Opinión

Terrorismo en España

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La explicación del atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, donde asesinaron a 11 personas, 5 niñas entre ellas, fue insuficiente. Mi hijo, como cualquier niño, es un continuo brotar de dudas y preguntas. Especialmente los jóvenes hacen -y hacemos preguntas- cuando vemos la inmensa estupidez de los mayores de edad.

España, este hermoso país donde vivimos, tuvo desde los años '60 del siglo pasado diferentes grupos terroristas, hijo mío. El terrorismo es emplear medios, a veces violentos, para imprimir miedo a otros ciudadanos y, con ello, conseguir fines políticos, ideológicos, además de una forma de vivir sin necesidad de tener que trabajar. Los terroristas te intimidan con sus actos a realizar cosas distintas a tu forma de pensar o creer. Por ejemplo: ETA quería independizar de España y Francia unas cuántas provincias para establecer una república socialista; GRAPO pretendía derribar el sistema democrático para otorgar al pueblo la oportunidad de crear una sistema social diferente.

Eso es, los mayores somos muy raros. Desde 1978 vivimos en una democracia parlamentaria, donde los ciudadanos elegimos a otros miembros de la sociedad para formar las Cortes Parlamentarias -encargados de elaborar las leyes, llamado Poder Legislativo-; de ellos, el Gobierno -ejecuta las leyes, denominado Poder Ejecutivo-. Los jueces están encargados de administrar la Justicia -es el Poder Judicial-. Aún con todo ese organigrama, unos cuantos estaban convencidos de obligar al resto a cambiar radicalmente esa estructura del estado.

Comenzaron a comprar armas, aprender su uso y practicar en campos de entrenamiento. La escalada de sus acciones terroristas cobardes -el terrorista siempre es un cobarde porque se aprovecha de atentar por la espalda, de noche o con sorpresa contra gente, a ser posible, sin armas para responder- dio paso a la utilización de explosivos.

El sur de Francia, Bélgica, Argelia, entre otros, fueron base de residencia de esos individuos que mataban a españoles. Su motivación seguía siendo imprimir terror al resto de ciudadanos. Fíjate hijo mío que, además de matar a agentes de Policía, Guardia Civil, Militares o funcionarios de España, también comenzaron a asesinar a vecinos suyos de las provincias vascongadas y navarra. ¿Por qué? Comenzaron a acusar a esas personas de colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para detener a sus compañeros de banda armada terrorista.

Los tiempos avanzaron. La estrategia de ETA cambió. Fijó como objetivo asesinar a miembros electos de los pueblos: concejales de los ayuntamientos. Esas personas caminaban desarmadas, no tenían formación en materia de seguridad o prevención. Simplemente vecinos, como ellos y sus familias, con hijos, hermanos, incluso padres de diferente ideología. Suponían criaturas muy fáciles de abatir. Recuerdo cómo alguno de ellos murió quemado dentro de su propio coche o furgoneta, tras estallar una bomba lapa situada en los bajos.

¿El dinero? Conseguían financiarse por medio de robos, al principio. Después, según fue avanzando la militancia en la organización y formando una estructura mayor, comenzaron a exigir un impuesto revolucionario a los empresarios. En ocasiones también secuestraron a alguno de ellos. La familia recibía un papel con las exigencias dinerarias. Unas veces pagaban, otras la Guardia Civil o la Policía liberaba a los rehenes. Sí, también secuestraban a personas sin esos medios económicos. Toda España temblamos con el secuestro de Don José Antonio Ortega Lara. Estuvo preso en un agujero de una fábrica 537 días. Otro joven, Don Miguel Ángel Blanco Garrido, fue tomado rehén y murió asesinado a los tres días. No, ellos no tenían dinero; ETA pedía al gobierno de España la liberación de terroristas presos en las cárceles.

¿Detenciones? Sí, se han detenido, juzgado y enviado a muchos de ellos a prisión. La legislación en España establece un máximo de 30 años de reclusión a una persona. Antes, no era así. ¿Mejor? No, diferente. Los presos hace años, si colaboraban en labores dentro de la cárcel, conseguían beneficios respecto a la condena. Por ejemplo: si trabajaban en algo dentro, rebajaban tiempo de reclusión.¿Asco? Pues sí, da mucho asco ver a gente asesina por la calle, recibidos como si hubieran ganado un mundial deportivo o un premio por sus hazañas.

La mayoría de las bandas terroristas desaparecieron gracias a las labores de Policía, Guardia Civil y las penas de prisión. Ahora sólo queda ETA. El brazo político de la organización ha ido cambiando de nombre para evitar su ilegalización por parte de los jueces. Sin embargo, sus miembros han ido saltando de una a otra formación política cuan cabras -y cabrones-. Tienen representación parlamentaria, municipal y autonómica. Controlan y reciben subvenciones, así como tienen poder para realizar programas donde conseguir dinero para mantenerse.

¡Qué difícil es hacerse mayor! -culmina al verme las lágrimas- ¿Conjuntivitis, papá?