No os extrañe que siempre que hagamos una lista de cosas para regalar a alguien que cocine nunca falte la Crock-Pot, incluso para aquellos que cocinan porque no les queda más remedio hay un antes y un después desde que la famosa olla lenta irrumpe en sus vidas.

Razones para regalar una Crock-Pot por Reyes

Su simplicidad de uso y sus buenos resultados, son solo algunas de las razones por las que amamos a este electrodoméstico.

1. La Crock-Pot te cambia la vida y la forma de comer para mejor

En los tiempos de prisas que corren hemos llegado a un punto en el que para poder abarcar todo lo que nos ocupa hemos tenido que renunciar a algo a lo que nuestras madres y especialmente nuestras abuelas y las generaciones anteriores dedicaron gran parte de su vida. Renunciar a algo tan básico y necesario como cocinar y alimentarse correctamente es el alto precio que en algún momento de nuestra vida hemos tenido que pagar para poder compaginar trabajos con estudios, o varios trabajos, o trabajar y atender obligaciones familiares.

Que levante la mano quien nunca haya tenido que sobrevivir algunos días sacando alguna chuchería de la máquina de vending, o alguna tapa rápida en la barra de un bar. O el que nunca haya llegado a casa tan cansado que hasta el hecho de encender el microondas para recalentar algo le parecía un trabajo sobrehumano y se ha ido directo a la cama sin cenar -que no es lo mejor-, o ha dejado el tarro de las galletas más limpio que una patena o ha optado por pedir una pizza -que tampoco son las mejores opciones-.

En estas vidas que llevamos hoy en día, la Crock Pot es como una madre que te da mucho a cambio de muy poco, y te recibe en casa con un plato de comida caliente, cocinada de forma saludable y sin que tú tengas que esforzarte mucho.

2. La Crock-Pot es la forma de cocinar que menos luz consume

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Una pregunta que siempre se repite cuando le hablas por primera vez a alguien de la Crock-Pot es cuánto consume de luz, pues tratándose de un electrodoméstico que vamos a usar para cocciones de varias horas es lógico tener miedo a que se dispare el importe del recibo de la luz.

En ese aspecto podéis estar completamente tranquilos, pues una Crock-Pot de las grandes en la temperatura más alta no llega a superar los 210 W y en la más baja se queda en unos discretos 160 W. Esto quiere decir que la olla lenta haciendo un suculento guiso de 8 horas de cocción va a consumir menos energía de la que gastarías encendiendo el horno de casa para calentarte una pizza.

3. Comida más sana, con menos agua y más sabrosa

Cocinillas

Al cocinar a muy baja temperatura, la olla lenta no evapora los jugos que desprenden los alimentos sino que estos se cocinan en ellos. Esto hace que los sabores y los  nutrientes no se diluyan en el agua añadida por nosotros. De hecho, en la Crock-Pot, a no ser que nuestro objetivo sea hacer un caldo, es necesario añadir muy poca agua para que se cocinen los alimentos.

Como se conservan mejor los sabores, tampoco es necesario añadir apenas sal o grasas.

4. Comida lista a la hora que la necesites

La magia de la Crock-Pot está en que, una vez que están todos los ingredientes dentro de la olla, nosotros no tenemos que hacer nada más, salvo vivir nuestra vida y ocuparnos de todas esas cosas que llenan nuestro día a día.

Podemos dejarla encendida por la mañana al levantarnos y tendremos la comida lista para la hora de comer cuando lleguemos hambrientos a casa a la hora de comer. O conectarla a la hora de comer para tener lista la cena.

5. Carnes tiernas y verduras en su punto siempre

Confieso que si hay algo que siempre me ha costado controlar en la cocina son los tiempos a la hora de preparar un guiso de carne con verduras es conseguir que las patatas queden tiernas pero no pasadas y que la carne no quede dura. Con la Crock-Pot esto no sucede, poniendo la carne junto con patatas y verduras, la carne queda ultratierna y las verduras en su punto.

Como veis, son razones más que suficientes como para elegir una Crock-Pot como regalo para alguien que nos importa.

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