Laura y Martín, los fallecidos en la madrugada de este lunes en Moriscos (Salamanca).

Laura y Martín, los fallecidos en la madrugada de este lunes en Moriscos (Salamanca). RR.SS

Reportajes

El fatal desenlace de Martín y Laura, arrollados por un Alvia en Moriscos: ella le denunció por violencia de género en mayo

Los vecinos confirman que esta pareja mantenía una "relación tóxica", aunque el juzgado descarta que este incidente se haya producido por un caso de violencia machista: "Hasta el momento, no se aprecian indicios de delito"

Más información: Mueren dos personas arrolladas por el tren Alvia que conecta Madrid con Salamanca.

Castellanos de Moriscos
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Martín y Laura llevaban años compartiendo su pasión por las motos. Pero este domingo por la noche, un fatídico accidente acabó con la vida de estas dos personas que llevaban varios años asentadas en el pequeño municipio de Castellanos de Moriscos (Salamanca).

La Guardia Civil trata de dar respuesta a este suceso que es uno de los más sobrecogedores que se recuerdan en esta localidad de apenas 3.051 habitantes, ya que ambos resultaron arrollados por uno de los trenes Alvia que conectan Madrid con Salamanca.

Aunque puede que no todo fuera idílico en esta -presunta- pareja. No en vano, Laura estaba dentro del Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (VioGén), después de haber denunciado en mayo a su entonces pareja: Martín.

Así lo ha informado Efe, aunque en Castellanos de Moriscos, pese a que este suceso ha sido este lunes la comidilla entre los vecinos, nadie es capaz de encontrar una explicación a qué llevó a Martín B. (41 años) y Laura (43) al apeadero de Moriscos, donde perdieron la vida.

No en vano, se trata de un rincón apartado donde no hay nada que ver, salvo las vías del ferrocarril, y un cartel de advertencia: "Circulan trenes sin parada, manténganse detrás de la línea amarilla".

El tramo por el que circula el tren Madrid-Salamanca, donde tuvo lugar el suceso.

El tramo por el que circula el tren Madrid-Salamanca, donde tuvo lugar el suceso. J. I. M.

"Martín estuvo este sábado comiendo aquí", explica Alberto, dueño del bar La Piscina, desolado ante la pérdida de un vecino que era mucho más que un cliente habitual. No en vano, Martín y Laura, aunque no eran originarios de Castellanos de Moriscos, llevaban residiendo en el pueblo "más de 15 años".

Alberto, la última vez que conversó con Martín, asegura que "estaba tan normal, no había ninguna actitud extraña en él".

Esta teoría la secunda Verónica, camarera del bar La Plaza, donde también estaban acostumbrados a ver al hombre que ha fallecido: "La última vez que vi a Martín fue aquí, en el bar, hace aproximadamente mes y medio".

Martín, fallecido este lunes en Moriscos, en una foto de su perfil de Facebook junto con su perro.

Martín, fallecido este lunes en Moriscos, en una foto de su perfil de Facebook junto con su perro.

En aquella ocasión, Martín tampoco mostró ninguna actitud extraña. Y de hecho, este domingo, él y Laura "participaron en una concentración de motos en Santa Marta".

Al parecer, y según los relatos de los vecinos, ambos habían sido pareja en el pasado. No está claro si habían retomado la relación o si solo estaban recuperando el contacto. "Lo dejaban y volvían", apunta Narciso, dueño del bar Chinarrila. "Llevaban dos años o tres sin estar juntos. Era una relación tóxica".

Aunque Martín, en su perfil de Facebook, se seguía definiendo como 'soltero'. En cualquier caso, a ambos los unía una cosa: su pasión por el mundo del motor. Él trabajaba en una autoescuela de Salamanca, y formaba parte del club de motos 'Forjado en la Calle 63'.

Ella compartía este hobbie, y del mismo modo, en algún momento también había trabajado en una autoescuela, "haciendo unas prácticas", tal y como amplía Verónica, que coincidió con ella en esa etapa formativa. "Pero cuando ella entró, yo dejé de trabajar ahí y no volví a tener contacto con Laura, más allá de verla por el pueblo".

Varios agentes de la Guardia Civil inspeccionan el lugar de los hechos.

Varios agentes de la Guardia Civil inspeccionan el lugar de los hechos. EFE/J.M. García

Y es que aparte de lo que Martín dejaba ver en sus redes sociales, ambos mantenían una actitud reservada. No en vano, pese a tratarse de un municipio muy pequeño donde es habitual que todos los vecinos se conozcan entre ellos, poco se sabe de la vida de ambos.

Lo único que se sabe a ciencia cierta es que el mejor amigo de este hombre era su perro, como atestigua el sinfín de fotos que publicaba en redes sociales inmortalizándose con el animal.

Viogén

La presencia en el sistema Viogén de Laura ha llevado a las autoridades que dirigen la investigación a pensar, en un primer momento, que el fatídico suceso estuviese relacionado con un posible caso de violencia de género.

De hecho, según han informado fuentes próximas a la investigación a Efe, el maquinista del Alvia ha manifestado que vio a ambas personas forcejeando, pero no ha podido confirmar si una intentaba empujar a la otra o evitar que se tirase, según las mismas fuentes.

Sin embargo, esta hipótesis ha sido descartada por el Juzgado de Instrucción número 1 de Salamanca: "De la información que obra en la causa y de las diligencias practicadas hasta el momento, no se aprecian indicios de delito".

"Tampoco se considera que haya elementos para sospechar de que se trate de un caso de violencia machista, motivo por el que el Juzgado de Instrucción 1 mantendrá la causa y no se inhibirá en favor del Juzgado de Violencia sobre la mujer".

Difícil identificación

Por las características del suceso, a la Guardia Civil no le ha resultado fácil averiguar la identidad de las víctimas, por lo que han tenido que recurrir a pruebas forenses, según informan fuentes próximas a la investigación a este diario.

El incidente tuvo lugar antes de las 22.49 horas porque esa fue la hora en la que llegó el primer aviso al centro de emergencias 112 de Castilla y León: una llamada de seguridad de Adif en la que se informaba de un arrollamiento de un tren a lo que entonces se creía que era una sola persona, a unos 300 metros del apeadero de Moriscos.

Y es que el incidente obligó a detener en seco la máquina, que avanzaba a gran velocidad hasta que pudo detenerse mucho más adelante del lugar de los hechos, cerca de la vecina población de Gomecellos: varios kilómetros más adelante.

Como consecuencia, sus 257 pasajeros permanecieron paralizados en los vagones hasta las 3 horas de este lunes.

La extrañeza del lugar de los hechos añade aún más incógnitas a este caso que es, ya de por sí, enrevesado. Sea como sea, mientras la Guardia Civil investiga los hechos, los vecinos de Castellanos de Moriscos y las poblaciones colindantes siguen en la calle con rostro pensativo, pero sin atreverse ninguno de ellos a esbozar teorías por la falta generalizada de información.