El Kremlin está lavando el cerebro de niños y de jóvenes de entre 6 y 18 años en las escuelas rusas con el fin de reforzar la lealtad al régimen, controlar el relato sobre Ucrania y producir 'en serie' minipatriotas impermeables al pensamiento crítico. Pero, por inaudito que parezca, no solo lo está haciendo en los centros educativos de la Federación de Rusia, sino también en España.
El hedor soviético de las técnicas de manipulación mental de los chiquillos; el contenido de las lecciones guionizadas de adoctrinamiento; la utilización de juegos con atmósferas militares para implantarles sibilinamente la jerga belicista que arropa a la dictadura... Todo es exactamente igual en Rusia y en España, salvo el escenario de las aulas donde se moldean ideológicamente a los alumnos al más puro estilo comunista.
Si Stalin se servía del sistema educativo para crear "hombres soviéticos", Putin pretende que los niños españoles con raíces rusas se sometan también a sus programas. La clase cuyo contenido reproducimos literalmente a continuación fue registrada en un vídeo al que ha tenido acceso Porfolio de EL ESPAÑOL en el transcurso de una investigación sobre la maquinaria de propaganda del Kremlin y todos los resortes de poder blando con los que libra la guerra híbrida en nuestro país.
Pixelado caras niños
Lecciones marciales en Marbella
"Díganme, ¿quién protege la patria?", pregunta una profesora rusa de Lipetsk dirigiéndose a dos docenas de pequeños. Y un chiquillo llamado Mark responde sin dudarlo: "¡El pueblo!". "¿Todo el pueblo?", vuelve a preguntar la maestra. Pero en esta ocasión, ella misma responde a su elaboración retórica: "Los que la defienden son los hombres; los soldados y los oficiales. ¿Y saben qué fecha es hoy en Rusia?"
"Hoy es el Día del Defensor de la Patria, una fiesta dedicada a todos los hombres que defienden nuestro país, nuestra tierra. Nuestros hombres defendieron la antigua Rus; defendieron el Imperio Ruso; defendieron la Unión Soviética y ahora defienden a la Federación de Rusia. Y los que la protegen son nuestros valientes soldados y oficiales".
No es formación. Es adoctrinamiento. Y las dos docenas de alumnos a los que la maestra de Lipetsk se dirigía con ese texto guionizado y producido en Rusia eran niños españoles de padres rusos o ruso-españoles residentes en nuestro país. La clase en cuestión era parte de un 'taller de educación no reglado' organizado por la Escuela Rusa de Marbella número 1 el pasado 23 de febrero.

FOTO 01. Documentos con los ejercicios realizados por los pequeños españoles de origen ruso a petición de su maestra, en Marbella, el pasado mes de febrero. Se les pidió, entre otras cosas, que buscaran sinónimos de “patriota” y se les alentó a hacer dibujos de soldaditos. Todos estos contenidos no se improvisan. Las clases que se imparten se ajustan a las directrices fabricadas en Moscú.
Tres ideas clave
Hay tres conclusiones incontrovertibles que pueden extraerse de la 'clase': la primera es que glorifica el papel militar del hombre ruso; la segunda es que legitima la guerra contra Ucrania al presentarla como una continuación de su historia y la tercera es que se sirve del Día del Defensor de la Patria para investir a la agresión a sus vecinos del carácter de una acción heroica y necesaria.
Los contenidos con los que se lavó el cerebro de esos niños españoles con ascendencia eslava forman parte de un programa llamado "Conversaciones sobre lo importante" establecido por decreto presidencial de Vladímir Putin el 14 de julio de 2022, como parte de una estrategia educativa nacional implementada tras la invasión rusa a Ucrania.
Los textos son redactados y distribuidos por el Instituto para el Estudio de la Infancia, la Familia y la Educación de Rusia.Este ciclo se introdujo oficialmente de forma obligatoria en todas las escuelas rusas el 5 de septiembre de 2022. Putin personalmente inauguró la primera sesión con estudiantes seleccionados en Kaliningrado, algo que da una idea de la importancia que le confiere.
Lo que Porfolio ha acreditado es que el Kremlin lo ha exportado también a España con la ayuda de una bien organizada red urdida desde la embajada de Madrid al servicio de su guerra híbrida.
Símbolos, consignas y doctrina
En nuestro país, se están siguiendo las directrices de Moscú a pies juntillas en toda la red alternativa de centros educativos y culturales rusos. En ellas se establece, por ejemplo, que se introduzca ya a símbolos patrióticos como la bandera y el himno a los niños de entre 6 y 8 años mientras se les inoculan narrativas simplificadas sobre la "grandeza histórica" de Rusia.
Con la franja de pequeños de entre ocho y diez años aún van un paso más allá y alientan la militarización de los pequeños impartiendo consignas impensables en entornos educativos europeos como "No hay miedo a morir por la madre patria".
Todas estas actividades ilegales son posibles gracias a la ayuda económica que de forma desigual reparte la Embajada de Rusia en España entre distintos centros culturales, casas de Rusia y escuelas rusas de Barcelona, Madrid, Alicante, Málaga u otras ciudades españolas con fuerte presencia de población de ese país.
Naturalmente, la decisión final de someter a esos niños al bombardeo intoxicante de la retórica que apuntala a la sanguinaria dictadura de Putin depende de sus propios padres rusos o ruso-españoles.

FOTO 02. Esta chica española de origen ruso graduada del Centro de Lengua y Cultura Rusa de Alicante "Parus" representó a España durante el Festival Internacional del Movimiento de la Primera, establecido por decreto presidencial de Vladímir Putin el 14 de julio de 2022 para unificar a niños y jóvenes rusos bajo principios patrióticos y valores tradicionales.
El patriota militar
De acuerdo a los estándares de una democracia occidental, lo que están haciendo es disparatado, además de que frisa la ilegalidad. A los chiquillos de Marbella, por ejemplo, se les animó también el pasado día 23 de febrero a que reflexionaran sobre una "figura legendaria" llamada Fiódor Fiódorovich Ushakov.
Por sus méritos navales en la guerra, el almirante de Burkanovo fue canonizado por la Iglesia Ortodoxa Rusa en 2001 como "el justo guerrero Teodoro Ushakov". Pero con la excusa de rememorar a esa especie de Blas de Lezo ruso, fueron también invitados a buscar sinónimos de "patriota" y a dibujar soldaditos. Esa es la educación que quiere Putin para los niños españoles con raíces rusas.
La finalidad de todo ello es obvia: mantener la lealtad y cohesión de la diáspora rusa en el extranjero intentando a la vez que las nuevas generaciones crezcan con una visión del mundo afín a la del presidente ruso. Al mismo tiempo, intentan reforzar una red de apoyo y propaganda que pueda ser eventualmente movilizada en el exterior, tanto para influir en la opinión pública local como para legitimar su política exterior.
EL ESPAÑOL ha reunido más pruebas inequívocas de esas labores de adoctrinamiento realizadas en la trastienda del sistema educativo español y, entre ellas, hay varias copias de los materiales lectivos utilizados durante la sesión en la que se alentaba a los chiquillos a dibujar soldados y que reproducimos en este reportaje.

A la izquierda, Larisa, una niña de Mallorca de origen ruso, durante su estancia en el campamento de adoctrinamiento patriótico y militar de Artek, sosteniendo una bandera española.
Un experimento ideológico
Según el activista ucraniano Vadym Syroyezhko, "estos pequeños son, en cierto modo, una versión postindustrial y contemporánea de la película Los niños del Brasil". En el filme de Franklin J. Schaffner, basada en la novela homónima de Ira Levin, un joven cazador de nazis en Paraguay descubre un siniestro plan encabezado por el doctor Josef Mengele para crear clones de Adolf Hitler utilizando tecnología genética avanzada.
"El plan de Putin no comprende la creación de humanos genéticamente modificados pero sí el adoctrinamiento de los niños para crear individuos que sintonicen con la barbarie ideológica que sustenta su régimen autoritario", afirma Vadym.
Por seguir con la analogía, el cazador aquí (de nazis rusos) sería el propio Syroyezhko, un ucraniano afincado en las Canarias que lleva varios años monitorizando las actividades ilegales que el Kremlin comete en nuestro país en el contexto de su guerra híbrida.
En su opinión, "lo que Moscú está haciendo en las narices de las instituciones españolas no sólo es espeluznante porque hayan sido capaces de ensayar con niños residentes en España su siniestra maquinaria de manipulación mental, inseminación ideológica y militarización, sino porque, además, lo han hecho en las barbas de todas esas fiscalías y defensores de menores que no han movido un dedo para investigar, sancionar y detener estas actividades".
Vadym está plenamente convencido de que "los peones de Moscú están haciendo pedazos la ley española de protección jurídica del menor que prohíbe expresamente que se utilicen a pequeños en actividades ideológicas, políticas o propagandísticas".
"Y eso, por no hablar de la vulneración de tratados europeos que garantizan en su carta fundamental el derecho a una educación libre de adoctrinamiento, aunque la educación, o mala educación en este caso, provenga de fuentes no regladas", dice.

FOTO 04. “Mi alma está con Rusia. Tengo dos patrias: España y Rusia. Rusia es mi madre, su amor, su calor y su cariño. Según mi pasaporte, soy española, pero en el fondo soy rusa”, escribió esta niña española de Lleida tras presentarse al concurso internacional «Cuéntale al Mundo sobre tu Patria». Esta convocatoria es una herramienta clave dentro del entramado de soft power promovido por el Kremlin bajo la presidencia de Vladímir Putin. Es mucho más que un inocente concurso. Es una herramienta para extender la red de influencia, normalizar el relato ruso y la legitimación internacional.
El engranaje en la sombra
Podría parecer que todas estas actividades de manipulación ideológica, militarización de la infancia y de propaganda rusa en suelo ibérico que EL ESPAÑOL ha investigado son el resultado de las acciones aisladas y más o menos improvisadas de expatriados comprometidos con la política del Kremlin. Nada más erróneo.
En realidad, aunque recluten voluntarios civiles, todas estas entidades donde se legitima ante los niños la agresión a Ucrania trabajan al calor de Rossotrudnichestvo, que es la pieza clave del 'soft power' cultural ruso.
Tal y como viene denunciando la Asociación de Rusos Libres desde el comienzo de la invasión de Ucrania a gran escala, esa agencia federal tiene oficialmente fines culturales pero funciona de facto como uno de los principales brazos de la guerra híbrida de Putin.
Ni la estructura ni los nombres de los agentes del Kremlin que trabajan para ella son totalmente desconocidos. Pero vayamos por partes porque el lavado de cerebro de chiquillos es solo una de las herramientas que está usando en España el Kremlin para activar todos sus palancas de "soft power".
Para empezar, a diferencia del Instituto Cervantes o el British Council, Rossotrudnichestvo responde de manera directa a los intereses y directrices del Kremlin y depende directamente del Ministerio de Exteriores ruso. Su director general es Evgeni Primakov desde 2020, una figura con gran peso político y conexiones familiares con la élite diplomática e inteligencia rusa.
En España, Rossotrudnichestvo suele operar desde la embajada rusa en Madrid, a cuyo frente se halla Yuri Klimenko. La agencia ha sido señalada por la UE y medios internacionales como uno de los organismos rusos sancionados por su implicación en la guerra de Ucrania y actividades de influencia.
Lo que explica que la mayoría de los funcionarios en nómina de Moscú lo hagan de un modo muy discreto, casi soterrado. Su supuesto objetivo de promoción cultural y educativa es solo una fachada muy endeble.

Una niña de Palma de Mallorca enviada a Artek, en los territorios ocupados de Crimea, toma parte en un festival en el que toman parte los soldados del Kremlin que combaten en Ucrania. Es lo habitual en ese campamento sancionado por la UE donde los chicos mayores son incluso adiestrados para manejar fusiles de asalto y se han llegado incluso a reunir con mercenarios de Wagner.
Entre himnos y rifles
Sergey Sarimov no ha sido nunca identificado como el responsable ruso en España de Rossotrudnichestvo, pero sí como el director del Centro Ruso de Ciencia y Cultura, lo que lo posiciona como un funcionario principal de la agencia. Desde ella y a través de la Embajada de Rusia en España, se apoya, por ejemplo, a entidades como la Asociación de Organizaciones de Compatriotas Rusos (SORS).
SORS ha estado enviando desde España a niños de familias rusas o mixtas a Artek, un antiguo campamento juvenil situado en los territorios ocupados de Crimea que ha sido transformado por los rusos en un centro de adoctrinamiento militar y político.
En Artek, los niños españoles participan en actividades como la recolección de material de apoyo para el ejército ruso (incluyendo drones, redes de camuflaje y velas para trinchera) o son alentados a escribir cartas de apoyo a soldados rusos participantes en la agresión a Ucrania.
Durante el campamento, se han organizado igualmente encuentros con militares del ejército ruso y miembros del Grupo Wagner, además de entrenamientos con armas de fuego que incluyen el montaje y el desmontaje de fusiles de asalto.

Al menos setenta niños españoles han pasado por Artek, un campamento situado en Crimea donde el Kremlin enseña a los participantes a manejar armas de asalto y los pone en contacto con soldados que han participado en la agresión a Ucrania. La organización de compatriotas rusos en España (SORS) ha seguido alentando la participación a sabiendas de que está prohibida por la Unión Europea, incurriendo en ilegalidades.
Zona gris legal
Al menos setenta niños residentes en nuestro país de origen ruso han pasado hasta la fecha por ese campamento sancionado por la Unión Europea. Lo sorprendente es en este caso que, pese a que este hecho ha sido denunciado públicamente, la Asociación de Organizaciones de Compatriotas Rusos en España sigue publicando la convocatoria y animando a los chicos a que acudan a Artek.
Al frente de SORS, como presidenta honoraria, se halla una rusa nacionalizada española llamada Olga Shuvalova Shuvalova, que también juega un papel clave en la guerra híbrida de Putin en España. Las acciones de Shuvalova podrían incurrir en ilegalidades o, en el mejor de los casos, operar en una "zona gris" legal, especialmente en relación con la protección de menores.
Claramente, lo que está haciendo junto a otros miembros de SORS como la actual presidenta de la asociación, Svetlana Kartunova, podría interpretarse también como una elusión o circunvención de sanciones. La promoción de narrativas que justifican la agresión militar y el uso de símbolos de guerra (Z) en actividades con niños podría ser interpretada como incitación al odio o la violencia según el Código Penal español.
Además, la ley española sanciona la evasión fiscal y la manipulación de fundaciones para actividades no relacionadas con su propósito, lo que podría aplicarse en este caso si la facilitación de viajes a Artek se realiza bajo el paraguas de actividades culturales no relacionadas con la misión declarada de la fundación. Esto es más que obvio porque, desde SORS, se ha coordinado el envío de cartas y paquetes (algunos con el símbolo "Z") a militares rusos en el frente por parte de niños españoles.

Una niña española de origen ruso se comunica con su profesora de Mallorca desde el campamento militarizado de adoctrinamiento de Artek, situado en la Crimea ocupada, a donde fue enviada a través de la escuela rusa Kalinka. El campamento es ilegal.
La nueva generación
Ha sido también en "centros educativos" afiliados a SORS donde se han impartido actividades similares a las "Conversaciones sobre cosas importantes" rusas que mencionábamos arriba. En ellos también se enseña a los niños que la doctrina militar rusa es defensiva y que la invasión de Ucrania fue una medida forzada.
En España, el "Movimiento de los Primeros" es asimismo organizado por asociaciones de la diáspora rusa, principalmente bajo la coordinación de la citada Asociación de Organizaciones de Compatriotas Rusos en España (SORS) y la Casa Rusa (representación de Rossotrudnichestvo). Tal y como señalamos, ambas actúan en estrecha colaboración con la Embajada de la Federación de Rusia en España.
El "Movimiento de los Primeros" está directamente vinculado al aparato de propaganda de Vladímir Putin y al proyecto de ingeniería social impulsado desde el Kremlin para moldear ideológicamente a las nuevas generaciones rusas y a la diáspora.
La organización fue creada por iniciativa presidencial como una versión contemporánea de los antiguos "pioneros" soviéticos, con el objetivo de inculcar valores patrióticos, lealtad al Estado y adhesión a la narrativa oficial del gobierno ruso.