Aunque por poco tiempo, aún es febrero; y por menos tiempo, es fin de semana. Así que un buen plan es hacer una calçotada.

Como la voy a hacer en la provincia de Cuenca y aquí jamás de los jamases le hemos llamado calçot a una cebolla de porreta, cuando compro este producto en el mercadillo local, no pido calçots, sino eso, cebolla de porreta o cebolleta.

En esta zona no es habitual, nada habitual, ponerse a asar cebollas y comérselas mojadas en salvitxada (ni en nada) como si fuera un concurso americano de comer hot dogs. Aún así, cuando le pido esas cantidades de cebolla al hortelano, ya se imagina para lo que las quiero: “las vas a asar, ¿verdad? Pues entonces te las doy de mejor tamaño”. “De mejor tamaño” es ni muy finas, porque al asarlas te quedas sin nada, ni muy gruesas, porque entonces el corazón de la cebolla se queda crudo y se hace una comida muy pesada y tosca.

Después de los calçots, lo que toca por derecho es algo de carne a la brasa. Unas chuletillas y unas tiras de panceta son feténes para empujar a las cebollas. Y de postre, crema catalana. Es un buen plan si tienes espacio para montar unas brasas. En Cataluña en esta época restaurantes y masías ofrecen menú calçotada, pero fuera de allí, la cosa se complica un poco más. Para eso, nuestra compañera de Cocinillas, Macarena Escrivá, dejó este listado de los mejores sitios donde comer calçots en Madrid.

También muy de fin de semana es el vermú. Con su hielo, su rodajita de naranja y la aceitunita. Que nos gusta el vermú creo que es algo generalizado, pero ¿cuánto sabemos de esta bebida? Laura S. Lara conversó con François Monti, un experto vermutero que nos dejó despejó dudas y nos dio las claves para disfrutar de este elixir del fin de semana.

Hay un dicho muy extendido: “Más triste que un día sin pan”. El superlativo de “un día más triste que un día sin pan” es “más triste que un vermú sin aperitivo”. Así que, aunque Monti dijo que el vermú español es más fresco y más fácil de beber solo que los vermús italianos, no es un llamamiento a ponernos tristes y no acompañarlo con un buen bocado. Por ejemplo, lo alegraremos con este paté de salmón de Clara Villalón. Aunque más que paté, ella lo llama untable, porque tiene una textura gruesa donde se notan algo los trozos del salmón. La ventaja: en 15 minutos lo tienes. La desventaja: en 2 minutos desaparece, así que ándate rápido.

Siguiendo con el aperitivo por todo lo alto, un clásico son las bravas. Danny Salas nos enseña a hacerlas, pero no de la manera clásica, porque él sí que le pone tomate a esta receta. Una receta adictiva y gocha, dice Danny.

Y gochas, gochísimas son las hamburguesas. Otro plato recurrente de los caprichos y el relajo que nos permitimos el fin de semana. Si no te apetece estar en la cocina, Mer Bonilla, que siempre nos ayuda a disfrutar cocinando con sus recetas, esta vez nos saca de los fogones y nos recomienda salir a probar las mejores hamburguesas de Madrid

Pero si eres más clásico y te apetece quedarte en casa y prepararte un fast food más patrio, este pepito de ternera con pimientos es tu plan. “Hacer un pepito perfecto no tiene misterio”, dice Clara Villalón. No obstante, si necesitas ayuda, aquí tienes el paso a paso. ¡Buen provecho!