Hoy en día, cuando a la hora de elegir lo que comemos tenemos más opciones que nunca, resulta que muchas veces acabando eligiendo la peor de todas, para nuestra salud, para nuestro paladar y para nuestro bolsillo.

¿Cuántas veces ganan las galletas o la bollería industrial frente al pan con tomate a la hora de desayunar? ¿O la pizza precocinada frente a un pisto a la hora de cenar? ¿O intentamos comer sano y acabamos comiendo todos los días lo mismo hasta que el filete a la plancha se nos sale por las orejas?

¿Por qué me he vuelto fan del slow cooking?

Hasta hace más o menos un año, confieso que mi electrodoméstico favorito era el microondas. Viviendo sola, la mayoría de los días mis menús se reducían a algo cocinado en el micro en no más de 15 minutos. Ojo, no es que comiese mal, que el microondas para una emergencia está bien y saca de muchos apuros.

Pero me faltaban sabores, me faltaban texturas y, en cierto modo, sentía una mezcla de pena y pereza de asumir el coste de encender el horno tres horas para preparar un asado… total, para mí sola…, para que me sobre comida…

Pero una buena mañana mi amado microondas dijo que no calentaba más. Fue la ocasión perfecta para ponerme a prueba a mí misma y ver cómo me las apañaba sin él…. a día de hoy sigo sin tener microondas y no lo echo mucho de menos.

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De hecho, si me paro a pensarlo mi cocina, en cuanto al equipamiento que uso en el día a día, digamos que podría parecerse bastante a la de mi abuela. No tengo freidora, no tengo cafetera eléctrica ni hervidor de agua, no tengo horno eléctrico -el que tengo es de gas-, no tengo Thermomix ni robot que se le parezca… Tengo sartenes, cocottes y la que últimamente se ha convertido en la nueva estrella de la cocina, una CrockPot, esto es, una olla de cocción lenta o slow cooker.

Slow cooking, las ventajas de cocinar como tu abuela

Slow cooking significa literalmente cocinar despacio, cocinar a fuego lento, sin prisas. Muchos diréis que hoy en día no hay tiempo para eso, yo también lo pensaba, pero este año me he dado cuenta de que no es cierto. Incluso hoy en día, con todas las prisas con las que nos movemos, cocinando a fuego lento ganamos muchas cosas, incluido tiempo.

Cocinillas

  • Hacer una receta en media hora, normalmente requiere que estemos esa media hora pendientes de la receta sin parar, hacer una receta en 4, 6 u 8 horas que es en lo que consiste el slow cooking, apenas va a requerir nuestra atención durante apenas unos minutos. El resto del tiempo se irá cocinando sola mientras nosotros estamos trabajando, descansando o dedicándonos a otras tareas domésticas.
  • Hacer una receta a fuego lento, bien sea en una cocotte o en una slow cooker, nos va a permitir disfrutar de platos y guisos saludables, sin necesidad de añadir apenas sal o grasas, porque los sabores de los alimentos se aprovechan muchísimo más.
  • Ni qué decir tiene que las texturas que se consiguen con el slow cooking nada tienen que ver con las de un plato precocinado o un plato de comida rápida.
  • Se puede ahorrar dinero a la hora de cocinar, pues para hacer un guiso o un estofado se pueden utilizar cortes muy económicos con un resultado increíble y no tendremos que depender del filete de ternera de primera para no comer suelas de zapato.
  • No tendrás problema por cocinar raciones extra, ya que las legumbres se pueden congelar perfectamente y otros platos, como asados, querrás que sobren para poder utilizarlos fríos como si fueran fiambres, pues no se puede comparar un jamón cocido industrial con un jamón asado o un pulled pork.
  • Las recetas salen siempre igual y no importa si te pasas un rato de cocción, porque los vegetales de los guisos quedarán enteros y la carne seguirá siendo mantequilla.
  • Llegar a casa después de trabajar y encontrarte la comida recién hecha y lista para servírtela en el plato incluso cuando vives solo es el mejor invento del mundo. Y dejar la comida haciéndose mientras duermes para meterla en el táper por la mañana y llevártela a la oficina tampoco está nada mal, sobre todo si tienes que llevártela en un termo porque en el trabajo no tengas microondas.
  • Seguramente acabarás cocinando platos que preparaba tu abuela, pero que antes nunca te habías atrevido. Y lo mejor de todo, te quedarán tan ricos como a tu abuela.

¿Entendéis ahora por qué estoy encantada de volver a cocinar como mi abuela y por qué la CrockPot es la nueva estrella de mi cocina?

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