Estamos acostumbrados a leer las listas de ingredientes de productos procesados en las que aparecen un montón de nombres de compuestos químicos impronunciables, pero ¿os habéis parado a pensar cómo sería la lista de ingredientes de productos naturales como un huevo, un plátano, unas fresas o unos arándanos?

¿Qué pasaría si los productos naturales viniesen acompañados de una lista de ingredientes en la que se enumerase detalladamente su composición? Cuesta imaginarlo, ¿verdad? Pues para que podamos hacernos una idea, James Kennedy, un profesor de química del instituto Haileybury en Melbourne (Australia), ha publicado una serie de infografías en las que aparecen productos naturales acompañados de su composición. A la vista de esto es fácil comprobar que la química está presente en todo y que, químicamente hablando, los productos procesados podrían llegar a parecerse mucho a los naturales.

Lista de ingredientes de productos naturales que consumes con frecuencia

Aunque en la web de este químico encontraréis muchos más, para los que no os apañéis con el inglés os traduzco a modo de ejemplo el de las fresas para que veáis cómo serían las listas de ingredientes de algunos productos naturales que con frecuencia están en nuestra mesa.

fresas

Ingredientes de las fresas: agua (90.9%), azúcares (4.9%) (fructosa (50%), glucosa (41%), sacarosa (9%)), fibra E46 (2.0%), cenizas, ácidos grasos (<1%) (ácido graso omega-6: ácido octadecadienoico (42%), ácidos grasos omega-3: ácido octadecatrienoico (31%), ácido octadecaenoico (20%), ácido hexadecanoico (6%), ácido octadecanoico (1%), ácido hexadecaenoico (<1%)), aminoácidos (<1%) (ácido aspártico (26%), ácido glutámico (17%), leucina (6%), alanina (6%), lisina (5%), glicina (5%), arginina (5%), prolina (4%), serina (4%), tirosina (4%), treonina (4%), isoleucina (3%), fenilalanina (3%), valina (3%), histidina (2%), triptófano (1%), cistina (1%), metionina (<1%)), conservantes (E236, E296), colorantes (E160a, E161b, E161c, E140, E161d, E161e, E161g, E161h) E300, E307, folato, colina, betaína, fitosteroles, saborizantes (2,5-dimetil-4-hidroxi-2H-furan-3.ona, 2,5-dimetil-4-metoxi-2H-furan-3.ona, gamma-decalactona, gamma-dodecalactona, 2-furfural, 5-hidroxi metil-furfural, limoneno, linalool, (E)-nerolidol, E1510, hexanol, octanol, metil-butanoato, etil-butanoato, metil-hexanoato, etil-hexanoato, hexil-etanoato, (E)-2-hexen-1-il, etanoato, butil- etanoato, metil-octanoato, etil-octanoato, octil-2-metil butanoato, octil-hexanoato, decil-butanoato, decil-etanoato, metanetiol, etil-3-metilbutanoato, geraniol, E210, farnesil acetato, mesifurano, metil-antranilato, metional, dimetoximetano, 1-butoxi-1-etoxietano), 2-(4-hidroxifenil)-etilbeta-D-glucopiranósido)

Y ¡ojo!, que nadie se piense que es que las fresas que se compran vengan aderezadas con toda esta química procedente del exterior, que no es así, que es que todo esto son las propias fresas. Quién lo iba a decir, ¿verdad?

En definitiva, el fin de estas infografías no es más que demostrar que la propia naturaleza es capaz de desarrollar compuestos y estructuras tan complejos o aún más si cabe que los que se puedan generar en un laboratorio.

Más información | James Kennedy Monash