios tras haber pasado una temporada buscando trabajo. Entras pronto, sales tarde, y el descanso de mediodía se ve invadido por “pequeños marrones” de última hora. Pues bien, por este motivo, hoy no he tenido casi tiempo para comer y he llegado a las 9 de la noche a casa tan cansada que no me apetece ni cenar. Pero por aquello de no desfallecer, creo que voy a hacerme algo rápido que no me quite mucho del poco tiempo que tengo para relajarme.

La pereza a veces hace que recurramos al filete a la plancha y alguna verdura o fruta fresca que complete menú. Pues bien, como poco a poco iréis descubriendo, este sentimiento  no suele invadirme muy amenudo, por lo que una vez que me meto en los fogones, trato de hacer el plato lo mejor y más atractivo posible.

Hoy os propongo una ensaladita ligera, con ingredientes sencillos, pero que una vez tratados con un poco de voluntad y capricho pueden hacer maravillas.

Preparación

Poner en el fuego una sartén para preparar los filetes de pollo a la plancha. Mientras se calienta, abrid la bolsa de brotes, que viene ya lavada y disponed una cama de lechuga en un plato. Añadid las láminas de queso y cebolla al gusto y mezcladlo todo  de manera homogénea. Reservar.

Añadid los filetes de pollo a la sartén con una pizca de sal y un chorrito de aceite para que quede jugoso. Os recomiendo si tenéis, una sartén tipo grill, de esas que tienen rayas que marcan más los alimentos a la plancha.

Mientras terminan de hacerse los filetes, vamos a preparar la vinagreta. Echad en un cuenco pequeño un chorrito de aceite (yo prefiero virgen extra para tomar en crudo, pero podéis utilizar el que más rabia os dé) y un poco de vinagre balsámico de módena. Mezcladlo bien y reservar hasta el final.

Rescatad el pollo de la sartén y haced cortes paralelos sin perder la forma del filete. Colocadlo sobre la mezcla de lechugas, queso y cebolla, y añadir la vinagreta para darle el último toque.

Resultado

Una forma de disfrutar de un plato fácil y sabroso en un pispás. Podéis utilizar la variedad de lechuga que más os guste o la clásica salsa césar para aderezarla, ésta no es más que una sugerencia para salvar una cena o almuerzo rápidamente sin dejar de lado la presentación y utilizando los ingredientes que podéis encontrar en vuestra despensa.

Tiempo: 5 – 8 minutos.

Dificultad: 1/5.

Digestión: 1/5.

Precio: 6 €  (para dos personas)

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