El investigador danés Nicklas Brendborg

El investigador danés Nicklas Brendborg

Salud

Nicklas Brendborg, gurú de la longevidad: "Reducir las calorías es el modo más eficaz de alargar la vida"

"El reto es morir jóvenes lo más tarde posible" // "En España teníais la dieta más saludable, ahora coméis como americanos" // "Vivimos mucho tiempo, pero viviríamos aún más con una alimentación tradicional".

10 noviembre, 2022 01:58

Eduard Punset declaró una vez que él no moriría nunca, y cuando su oncólogo le hizo notar que "hasta ahora se ha muerto todo el mundo", él respondió que "eso no era una prueba". Con la falsa ingenuidad que le caracterizaba, el divulgador planteaba el dilema científico de la inmortalidad: ¿es realmente inevitable envejecer y morir? No solo hay especies en la naturaleza que duplican o triplican nuestra ya larga esperanza de vida; al menos una de ellas, la medusa Turritopsis, ha desentrañado el secreto para rejuvenecerse a voluntad. ¿No podrá acaso la ciencia encontrar el interruptor de rebobinado también en el ser humano?

La medusa inmortal (Destino) es precisamente el título del primer libro de divulgación de Nicklas Brendborg (Dinamarca, 1996), estudiante posdoctoral de Biología Molecular en la Universidad de Copenhague y bestseller precoz en el campo de la longevidad. Brendborg es muy joven, y pretende seguir siéndolo hasta el día de su muerte, dentro de muchas décadas. Si bien la búsqueda de la inmortalidad ha dado lugar a extravagancias como las transfusiones de sangre joven o el transhumanismo, fármacos reales como la rapamicina demuestran potencial contra el envejecimiento. Sumados a los hábitos saludables, no solo viviremos más años, explica, sino que reduciremos las principales enfermedades que lastran a la humanidad.

Ramón y Cajal definía a la vejez como "una enfermedad crónica" que "todos deseamos". ¿Es el envejecimiento una enfermedad a curar?

El envejecimiento no es una enfermedad, porque le ocurre a todos los seres humanos. Envejecer es un proceso natural, pero eso no significa que sea bueno. El declive físico ligado a la edad ocurre en la gran mayoría de los animales, pero no en todos. 

¿Cómo justificamos la inversión en tratamientos para la longevidad y el rejuvenecimiento sin ser tachados de vanidosos o egoístas?

Hay aspectos económicos, morales y éticos, por supuesto. Pero ya estamos viviendo mucho más años que antes, y no creo que haya nadie dispuesto a volver a la esperanza de vida de antaño. Desde el punto de vista de la economía, sufrimos múltiples enfermedades -problemas cardiovasculares, cáncer y demencia- que solo ocurren a gran escala en cuerpos envejecidos. Si pudiéramos alterar este proceso, la reducción del coste sanitario y el incremento en calidad de vida sería asombroso.

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¿El reto en los países desarrollados ya no es llegar a viejos, sino vivir la máxima cantidad de años con buena salud?

Sí: el reto es morir jóvenes lo más tarde posible. Queremos pasar el máximo de tiempo posible en el cuerpo de una persona joven en lugar de alargar la vejez en un organismo frágil. El objetivo es que, dentro de 20 años, cumplamos los 70 años con el cuerpo de una persona de 50. Y los 50, con el de alguien de 35. Expandir el periodo de vida sana prácticamente garantiza también una elevada longevidad.

Precisamente ése ha sido un descubrimiento reciente fundamental: que nuestro organismo posee un reloj biológico distinto al cronológico.

El proceso de envejecimiento es inevitable. No va a desaparecer por muy sano que vivas. Pero puedes frenarlo. Es un concepto holístico, con muchos factores asociados. Para algunos, las recomendaciones son sencillas: si fumas, déjalo; si tienes sobrepeso, piérdelo; si eres sedentario, empieza a hacer ejercicio. Eso es lo esencial. Pero si ya llevas una vida muy sana, sin duda habrá formas de optimizar tu envejecimiento biológico. Muchas cosas que parecen tonterías, como la higiene dental, la donación de sangre o el ayuno, acaban incrementando la longevidad.

Esos últimos elementos están relacionados con un fenómeno muy interesante del que habla el libro, la hormesis. ¿Cómo la explicaría?

En nuestra vida diaria, la hórmesis se presenta sobre todo en el ejercicio: practicarlo es muy sano, y sin embargo te estás dañando al hacerlo. Tus músculos, tus pulmones y tus huesos se resienten en el plazo inmediato. Pero a continuación, se activa un proceso de reparación beneficioso, con el que el cuerpo se reconstruye para ser más fuerte. Esto es la hórmesis, y es lo que diferencia a los organismos biológicos de los objetos mecánicos: para nosotros, el daño en pequeñas dosis puede ser beneficioso, mientras que para ellos siempre se acumula y culmina en su destrucción.

Cuando nos alimentamos, ¿ayunar de forma intermitente o reducir calorías también son formas de hormesis?

La manera más eficaz de prolongar la vida de animales de laboratorio es la restricción calórica. Pero es difícil aplicarlo en seres humanos, nadie quiere morirse de hambre por ganar unos años de vida. El ayuno intermitente permite recortar calorías en un periodo de tiempo limitado y activar los procesos metabólicos beneficiosos. También hay hórmesis a nivel de nutrientes: los antioxidantes son saludables, pero porque son ligeramente tóxicos para el organismo y le obligan a reaccionar.

El tratamiento farmacológico del envejecimiento es más complicado: cada vez que se interfiere con sus mecanismos, el riesgo de cáncer aumenta.

Sí, desafortunadamente el cáncer puede ser un efecto secundario del desarrollo de estos nuevos fármacos. El cáncer ocurre cuando unas células se niegan a seguir las reglas y se empeñan en seguir viviendo. Eso no beneficia al organismo, porque lo van a invadir y a arruinar su fisiología. Las células tumorales de Henrietta Lacks son inmortales, pero le causaron la muerte al negarse a cooperar con el resto. Tenemos que averiguar por qué ocurre: una ballena azul es longeva y tiene muchísimas más células que un ser humano, y sin embargo sufre una baja incidencia de cáncer. 

¿Qué fármacos antienvejecimiento son los más prometedores?

Me gusta la rapamicina, porque ha funcionado con todos los animales de laboratorio. Pronto sabremos si funciona también con humanos porque ya se están realizando los ensayos. Lo que hace es inhibir en las células un mecanismo que a su vez inhibe la reparación celular. En un plazo más largo, me gusta la investigación de las células senescentes, a las que llamo 'células zombi'. Eliminar la 'basura celular' ha funcionado muy bien en ratones.  

¿Y existe una relación entre estos mecanismos celulares y el ayuno?

Exactamente. El ayuno activa mecanismos de regeneración similares. Sea cual sea tu dieta, recortar calorías es beneficioso para frenar el envejecimiento. Y sería más agradable tomar rapamicina que pasarse días sin comer. Pero en realidad, el envejecimiento es un proceso complejo en el que van fallando muchas cosas que hay que reparar al mismo tiempo. Si hubiera que enfocarse en algo, apostaría por frenar el envejecimiento cerebral. Llegaremos a crear riñones de reemplazo, pero reemplazar un cerebro siempre será más difícil.

Muchas de las sustancias relacionadas con el envejecimiento saludable, como el butirato, se obtienen de la nutrición. ¿Cómo deberíamos comer?

Hay tantas dietas: baja en carbohidratos, baja en grasa, Atkins... Mi propia investigación me indica que la más beneficiosa, probablemente, sería una simple dieta Mediterránea. Ahora vivimos mucho, pero si siguiéramos alimentándonos de forma tradicional, viviríamos aún más. En España e Italia teníais las dietas más saludables que conocemos, y habéis retrocedido al comer como americanos, probablemente la dieta más insana. Y no solo os pasa a vosotros. La isla de Okinawa tenía la mayor longevidad de Japón. Pero llegaron las bases militares de EEUU. Ahora tiene la mayor concentración de KFCs y de obesidad del país, y la esperanza de vida se ha hundido. No es la genética, son los hábitos.

Una nota optimista, sin embargo, termina su libro: algo que casi todos tomamos a diario, el café, se relaciona con una vida más larga y saludable.

¡Exactamente! Y ni siquiera importa la cafeína, el descafeinado resulta igual de sano. Todos los estudios de calidad coinciden: el café es un factor beneficioso -o neutral en el peor de los casos- para ayudar a alargar la vida.