Dicen que cuando uno tiene pocos recursos se agudiza el ingenio y a mí es algo con lo que me gusta jugar; abrir la nevera, ver qué me encuentro y, partir de ahí, pensar en nuevas ideas para poderlo gastar.

Ingredientes para las croquetas de calabaza y patata

  • Calabaza, 200 g
  • Patata, 250 g
  • Cebolla, 130 g
  • Soja texturizada, 80 g
  • Ajo, 2
  • Laurel, 1 hoja
  • Pan rallado sin gluten
  • Sal
  • Pimienta

En este caso, abrí la nevera y me encontré con un trozo de calabaza, un par de patatas y una cebolla. Pensé en asarlas al horno para hacer algún tipo de lasaña pero, cuando ya tenía las hortalizas en el horno asándose, abrí el armario en el que guardo las legumbres, el arroz y demás productos y me encontré con que me quedaba un poco de soja texturizada en un paquete. En ese momento se me encendió la lucecita y pensé en hacer algo con todo junto pero ¿el qué?, ¿sigo con la lasaña?, ¿hago una hamburguesa o unas albóndigas? fue pasarme por la cabeza la palabra albóndiga que enseguida me vino a la cabeza… ¡unas croquetas!.

Me puse manos a la obra y este fue el resultado; unas croquetas de calabaza y patata veganas que no contienen ni lactosa ni gluten (el pan rallado para rebozar es sin gluten).

¡Espero que las disfrutéis!

Preparación de las croquetas de calabaza y patata

01: Cocción de la calabaza, las patatas y la cebolla.

El primer paso es preparar la calabaza, la patata y la cebolla para poderlas asar. Para ello, cortamos la calabaza a rodajas no muy gruesas, como de 1 centímetro, para que se nos haga todo al mismo tiempo; hacemos lo mismo con la patata y con la cebolla. No hace falta que le quitéis la piel ni la patata ni la calabaza, con que las lavéis muy bien hay suficiente. Les quitaremos la piel una vez asadas.

Una vez todo cortado, pondremos un poco de papel vegetal en una bandeja apta para horno y colocaremos sobre ella las hortalizas cortadas. Salpimentamos y añadimos un poquito de aceite de oliva por encima.

Con el  horno precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo introducimos la bandeja con las hortalizas y asamos durante unos 20 minutos. El tiempo puede variar según el horno, para saber si están listas solo necesitamos pinchar con un palillo o un tenedor y comprobar que está tierno. Si vemos que se nos doran mucho pero todavía no están tiernas, bajamos el horno a 160ºC.

Una vez asadas las hortalizas, paramos el horno, las sacamos y las dejamos templar.

02: Preparación de la soja texturizada

Para poder consumir la soja texturizada el primer paso que debemos realizar es el de hidratarla ya que esta viene deshidratada y así no la podríamos consumir. Para hidratarla, debemos seguir las instrucciones del fabricante para hacerlo de la forma correcta.En este caso, el fabricante marcaba hidratar la soja texturizada 20 minutos.

Para hacerlo, en un bol o cuenco añadimos la soja texturizada y cubrimos con agua fría. Añadimos una hoja de laurel y dos ajos partidos para darle algo de sabor. Veréis que poco a poco va absorbiendo el agua y se va hinchando.

Una vez hidratada, la introducimos en el vaso de la picadora con el ajo pelado y lo procesamos todo hasta que nos quede una masa fina (veréis que enseguida queda una pasta bien lisa y sin grumos). Reservamos en un bol y seguimos con la preparación de las croquetas de calabaza y patata.

03: Preparación de la masa de croquetas

Ahora, incorporamos en el vaso de la batidora la cebolla, la patata y la calabaza asadas (previamente les habremos quitado la piel) y lo procesamos todo. No hace falta que quede una masa muy fina, si quedan trocitos de calabaza, patata o cebolla más enteros, mejor.

Incorporamos la mezcla de las patatas, la cebolla y la calabaza a la masa de soja texturizada y mezclamos. Probamos y rectificamos de sal y de pimienta.

Vamos a dejar reposar la masa durante 1 hora en el frigorífico para que coja consistencia y nos sea más fácil moldear después.

04: Moldear y freír

Vamos ahora a darle forma a esta masa para poder llamarlas croquetas; cogemos una porción de masa, más o menos una cucharada colmada, y de la damos forma con las manos. A continuación, las rebozamos en pan rallado (al que le incorporé un poquitín de perejil) y las vamos colocando en un plato.

Si vemos que las croquetas no quedan lo suficientemente compactas, podemos añadir un poco de pan rallado a la masa y mezclar bien, así nos cogerán un poco más de consistencia.

Para freírlas, calentamos una sartén con abundante aceite y cuando esté caliente añadiremos las croquetas y freiremos bien por todos lados hasta que estén doraditas.

En un plato, ponemos un poco de papel absorbente y, una vez fritas, las vamos colocando encima para que el papel absorba el exceso de aceite.

Ya solo nos queda servir y comer.

Resultado final

En este caso, he acompañado estas croquetas de calabaza y patata con un poco de puré de coliflor y patata al que le añado nuez moscada, me encanta porque el sabor me recuerda al de la clásica bechamel. Os digo rápido cómo hacer este acompañamiento; en una olla hervimos una coliflor entera y dos patatas, cuando estén cocidas, escurrimos todo el agua y añadimos sal, pimienta, nuez moscada y un chorrito de aceite de oliva virgen extra y lo trituramos todo con la batidora… ¡listo!.

Para hacer esta receta me he inspirado en el típico guiso de patata con calabaza que se acostumbra a hacer rehogado a fuego lento. Me encanta la calabaza, es una hortaliza muy versátil y que podemos utilizar tanto en platos salados como en dulces, además es rica en carotenos, fibra y vitamina A y C.

Ya sabéis que me encanta mostraros versiones vegetarianas o veganas de las recetas tradicionales; creo que es muy interesante ir incorporando estas alternativas para disminuir el consumo de alimentos de fuente animal y conseguir una dieta más variada y equilibrada con muchas menos grasas y mucha más fibra, vitaminas y minerales.

Solo tenemos un cuerpo y debemos cuidarlo 😉