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En la intimidad de un espacio de apenas 44,5 metros cuadrados, con capacidad para solo 8 comensales, el restaurante Bagá, en Jaén, ha logrado lo que muy pocos: ser reconocido con los Tres Soles Repsol, la máxima distinción de la prestigiosa guía gastronómica. Pedro Sánchez -Pedrito, como cariñosamente le conoce el sector-, chef y propietario, ha convertido este pequeño local en un referente europeo de la alta cocina, con una propuesta que rompe esquemas y reinterpreta la esencia de la despensa jienense.

Este reconocimiento sitúa a Bagá en la élite de la gastronomía, junto a otros templos culinarios de renombre, y confirma el impacto que Sánchez ha tenido en la evolución de la cocina andaluza. A un precio de 98 euros, su menú degustación “Sentir Jaén” no solo representa un viaje por los sabores del territorio, sino también una declaración de principios: menos es más, y el producto es el verdadero protagonista.

Si hay algo que distingue a la cocina de Pedro Sánchez es su capacidad para sorprender con lo mínimo. Sus platos, lejos de la opulencia, son ejercicios de precisión y sensibilidad. El pétalo de rosa con velo de tocino, por ejemplo, demuestra cómo un gesto simple puede convertirse en una experiencia sensorial inolvidable -: la grasa del tocino captura el aroma de la flor y lo potencia en el paladar. Otro ejemplo de esta filosofía es el alga nori a la menier, un plato que invita a la reflexión sobre la esencia del producto y su interacción con la técnica y bien se merece Tres Soles.