A menudo, Nochevieja es sinónimo de fiesta, baile, cotillón y cócteles por doquier, pero también es sinónimo de resaca de Año Nuevo, donde diríamos que Año Nuevo podría ser el día zombie por excelencia. No hace falta que os describamos qué se siente al estar de resaca: dolor de cabeza, sed, pérdida de memoria, malestar general, vómitos, mareos… Sin embargo, en Cocinillas queremos ayudaros a evitar el levantaros cual muertos vivientes por la mañana. No, no os vamos a impedir que bebáis y celebréis el fin de año, pero sí os vamos a dar unos cuántos consejos para que el amanecer del nuevo año sea un poquito menos desagradable, ¡atentos!

¿Por qué se produce la resaca?

La resaca es una mezcla de las reacciones químicas que produce el etanol en nuestro organismo al ser metabolizado, como es la deshidratación y la pérdida de vitaminas. Entre otros, los órganos que más sufren con el alcohol son el hígado y el cerebro. En el caso del hígado, al ser el encargado de filtrar, debe hacer un trabajo mayor para librar al organismo de las sustancias “venenosas” que se generan en el proceso de digestión del alcohol como es el acetaldehído. La enzima encargada de metabolizar dicha sustancia es la alcohol deshidrogenasa, que se encuentra más activa y es más eficiente en hombres que en mujeres. Si en nuestro organismo hay más veneno que enzima, comenzarán los síntomas de la resaca.

Por otro lado, el alcohol produce la deshidratación  a través del metabolizado del acetaldehido en nuestro organismo, afectando entre otros a nuestro cerebro (que contiene gran cantidad de agua) y, además, el alcohol es una sustancia diurética, lo que provoca la eliminación de agua a través de la necesidad constante de orinar. Es por éste motivo por la que nuestro cerebro se ve afectado y produce que al día siguiente tengamos un intenso dolor de cabeza.

Como dato adicional, es recomendable saber que con el estómago lleno la metabolización produce menos toxinas, por lo que se reduce el riesgo de tener resaca si a la vez que estamos tomando una copa, estamos comiendo algo. Éste es el motivo por el cual después de salir y beber en exceso, nuestro cuerpo nos pide como medida de defensa comer todo lo que se nos ponga a la vista.

Antes de beber: cómo prevenir la resaca

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Tampoco es la panacea la idea de tomar omeprazol antes de beber, pues lo que evitará será la irritación de la mucosa estomacal a la hora de beber, y sin embargo el resto de efectos secundarios seguirán ahí, pero puede ser una manera de encontrarse mejor si sabemos que irremediablemente beberemos más de un par de copas.

Durante el proceso de digestión del alcohol, se produce una pérdida de vitamina B6, que puede favorecer al malestar general. El arroz, la pasta, los frutos secos, las espinacas, los kiwis o las sardinas son una buena fuente de ésta vitamina, por lo que si sabes que vas a beber, comer el día anterior alguno de estos alimentos puede ser beneficioso.

Al día siguiente: cómo quitar la resaca

Llegó la mañana siguiente (no nos hiciste caso 🙂 ) y estás hecho polvo, con el estómago levantado, dolor de cabeza y fatigado. Es la hora de intentar mitigar los efectos de la temida resaca.

Seguimos con el agua, si os levantáis con dolor de cabeza y malestar es importante beber agua, sobre todo durante las primeras horas del día, pues ayudará a rehidratar el cuerpo (y la mente) y paliará los efectos del alcohol. De hecho, si en lugar de beber agua bebemos zumos de frutas (como el zumo de tomate), que además contienen vitaminas, recuperaremos a la vez la hidratación y glucosa que nuestro cuerpo echa en falta. También es buena idea tomar bebidas isotónicas, pues al ingerir alcohol perdemos electrolitos (minerales que mantienen el equilibrio de los fluidos) y cuya falta propicia el dolor de cabeza.

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Lo más probable es que nuestro sistema digestivo esté irritado, por lo que no parece buena idea hacerle trabajar de más. Debemos evitar comidas fuertes, grasas y el picante, y optar por

Es recomendable ingerir también plátanos, que contienen B6 y potasio (uno de los comentados electrolitos de nuestro organismo). También optar por una sopa suave de verdura y pollo ayudará a rehidratarnos y a recuperar sales minerales perdidas. Si además, preparamos una sopa de arroz, estaremos incorporando a la comida la ansiada vitamina B6.

Dicho ésto, os proponemos el menú de Año Nuevo: para desayunar, un zumo y un yogur, para comer podría ser una sopita o un arroz y una manzanilla y, para cenar, un hummus. Ante todo, desde Cocinillas os recomendamos un consumo moderado y sobre todo, dejar el coche a un lado si vais a beber. ¡Feliz Año Nuevo!

Imágenes: jgoge, niznoz, SantiMB

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