
El truco para no volver a pasar por esta situación iStock
Ni dar golpes a la encimera ni hacerlos rodar: el truco más fácil para que los huevos duros no se rompan al pelarlos
Para no llevarse la mitad de la clara al intentar separar la cáscara.
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Se ponen los huevos en una olla con agua, se enciende el fuego y, cuando el agua rompa a hervir, se pone en marcha un temporizador para que nos avise cuando haya transcurrido el tiempo necesario para que queden al punto que nos gusta. Cocer un huevo es algo facilísimo, eso nadie lo duda, en cambio, hay veces que parece imposible acabar en el plato con un huevo duro como los de los anuncios.
A veces parece que los carga el diablo y basta que necesitemos que los huevos queden "bonitos", para que ese día o se rompan al cocerlos o sea imposible pelarlos y nos queden unos huevos rellenos dignos de un Nailed it!.
¿Por qué a veces cuesta tanto pelar los huevos?
Cuando aún no se tiene mucha experiencia en cocina y no se conocen todos los trucos para hacer unos huevos duros perfectos, el momento de pelarlos puede resultar desconcertante. Habiendo cocinado exactamente igual los huevos, unas veces parece que la cáscara sale sola y casi de una pieza y otras parece que la hubieran pegado a la clara con Loctite y hay que ir arrancándola trocito a trocito y rezando por no llevarse pellizcos de ésta que nos dejen con un huevo duro con muy mal aspecto.
Esto no es una cuestión de azar, según explica el experto en cocina y ciencia, Harold McGee en su libro La cocina y los alimentos, los huevos más frescos tienen la membrana interna más adherida a la clara y son mucho más difíciles de pelar sin dejar marcas en la superficie. En cambio, los huevos que son más viejos y están más próximos a la fecha de caducidad, son más adecuados para cocer si lo que queremos es que luzcan bonitos en la foto.
El truco para pelar un huevo duro, rápido y sin esfuerzo...
Aunque elegir unos huevos que no estén recién puestos es un gran paso que nos acerca mucho al éxito, muchas veces no tendremos posibilidad de elección y nos tendremos que apañar con los que tengamos en la nevera.
Existen varios "trucos de abuela", avalados por la ciencia, que son realmente efectivos para salir airosos cuando queremos cocer unos huevos que sean muy frescos y que también ayudarán a facilitar aún más la tarea de pelar los huevos que son algo más viejos.
A medida que van pasando los días, el pH de la clara del huevo va aumentando y esto hace que se vaya "aflojando" de la cáscara. Y nosotros podemos ayudar haciendo subir artificialmente el pH añadiendo una cucharadita de bicarbonato de sodio al agua de cocción. Este ingrediente alcaliniza el agua, lo que provoca que la membrana que se encuentra entre la cáscara y la clara se separe más fácilmente. De este modo, al momento de pelar el huevo, la cáscara se desprende limpiamente casi sin esfuerzo.
En cambio, aunque también es muy común añadir una pequeña cantidad de vinagre, que ayudaría a coagular rápidamente la clara en el caso de que se rompa la cáscara durante la cocción, al ser un elemento ácido, que baja el pH, producirá el efecto contrario al del bicarbonato, es decir, la clara se pegará más a la cáscara dificultando la retirada de ésta.
Y esto no es todo lo que podemos hacer. Los huevos, una vez cocidos, se deben sumergir en agua helada o muy fría para cortar la cocción, pero también sucede que se pelan mucho mejor si están sumergidos en agua, porque el agua penetra entre la cáscara y la clara, ayudando a separarla y aquí viene el truco, no hace falta darle a la cáscara un montón de golpes contra la encimera, ni hacerla rodar como si la estuviéramos amasando, que son trucos que también ayudan, pero no de forma tan eficaz.
Lo que haremos es, incluso, más sencillo. Simplemente daremos un golpe al huevo contra el borde del recipiente en el que lo vayamos a enfriar, un golpe para agrietar la cáscara como si fuéramos a cascar el huevo, y lo sumergiremos en el agua para que se enfríe, de esta manera, el agua irá separando la cáscara mientras el huevo se enfría y el pelado será mucho más sencillo, evitando esos antiestéticos huevos "picoteados".
5 recetas para lucir unos huevos duros perfectos
Hay muchas recetas en las que acostumbran a servirse huevos duros enteros o en mitades, desde el ramen hasta el potaje de Semana Santa, pero si hay una en la que son los verdaderos protagonistas, es en los huevos rellenos. A continuación, te dejamos unas cuantas ideas para poder presumir.
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Huevos rellenos clásicos con atún y mayonesa. Mezclamos las yemas cocidas con atún en conserva, mayonesa y un poco de mostaza. Rellenamos las claras con esta mezcla y decoramos con pimentón dulce o aceituna en rodajas. Puede que sean comida "viejuna", pero siguen siendo ideales como aperitivo fresco y rápido.
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Huevos rellenos de aguacate y lima. En vez de mayonesa usamos aguacate triturado, mezclado con las yemas, zumo de lima, sal, pimienta y un poco de cilantro picado. Esta versión es más nutritiva y con un toque más fresco e igualmente cremosa. Algo así como una alternativa saludable a la versión clásica.
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Huevos rellenos estilo deviled eggs con mostaza y pimentón picante. Trituramos las yemas con mayonesa, mostaza Dijon, un chorrito de vinagre y un toque de pimentón picante o cayena molida. El resultado es un relleno con sabor más intenso y picantón.
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Huevos rellenos de jamón cocido y queso crema. Picamos finamente jamón cocido y lo mezclamos con las yemas y queso crema, sazonando con sal y pimienta. El queso crema es otra alternativa a la mayonesa para los que buscan opciones con menos grasas.
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Huevos rellenos de merluza y maíz dulce. Desmenuzamos merluza hervida y la mezclamos con maíz, las yemas desmenuzadas y una pizca de mayonesa para ligarlo todo. Esta receta tiene un sabor delicado y ligeramente dulzón que resulta ideal para los más pequeños de la casa, sobre todo, para los que les cuesta comer pescado.