Imagen de una pareja durmiendo.

Imagen de una pareja durmiendo. GTRES

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Divorcio del sueño: cómo dormir en habitaciones diferentes puede ayudar a tu relación sentimental

La decisión de no compartir cuarto a pesar de vivir junto a una pareja está cada vez más en auge. "Dos camas, cero dramas", defienden algunos. 

25 agosto, 2023 16:40

Acaparar espacio, roncar, monopolizar la almohada... El sueño en pareja no siempre es una opción agradable. Cada uno tiene sus manías, el espacio del colchón es limitado y, por tanto, puede convertirse en una noche sin el descanso adecuado. Estos perjuicios a veces generan la duda: ¿sería mejor dormir separados?

Puede que esa cuestión se verbalice o no. Y que marque un punto y aparte en la relación. Para bien o para mal. Es lo que se conoce como "divorcio del sueño" o sleep divorce, en la denominación inglesa. Sus consecuencias pueden beneficiar a la pareja, eliminando esos momentos incómodos, mejorando la calidad del sueño y creando otros espacios de intimidad. 

"Dos camas, cero dramas", esgrimen algunos para resumir esta técnica. Una decisión que, según algunos expertos, está en auge. Se entronca, quizás, a la mayor vida en solitario o a la preferencia de ciertos hábitos. Y lo que antes era un estigma, ahora es un punto a considerar. Incluso una solución para el futuro de la pareja a largo plazo, con un divorcio que no requiere papeles. 

"No me gusta este término. Da a entender que el hecho de dormir en habitaciones separadas afecta o dice algo sobre la relación", apuntaba Michael Breus, psicólogo clínico, en un artículo de la revista Esquire. Si dos individuos de una pareja prefieren dormir separados, esgrimía en la misma publicación la doctora Wendy Troxel, es preferible que "se evite el término 'divorcio del sueño', que por desgracia es extremadamente peyorativo y puede marginar a quienes realmente necesitan dormir separados".

La práctica no tiene por qué estar relacionada con la salud de la pareja. Es más: parte de este crecimiento del fenómeno se debe a la necesidad de protegerse. Fue la pandemia de COVID-19 la que indujo a dormir separados. Una encuesta realizada en 2019 corroboró que, antes de la aparición del coronavirus, el número de "divorciados del sueño" era el doble que en 2010. Y confirmó que un 15% de las parejas que vivían juntas dormían separados.

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Pero el asunto también tiene algo de geográfico. Un estudio publicado en 2013 revelaba que en Canadá alrededor del 40% de las parejas dormían en camas separadas. Y eso indica otra cosa: depende también de la concepción que haya de la convivencia. En España, según se intuye, separarse por la noche podría estar peor visto. 

Sin embargo, existen ventajas. Dormir de forma separada permite evitar esas molestias mencionadas: nada de movimientos que te despierten o sonidos molestos, adiós a pelear por la manta, etcétera. Algunos medios aducen que este tipo de comportamientos puede aumentar hasta un 50% el riesgo de producir un trastorno del sueño en tu pareja.

Y hay más puntos a favor. Por ejemplo, cubrir las necesidades y hábitos de cada uno. Hay quien necesita dormir más temprano por gusto o por cuestiones de horarios. Hay quien prefiere más o menos luz. Y hay quien está a gusto con una temperatura diferente. "En algunas relaciones, uno de los miembros de la pareja puede ser un búho mientras que el otro es una alondra, lo que provoca graves dificultades para coincidir en el mismo horario de acostarse y levantarse", defendía el doctor Robbins.

"Otro caso es que uno de los miembros de la pareja padezca un trastorno del sueño, como apnea del sueño o trastorno del comportamiento del sueño REM, que puede ser perturbador para la pareja", añadía el especialista. Las razones pueden varias, pero los efectos han de ser los mismos: mejorar el reposo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que los adultos de 18 a 64 años duerman entre siete y nueve horas por noche, así se descansará y se generará la dopamina necesaria.

Inconvenientes de esta separación

Uno de los inconvenientes más obvios de esta práctica para la pareja es el riesgo de mermar la intimidad. Al perder este espacio al terminar el día, podrían disminuir los momentos de cercanía. Sin embargo, hay una solución. Algunos expertos arguyen que para mantener esa vida íntima hay que promover otros hábitos.

De hecho, puede favorecer a hallar instantes de calidad y recuperar la complicidad. Y, además, insta al esfuerzo de la pareja por encontrarse. También es un reflejo de si la relación funciona o no. Y lo que está claro es que, independientemente de cómo se realice este "divorcio", el sueño es un tesoro a cuidar: ayuda al organismo y su falta se asocia, entre otras cosas, con mayor riesgo de accidentes, depresión, aumento de peso y hasta más probabilidades de diabetes tipo 2.