Los platos más humildes a veces son los más deliciosos. ¿Quién no disfruta como un niño ante un plato de patatas fritas con huevos? Pero a veces lo que parece más fácil no lo es tanto y resulta que una de las cosas que más nos preguntáis es cómo hacer unas patatas fritas crujientes que no queden aceitosas.

Cierto es que unas patatas fritas blandurrias y aceitosas no triunfan, pero conseguir que queden crujientes es muy fácil si se tienen en cuenta una serie de consejos.

Conseguir buenos resultados depende de varios factores como la variedad de patata empleada o la técnica utilizada.

Mejores patatas para freír

Las mejores patatas para freír suelen ser las de maduración tardía aunque algunas semitardías también dan buenos resultados. En general, buscamos patatas con poca agua y pocos azúcares. Las más recomendables son las variedades Agria, Baraca, Bintje, Caesar, Draga, Felix, Kennebec, Monalisa, Nagore y Spunta.

Debemos evitar las patatas de maduración temprana, como la variedad Agata, que tienen un gran contenido de agua y en vez de freírse se termina cociendo.

Cómo cocinar patatas fritas crujientes en sartén

Si quieres unas patatas que queden crujientes como si fueran de bolsa, esto es lo que necesitas y los pasos que debes seguir, que son una simplificación del método de Blumenthal, pero que también da muy buenos resultados.

Necesitas: Patatas, agua, sal, vinagre blanco y aceite para freír

Y los pasos a seguir son:

1. Por un lado, en una olla ponemos a hervir dos litros de agua con tres cucharadas de vinagre blanco. Por otro, en un bol lo suficientemente grande, ponemos agua fría con otras tres cucharadas de vinagre blanco

2. Se pelan las patatas, se lavan bien en agua fría y se cortan en la forma deseada con un cuchillo bien afilado o con una mandolina (para las chips, enrejadas y onduladas esta última es indispensable).

3. Sumergimos las patatas cortadas en el bol de agua fría con vinagre.

4. Cuando el agua que habíamos puesto a hervir esté hirviendo a borbotones, echamos dos cucharaditas de sal y las patatas que teníamos a remojo bien escurridas. Esperamos a que rompa a hervir de nuevo y las dejamos un minuto.

5. Retiramos las patatas del fuego, las escurrimos rápidamente enjuagándolas bajo el chorro de agua fría y las pasamos a un bol con agua helada (agua fría con algún cubito de hielo).

6. Ponemos el aceite a calentar, vamos sacando las patatas y secándolas bien con papel de cocina o con un paño de cocina bien limpio. Cuando el aceite empiece a humear, las vamos echando poco a poco. Recomendable no freír muchas de cada vez para que el aceite no pierda temperatura y para que se hagan antes.

7. Retiramos cuando empiezan a dorarse (2-3 minutos) y vamos colocando en un bol. Ponemos sal al gusto y si acaso alguna especia.

Si hemos frito muchas tandas de manera que las primeras ya se enfriaron y queremos servirlas calientes, lo que haremos será, al finalizar, echar todas las patatas que quepan y sumergirlas unos segundos en el aceite caliente. Esta tarea resulta mucho más sencilla si se usa un cestillo para frituras.

El método de Blumenthal

El afamado chef Heston Blumenthal propone un método para freír las patatas que es algo más laborioso, pero que también da un resultado fabuloso, con unas patatas tiernas por dentro y crujientes por fuera.

Patatas crujientes en el horno

Si buscamos una alternativa a la fritura, pero más sana, podemos preparar unas riquísimas patatas crujientes en el horno, perfectas como guarnición o como picoteo.

Y en el horno microondas también podemos preparar unas patatas fritas crujientes que serán como las patatas de bolsa pero sin aceite. Un trucazo perfecto para matar el gusanillo cuando te apetece picar algo.

Patatas fritas crujientes tipo DeLuxe

Si hablamos de patatas fritas crujientes no podemos olvidar las famosas patatas gajo o patatas DeLuxe, que son unas de nuestras favoritas y también de las más fáciles de preparar. Simplemente hay que hacer una primera cocción a las patatas, para posteriormente freírlas.

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