Los huevos a la escocesa, que también se conocen como Scotch Eggs, son más ingleses que otra cosa, tanto que su origen (una de las historias) nos lleva directamente a una de las primeras tiendas gourmet del mundo: Fortnum & Mason en pleno Picadilly londinense. Nos remontamos allá por el siglo XVIII cuando estas pelotas de carne picada - cuyo secreto reside en poner una capa no muy gruesa de carne bien aliñada - vieron la luz en 1783. 

Ingredientes

  • Huevos camperos, 4 u
  • Carne picada de ternera, 320 g
  • Panceta de cerdo ibérico picada, 60 g
  • Sal, 1 cucharadita
  • Pimienta negra molida, 1/2 cucharadita
  • Mostaza de Dijon, 1/2 cucharadita
  • Salsa Worcestershire, 1/2 cucharadita
  • Ajo en polvo, 1/4 cucharadita
  • Orégano seco, una pizca

Para rebozar

  • Harina de trigo, 200 g
  • Huevo, 1 u
  • Pan Rallado fino, 300 g
  • Aceite de oliva suave para freír, 500 ml

Paso 1

En un cazo con abundante agua hirviendo colocar uno a uno los huevos con mucho cuidado para que no casquen y dejar cocinar durante 6 minutos de reloj, ni uno más ni uno menos. En cuanto suene la alarma, llevar los huevos a un recipiente que tendremos con agua fría con hielo y enfriarlos rápidamente para cortar la cocción. Entonces, con mucho cuidado y paciencia pelar uno a uno, habiéndole dado un golpecito suave para romper la cáscara pero con precaución para que no se rompa. Reservar. 

Paso 2

Mezclar la carne picada con la panceta picada, aliñar con todas las especias y salsas y mezclar muy bien. Repartir en cuatro bolas diferentes y, cada una de ella, aplanarla. Es muy útil emplear un papel film y estirar la carne sobre él, nos ayudará a manejarla. Poner el huevo en el centro y cerrar el paquete, encamisando nuestros scotch eggs completamente y sellando bien toda la circunferencia. 

Paso 3

Batir un huevo en un plato hondo, colocar la harina en otro y el pan rallado en otro. Pasar los huevos a la escocesa primero por la harina, luego por el huevo y por último por el pan rallado. Ya estarán listos para freírse. 

Paso 4

Poner un cazo con el aceite a calentar a temperatura media e introducir cuando esté caliente, uno a uno, los huevos. Si los queremos poco hechos subiremos la temperatura del aceite ligeramente para que se doren antes por fuera, si los queremos muy hechos lo haremos al revés pero siempre teniendo en cuenta que el aceite no puede estar frío cuando empecemos a freír. Una vez bien dorados, los escurriremos en papel absorbente. 

Trucos y sugerencias

En realidad, la receta original consiste en utilizar la carne de las propias salchichas que sobran sacándola del embutido y amalgamándola para recubrir los huevos cocidos, algo que aquí evolucionamos utilizando carne picada de ternera mezclada con un poco de panceta ibérica que nos dará jugosidad y nos permitirá dejar nuestro huevo poco hecho como si de la mejor hamburguesa se tratara.

Sea como sea, hay muchas versiones sobre el origen de los huevos escoceses pero la realidad es que son una delicia si se elaboran bien y además, son sencillos de preparar.

Emplear carne picada de ternera nos permite dejar nuestros huevos a la escocesa poco hechos sin problema, cosa que no podremos hacer si la carne que los envuelve es de cerdo o directamente de salchicha de cerdo como marca la receta original.  

El pan rallado lo podemos condimentar con especias también para darles un punto especial e, incluso, podríamos utilizar hamburguesas de sabores ya hechas para que fueran el continente del huevo: hamburguesas de pistacho, de trompetas de los muertos... en carnicerías gourmet las venden y son una alternativa muy divertida para unos huevos a la escocesa con un punto sugerente y diferente.

Al lado, puede haber infinitos tipos de salsas para mojar en ellos nuestros huevos pero en realidad deberíamos obtener una carne lo suficientemente aliñada y con sabor para que junto con la jugosidad aquí propuesta no requiriese de ningún añadido más.

Una vez vista la idea... también es posible hacerlos de pavo, de pollo o de cualquier mezcla de verduras que utilizaríamos para hacer hamburguesas o albóndigas vegetales. Las posibilidades son infinitas para unos huevos que también triunfarían en España igual que lo han hecho en su país natal.