Iván Cano compite en Tokio 2020 dentro de la prueba de salto de longitud T13.

Iván Cano compite en Tokio 2020 dentro de la prueba de salto de longitud T13.

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El atleta alicantino Iván Cano: "Necesitaré mi mejor salto para optar a medalla”

El paralímpico confía en sus opciones para la última jornada en salto de longitud en Tokio, pero recuerda que el nivel de la prueba es altísimo.

2 septiembre, 2021 14:56
Alicante

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Iván Cano vela armas en Tokio a la espera de que el próximo sábado llegue su cita con la gloria. El atleta paralímpico alicantino buscará una medalla en la prueba de salto de longitud en la categoría de discapacidad visual T13 con un vuelo sobre el majestuoso estadio Olímpico de Tokio, el mismo que hace solo dos semanas compitieron los mejores atletas del planeta.

El alicantino ya está acostumbrado a subir al cajón en las grandes citas, como mundiales y europeos, pero estos son sus primeros Juegos Paralímpicos y eso siempre provoca un estrés adicional. Y más en su caso, ya que lleva casi un mes en una burbuja. Primero en España y luego en la Villa Olímpica, donde queda prohibido todo contacto con el exterior.

"Hay que mirarlo por el lado bueno, como compito el último día y llevo tanto tiempo aquí que voy a estar más adaptado que otros", señala el alicantino. Este cursa estudios del Grado en Ingeniería de Sonido e Imagen en Telecomunicación en la Universidad de Alicante.

Desde el corazón de la Villa Olímpica, Iván Cano, admirador del mítico saltador cubano Iván Pedroso, al que tuvo el placer de conocer, explica a El Español que ha sido difícil adaptarse a las exigencias de unos juegos "metidos con calzador en el medio de una pandemia". "Nada más podemos interactuar entre nosotros. Menos mal que la delegación española es numerosa y nunca te aburres", relata el deportista, quien carece de agudeza visual como consecuencia del albinismo provocado por la falta de melanina.

Opciones reales

Iván es una clara opción de medalla para España. Y él lo sabe, aunque apela a la prudencia. "Mi marca es buena -7,04- y podría valer, pero yo creo que necesitaré dar mi mejor salto para estar en las medallas. Igual luego no hace falta. O lo mejoro y no sirve porque los rivales saltan más, pero yo al menos quiero irme de Tokio con mi mejor marca personal. Y siento que estoy preparado para lograrlo", señala. Para el alicantino conseguir un metal olímpico “sería un sueño”.

"Sería muy chulo lograrlo en mis primeros Juegos y la culminación de muchos años de competiciones. No va a ser fácil, porque el nivel es muy alto, pero tampoco imposible. El nivel es alto, pero sé que tengo opciones", añade el saltador. Y aquí recuerda que la grandeza y miseria de la competición es que "te juegas cuatro años de trabajo en un día". Meses atrás, el deportista llegó a especular con un posible salto por encima de los 7,20, ya que considera que tiene aún "mucha capacidad de mejora".

Pase lo que pase sobre la arena, el alicantino ya se siente un ganador. "El recorrido hasta llegar aquí me ha merecido la pena. Me siento bien físicamente, pero sobre todo de cabeza. Estoy deseando entrar en la pista para dar lo mejor de mí y que todo el trabajo salga a la luz", añade con pasión.

Iván saltará en el mismo escenario en el que otro alicantino, Eusebio Cáceres, se quedó a solo tres centímetros de la medalla de bronce. "Fue una pena porque compitió muy bien y es un saltador súper regular. Eusebio dice que yo tengo una buena batida, pero para mí él tiene la mejor. Aún joven y llegará su momento en París", comenta Iván Cano sobre el saltador de Onil.

Apoyo español

El equipo español paralímpico está teniendo un rendimiento sobresaliente en Tokio. Rara es la jornada en la que no caen una o dos medallas, como mínimo, para la delegación, lo que es celebrado siempre con euforia en el edificio en el que se alojan los deportistas nacionales. "Tenemos la costumbre de recibirlos con aplausos en el hall. La verdad es que los españoles somos los únicos que montamos algo de follón. Y eso que estamos rodeados de los mexicanos y los turcos", explica con humor.

"La verdad es que, aunque estamos en la otra parte del mundo, nos llega el apoyo de la gente", afirma el atleta, quien lamenta no haberse empapado algo más de la cultura japonesa. "Por lo poco que he podido comprobar son muy amables, pero también estrictos. Me queda el consuelo de que el próximo Mundial es de nuevo en Japón. A ver si para entonces la pandemia ya ha desaparecido", señala el alicantino.

Lo que sí admite que se le hace difícil el japonés. "Prefiero hablar en inglés, aunque no hay nada como el idioma de signos", apostilla Iván Cano, quien ya se siente ganador por vivir una experiencia única de superación.