Felipe Hernández Medina, de 65 años, la semana pasada, tras comprarse una moto.
Felipe, el comerciante asesinado de un puñetazo por su hijo, puso 8 denuncias a sus vástagos y a su ex: "Le escupían e insultaban"
Los familiares del fallecido critican que su muerte se pudo evitar porque pidió tres veces una orden de alejamiento de sus hijos. La juez envía a prisión al primogénito, por homicidio, y deja libre a su hija, por no auxiliar a su padre.
Más información: Felipe murió por un puñetazo de su hijo, técnico de Hacienda, tras discutir por un garaje: había pedido orden de alejamiento
Felipe pidió hasta "tres veces" una orden de alejamiento contra sus hijos porque les había denunciado "ocho veces" durante el último lustro. Este lunes, se celebró el entierro de este conocido comerciante de Molina de Segura entre la indignación de sus hermanos y sobrinos, tras perder la vida de un puñetazo, a manos de su hijo, Felipe, técnico de Hacienda, y bajo la supuesta mirada impasible y cómplice de su hija, Rosario, porque no prestó auxilio a su propio padre -a pesar de ser médico-.
"La muerte de Felipe se podría haber evitado". "En tres de las últimas denuncias pidió una orden de alejamiento de sus hijos y no se la concedieron". "Aquí ha fallado la Justicia", tal y como reflexiona una representación de familiares de Felipe Hernández Medina (1950-2025), que atiende a EL ESPAÑOL unas horas antes de su sepelio, a las puertas del Tanatorio Virgen de la Consolación de Molina de Segura.
"En los últimos cinco años, Felipe denunció ocho veces a cada uno de sus hijos que le estaba haciendo la vida imposible, incluso alguna vez a su exmujer, por agresiones, amenazas de muerte, vejaciones, malos tratos y robos", según enumera esta comitiva de familiares del gerente de Tejidos Hernández: un negocio histórico del tejido comercial molinense, por sus 77 años subiendo la persiana en la calle Mayor.
"Cuando sus hijos veían a Felipe por la calle: le escupían, le insultaban, le robaban, le gritaban '¡ojalá te mueras!', le montaban jaleo en su tienda, le tiraban al suelo...". De modo que estos familiares del difunto denuncian que, "desde hace tiempo", veían venir este presunto parricidio, ocurrido este sábado, y que ha dejado en shock a los 78.000 vecinos de Molina de Segura.
Felipe (c), junto a su hijo Felipe, detenido por la Policía Nacional por la muerte de su padre, en una foto cedida por sus familiares.
“Todo esto ocurre desde que Felipe se separó de la madre de sus cuatro hijos”, tal y como precisan desde el anonimato los allegados del fallecido, "por miedo" a sufrir represalias de la que antaño fue su familia política. “Todos los hijos tenían discusiones con Felipe”. “Últimamente, las riñas eran casi semanales y por culpa de denegarle las órdenes de alejamiento, ahora estamos así”.
Hace un par de meses, Felipe denunció a sus hijos "por romperle" el ordenador de su tienda y pidió sin éxito una orden de alejamiento. De modo que este comerciante conocido por su labor en redes sociales, como adalid del pequeño comercio y quebradero de cabeza de los políticos del pueblo, optó por instalar unas cámaras de seguridad en Tejidos Hernández que han grabado el prólogo de su muerte: una discusión con sus hijos, Felipe, técnico de Hacienda, de 35 años, y Rosario, médico en un centro de salud, de 29 años.
La última vez que pidió una medida disuasoria contra la sangre de su sangre, tuvo lugar el 10 de junio, tras denunciar precisamente a Felipe y Rosario por robarle su móvil en la Panadería Eloy: “He denunciado varias veces a mis hijos por acoso y amenazas, deseo solicitar a la autoridad judicial competente que se tomen las medidas oportunas para que se le prohíba a mis hijos acercarse a mí”. Tal petición no obtuvo respuesta y cuarenta días después yace bajo tierra: Felipe Hernández Medina, con solo 65 años, y sin haber llegado a disfrutar de una merecida jubilación junto a su actual pareja sentimental, Toñi.
El Tribunal Superior de Justicia ha aclarado que no se adoptaron medidas cautelares contra los hijos denunciados por el fallecido, debido a que esos procedimientos "actualmente se encontraban en tramitación" en sede judicial.
"Si Felipe hubiese sido una mujer, le habrían concedido una orden de alejamiento sobre sus hijos. ¿Por qué no vienen ahora las feministas a manifestarse por su muerte?", se preguntan los familiares del finado, a las puertas del Tanatorio Virgen de la Consolación de Molina de Segura.
Allí no cesa el goteo de allegados y vecinos que acuden desolados al velatorio de este comerciante con alma de streamer, por sus más de 5.600 seguidores entre sus cuentas de X y Facebook. "A una víctima de violencia de género, con la primera denuncia le habrían concedido una orden de alejamiento, y eso es bueno y necesario, pero con Felipe no se ha hecho nada por ser un hombre".
Tanatorio Virgen de la Consolación de Molina de Segura, este lunes, donde yacían los restos mortales de Felipe.
La investigación abierta por la Policía Nacional enmarca la muerte de Felipe en un episodio de violencia doméstica o familiar. “La discusión del padre con sus hijos se produjo por temas personales y de bienes patrimoniales”, tal y como detallan fuentes policiales. Parece ser que por unas plazas de garaje que el fallecido alquilaba en el Edificio Royca I de la calle Mayor. “Cuando la víctima se separó, no hizo el reparto de algunas propiedades, unas plazas de garaje que estaba alquilando y cuya mensualidad se estaba quedando”.
"La víctima y sus hijos se llevaban mal, mal", según recalca otra fuente próxima a la investigación. "En 2014, su hijo, Felipe H.R., le prohibió a su padre entrar al domicilio conyugal y se denunciaron por coacciones".
Once años después, su primogénito, Felipe H. R., está en la diana judicial por la muerte del hombre que lo educó durante su infancia. "Había una guerra desde hacía años”, insiste esta fuente conocedora del caso, justo antes de ejemplificar que el enfrentamiento salpicaba a la familia del propio Felipe Hernández Medina. "En 2019, tres de sus hijos se enzarzaron con su tío, hermano del fallecido, en un episodio de lesiones leves en la Gran Vía La Manga".
El -supuesto- detonante de esta "guerra" fue la demanda de divorcio que Rosario, inspectora de Hacienda, le notificó en septiembre de 2012 al que hasta entonces era su marido y padre de sus cuatro hijos: Felipe (1990), Jesús (1994), Rosario (1996) y José (1998). En abril de ese mismo año, Felipe se marchó del domicilio conyugal, poniendo fin a su matrimonio, y tuvo que ser acogido por su madre para salir del bache sentimental, sin dejar de estar al pie del cañón en Tejidos Hernández, dando algún buen consejo de moda a sus clientes.
La tienda Tejidos Hernández que regentaba la víctima mortal.
“Felipe se fue de su casa y puso todos sus bienes a nombre de sus hijos". "Esto no ha sido por las propiedades de Felipe porque estaban a nombre de sus hijos, esto ha sido por un tema de odio". "Solo querían hacerle daño para cargárselo", tal y como sostienen estos familiares, conocedores de los pormenores de la relación que Felipe mantenía con su extensa prole tras separarse de su mujer: "A sus hijos los denunció más de ocho veces, pero las primeras denuncias las retiró porque quería arreglar la situación con ellos".
Está claro que no acabaron fumando la pipa de la paz, a la vista de lo sucedido este sábado por la mañana, cuando Felipe junior, y su hermana, se presentaron en Tejidos Hernández. Allí mantuvieron una discusión tan acalorada con Felipe que el cabeza de familia recibió un puñetazo de su primogénito, antes de darse a la fuga del local junto a Rosario. Este comerciante sexagenario tuvo fuerzas para salir a la calle, pedir auxilio y denunciar que sus hijos le habían pegado, antes de caer desplomado en un estanco donde echó su último aliento.
"Todavía no sabemos la causa de la muerte de Felipe". La autopsia deberá esclarecer si el puñetazo le provocó una fractura de cráneo, al caer contra el suelo, o si el puñetazo le causó un infarto, ya que Felipe llevaba un marcapasos. De momento, la magistrada del juzgado de guardia de Molina de Segura ha decretado el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para Felipe junior, hijo del fallecido, por un presunto delito de homicidio.
Por su parte, su hermana, Rosario, ha quedado en libertad provisional con la obligación de comparecer en los juzgados los días 1 y 15 de cada mes, como investigada por un delito de omisión del deber de socorro a su propio padre.
Las cadenas de televisión, ates lunes, en la puerta de los Juzgados de Molina de Segura donde declararon Felipe y Rosario por la muerte de su padre.
Hace unos días, Felipe posaba feliz y sonriente, junto a su actual pareja sentimental, Toñi, de 63 años, tras comprarse una moto con la que salieron a hacer una ruta a la vera del río Segura. Esta mujer se había convertido en el motor de su vida, durante los últimos ocho años, hasta el punto de hablar de planes de boda que se han saldado con un entierro.
De modo que Toñi afronta la pérdida de su pareja, con un horizonte marcado por la batalla legal que librará contra los dos hijos del gerente de Tejidos Hernández. "Toda la familia vamos a apoyar a Toñi para que sea reconocida como la pareja de hecho de Felipe y ejerza una acusación particular, para depurar todas las responsabilidades legales por su muerte".
Entre otros motivos, debido a que este comerciante "no llegó a firmar" el divorcio con la madre de sus cuatro hijos y no sería descartable que hasta se beneficie de una pensión de viudedad por Felipe.