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¿Cómo funciona la alegría? Así es como se puede aprender a ser más feliz, según la ciencia

Para los expertos, la felicidad es mucho más compleja de lo que se cree, aun así, va sujeta a diversos factores. 

16 octubre, 2023 18:42

Existen centenares de momentos y personas que nos hacen felices: la familia, una visita inesperada, nuestra mascota, un atardecer… Sabemos cómo se muestra la alegría en nuestro cuerpo, sonreímos, reímos o incluso, sentimos cosquilleos en la tripa, pero ¿sabemos cómo funciona por dentro?

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Hay muchas afirmaciones sobre lo que significa y lo que se necesita para ser feliz, desde lo más complejo hasta lo más simple. Sin embargo, los expertos afirman que se requieren muchas más cosas de las que se creen para ser feliz.

La felicidad es una emoción positiva, un estado emocional relacionado con la satisfacción, motivación o la consecución de objetivos. También puede estar relacionada con emociones personales, como comer tu comida favorita o ver a esa persona que hace mucho no veías.

Consiste en un bienestar muy subjetivo que tiene una gran influencia sobre nuestro comportamiento, pensamientos, actitudes y conductas durante ese tiempo en el que somos felices. Y aunque, en la mayoría de los casos, lo experimentamos por fuera, esta emoción se forma de sustancias que se encuentran dentro de nosotros.

Estas sustancias son las hormonas, que funcionan como "mensajeros químicos" fabricados por glándulas del cuerpo, conocerlas y entender acerca de ellas te ayudará a comprender mejor por qué estás sintiéndote de esa manera e, incluso, a aprender a regularlas a base de alimentos y hábitos saludables.

Siempre se ha hablado de hormona de la serotonina como la responsable de la felicidad, pero lo cierto es que existen cuatro hormonas clave para nuestro estado anímico. Si conocemos cómo se producen, sabremos siempre cómo acercarnos a la química de la felicidad.

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Las cuatro hormonas de la felicidad

La dopamina es una sustancia química relacionada con la motivación y el sistema de recompensa. Nuestro cerebro libera dopamina cuando sacamos una buena nota en un examen, vamos a un concierto o nuestro equipo favorito gana un partido importante. 

La oxitocina, o "la hormona del amor", nos permite generar vínculos con otras personas y nos hace capaces de sentir emociones como el cariño o la empatía. Esta hormona se libera cuando estamos cerca de personas con las que sentimos un vínculo muy grande o de forma más táctil, con caricias o abrazos.

La serotonina es, la hormona principal responsable de la felicidad y aquella que encuentra el equilibrio emocional. La produce nuestro cuerpo de forma natural tanto en el cerebro como en los intestinos, genera automáticamente sensaciones de bienestar, positivismo y relajación. 

Las endorfinas, pequeñas proteínas que se producen de forma natural y que se liberan en el cerebro. Suele aparecer cuando hacemos ejercicio o meditamos. La falta de esta hormona puede estar relacionada con muchos síntomas de tristeza o incluso, de depresión.

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¿Cómo funciona la felicidad?

Entender como funciona el cerebro es fundamental para comprender cómo funciona la felicidad, lo cierto es que resulta realmente complicado para la ciencia comprender cómo actúa este órgano para hacernos experimentar la alegría.

Una cosa es cierta y es que la ausencia de placer constituye un obstáculo para la felicidad. Según el Instituto de Neurociencias Aplicadas, hay otros factores que también influyen directamente en la alegría, como las interacciones sociales o los estímulos sensoriales como los aromas o las caricias.

Los expertos encuentran tres tipos de felicidad, la primera como sinónimo de querer, acercarse y disfrutar, la segunda como evitar, alejarse y aliviar y la última como, no querer, quedarse y satisfacción. Ambas fases se resumen en querer, evitar y no querer.

La felicidad que hasta ahora conocíamos solo se basaba en la alegría por algo positivo, pero la satisfacción, como por ejemplo, de afrontar una situación de estrés también contribuye a que internamente sintamos una alegría interior.

Este sentimiento es físico y funciona basándose en la actividad de los sistemas neurobiológicos de motivación y recompensa dentro del cerebro. Los investigadores confían en que la felicidad se puede moldear a través de la práctica e, incluso, se puede aprender a ser más felices.

Aprender a ser más feliz

Una de las técnicas para ser más feliz implica el reforzamiento del pensamiento positivo. Pensar en aquellas cosas positivas que nos han pasado a lo largo del día y, a poder ser, escribirlas para recordarlas siempre y alejar lo negativo.

La idea de la felicidad eterna es errónea y no podemos engañarnos acerca de su existencia. Digamos que, cuando se hace algo bueno o algo correcto, el cerebro nos premia con la felicidad y esa recompensa no puede durar eternamente.

Aumentar los niveles de dopamina es la forma más simple de ser feliz y posiblemente, la más rápida. Esta hormona se estimula mediante al ejercicio o a través de mantener relaciones sexuales, pero también escuchando música o meditando. 

El cerebro determina lo que para él es placer dependiendo de la personalidad, la experiencia de vida o la genética de la persona. Pero los expertos coinciden en que dedicar tiempo a las personas que te importan, así como fortalecer nuestras relaciones sociales, siempre va a beneficiar a la felicidad.

La dieta también es un elemento que puede participar en la alegría de las personas, no solo comer alimentos saludables o ricos en vitaminas como el pescado, el chocolate negro y los arándanos, sino también saber parar de comer a tiempo, el estar llenos, pero evitar una ingesta calórica, nos hace un poco más felices. 

No nos centremos en buscar la felicidad, porque esa búsqueda, muchas veces sin fin, acaba por acarrear otro tipo de emociones como ansiedad, estrés o incluso el sentimiento contrario, que es la tristeza por no poder alcanzar esa alegría.

Podemos buscar estos elementos que conducen a la felicidad, las amistades, la familia, el bienestar, acercarnos a nuestros objetivos o sentirnos bien con nosotros mismos.