Sergio Ginés Jesús Hernández, tercer Papa de la dinastía del Palmar, Gregorio XVIII, junto a su pareja Nieves Triviño, mujer por la que ha abandonado la orden de los Carmelitas de la Santa Faz, de El Palmar de Troya, en Monachil (Granada), pueblo en el que conviven juntos.

Sergio Ginés Jesús Hernández, tercer Papa de la dinastía del Palmar, Gregorio XVIII, junto a su pareja Nieves Triviño, mujer por la que ha abandonado la orden de los Carmelitas de la Santa Faz, de El Palmar de Troya, en Monachil (Granada), pueblo en el que conviven juntos. Fernando Ruso EL ESPAÑOL

Reportajes Sectas

En el Palmar de Troya internet ya no es pecado: el Papa estrena página web

10 diciembre, 2018 14:22

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Internet ya no es pecado, al menos para los jerarcas de la Orden de los Carmelitas de la Santa Faz en Compañía de Jesús y María, el nombre —en su versión extendida— de la Iglesia Palmariana. Su Santidad el Papa Pedro III ha bendecido el lanzamiento de la primera y “única página web oficial” de la congregación religiosa, tildada de secta para muchos. En ella, además de prometer un aparente aperturismo, carga contra el ex pontífice Gregorio XVIII, que apostató por amor en abril de 2016 y denunció en EL ESPAÑOL la corrupción que rodea a esta cismática y, hasta ahora, hermética orden. “¡Qué felicidad habría en el Cielo si el ex Papa se arrepintiera!”, le dedican.

El aislamiento autoimpuesto con el que los palmarianos han vivido su fe día a día desde hace décadas, con censura de libros escolares, películas y programas de televisión, se ha quebrado de repente al levantarse una de sus prohibiciones: hacer uso de Internet, “un espacio en el que lamentablemente compiten el irresponsable anonimato y la desvergonzada animadversión, estrechándose en la perversa calumnia”. 

Todos los miembros de la comunidad, a excepción de los jerarcas de la Iglesia Palmariana, tienen vetado el acceso a la red. Esa es —o ha sido, por el desconcierto del anuncio de su nueva página web— una de las tajantes normas con las que siempre han vivido, que ha fomentado su aislamiento y ha restringido su capacidad crítica a lo largo de los años.

La orden ha justificado este silencio como medida de protección para su comunidad. También para ahorrarle a sus fieles los ataques de los que, según citan en su recién estrenada página web, se ha vertido sobre ellos. “Se ataca falsa y malintencionada a la Iglesia Palmariana en sus miembros y en su doctrina”, advierten. Y ponen como ejemplo las “cosas” que se dicen de “San Gregorio XVII Magnísimo”, el Papa Clemente, el primero de los pontífices de la orden, que como repetidas veces se ha reproducido en los medios era conocido en las zonas de ambiente de Sevilla como ‘la Voltio’.

Sede de Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, de El Palmar de Troya, Utrera (Sevilla).

Sede de Orden de los Carmelitas de la Santa Faz, de El Palmar de Troya, Utrera (Sevilla).

Famoso por sus juergas, en las que no escatimaba el dinero de la orden, la página oficial de los palmarianos trata de desmentir la “falsedad de esas infames mentiras” referidas a Clemente. Habladurías “todas, con refinada astucia, hacen referencia a supuestos hechos en sí mismos incomprobables”, defienden en un artículo titulado ‘Advertencias sobre Internet’.

Desmentidos: Hitler no fue Santo, pero Franco sí

En ese mismo texto también desmienten que Hitler fuese canonizado por la Iglesia Palmariana, aunque entre esas palabras no menciona que en el interior de la basílica hubo durante muchos años una estatua de Francisco Franco —visible desde el exterior de los altísimos muros—, elevado a los altares por la orden y que según explicó Ginés Hernández, el Papa apóstata, fue retirada por las presiones que la congregación recibió por parte de las Administraciones y como prenda para obtener una licencia de obras con la que ampliar las instalaciones. 

“Invitamos a todos aquellos que se expongan a los ‘informes’ que sobre la Iglesia Palmariana se difunden en Internet a considerarlos con la prudencia y el sentido común que requiere todo aquello que en Internet se publica”, piden en su web, en la que culpan directamente a los medios de comunicación. “Que siempre han difundido, hasta el momento, la naturaleza y actividades de la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana de manera falsa o al menos confusa, cuando no abiertamente calumniosa y ofensiva”, puntualizan.

Aperturismo, pero escaso

A los medios también se dirigen con una propuesta: “En caso de percibir un cambio claro en su actitud hacia la Santa Iglesia de Cristo y María, podríamos considerar la posibilidad de ofrecerles la información que solicitasen”.

A las 09.58 horas de este lunes, minutos de leer estas palabras de aparente aperturismo, EL ESPAÑOL se pone en contacto con el Papa Gregorio III. Suena el tono de su teléfono móvil.

—¿Sí? ¿Quién es? [El suizo Markus Josef Odermatt, su nombre civil un perfecto Castellano aunque con acento extranjero].

—¿Hablo con el padre Eliseo María?

—Sí, ¿quién es?

—Soy Pepe Barahona, periodista del periódico EL ESPAÑOL…

—¡No, no, no, no…!

—Déjeme hablar, por favor. 

—No queremos hablar con nadie, no tenemos nada que decir.

—Solo quiero preguntarle por si reconocen como oficial la página web que acaban de lanzar.

—¿Acaso no lo pone así en la página web?

—Entiendo entonces que sí.

—Sí.

—También dicen que consideran la posibilidad de ofrecer información a los medios que…

—…

Tres tonos indican que la conversación ha acabado. Son los únicos 40 segundos en los que el nuevo Papa se ha dirigido a un medio de comunicación. El aperturismo ha durado menos de lo esperado, o se limita a mostrar parte de su vasto archivo audiovisual. Gracias a estos vídeos, cualquiera puede adentrarse en el interior de la Basílica Catedralicia y admirar el rico patrimonio, en la que no se escatima el oro, las pinturas y hacen gala de un importante catálogo de imágenes religiosas de alto valor escultórico. 

Una familia seguidora de la iglesia palmariana al salir de la oración de la tarde.

Una familia seguidora de la iglesia palmariana al salir de la oración de la tarde.

Otra de las piezas más llamativas es un microdocumental, narrado en castellano con acento argentino, sobre la historia de la Iglesia Palmariana, desde que tres niñas aseguran ver a la virgen en ‘el Lentisco’, lugar en el que se erige la basílica actual. En este multimedia también se aprecia cómo se levanta la imponente catedral.

Gregorio XVIII, el Papa Apóstata, repudiado, pero no olvidado

En otra de sus entradas, ‘Quiénes somos’, los palmarianos hacen un repaso cronológico de la historia de su orden, que apostató de la Iglesia Romana en 6 de agosto de 1978, tras la muerte del Papa San Pablo VI. Desde entonces, “la Iglesia Palmariana es la única y auténtica Iglesia Cristiana, nombre que le viene de Cristo, su Divino Fundador”.

La web también hace un repaso de los “verdaderos papas” de su Iglesia. Desde el Papa San Pio XII, San Juan XXIII, Pablo VI, Gregorio XII —Clemente, al que le dedica una biografía audiovisual— o Pedro II. Los jerarcas palmarianos no hacen mención en su lista de pontífices a Gregorio XVIII, Ginés Jesús Hernández, el Papa apóstata, pero dedica una prolija parrafada en la que trata de justificar los motivos de su salida como Santo Padre de la Iglesia Palmariana.

 

“El 22 de abril de 2016 un hecho inaudito sacudió a la Verdadera Iglesia de Cristo: el Papa apostató”, empieza el relato, mucho más laxo de lo que en su día publicó Pedro III en su primera encíclica. En su primer escrito como Papa de los palmarianos, el padre Eliseo María, aseguraba que Ginés “disfrutó del lujo y era extremadamente vano, siempre pretendiendo altos cargos y siendo codicioso en exceso”.

Ginés, de “vicioso” a “un formidable religioso”

“No creía a nadie más que a sí mismo”, detallaba Pedro III. “Es un apóstata, un hombre maldito, una bestia”, puntualizaba. La enumeración de adjetivos era rica. “Tirano”, “fumador empedernido” o “personaje vicioso” que será “el receptor de la ira de Dios” por los pecados y sacrilegios que cometió. En resumen: “Uno de los peores papas de la historia de la iglesia”.

El tono ahora es otro. “El ex Papa fue, durante mucho tiempo, un formidable religioso. Trabajó durante años abnegadamente por y para la Iglesia. Aún así, apostató”, aseguran ahora desde su página oficial. Sobre los motivos de su marcha, en la versión de los palmarianos no ven la relación entre su salida y el enamoramiento de su actual esposa, Nieves Triviño, o la pérdida de fe, o el descubrimiento de las corruptelas que ha denunciado en repetidas ocasiones en este periódico.

“En realidad —justifican los palmarianos—, se trata de algo más sencillo y brutal: el ex-Papa sabe íntimamente que la Iglesia Palmariana es la verdadera Iglesia de Cristo y María, pero la suma de sus infidelidades le volvieron tan pesada la vida religiosa que, sin poder ya soportarla, sencillamente se marchó, sin ser capaz siquiera de ordenar sus pensamientos para ofrecer una excusa o explicación consistente, lo que revela mejor que nada, el lamentable estado de confusión de su conciencia”.

Y zanjan su escrito dedicado a Ginés diciendo: “¡Qué felicidad habría en el Cielo si el ex-Papa se arrepintiera!”.

El propio Ginés ha tenido conocimiento del lanzamiento de la página web de la Iglesia Palmariana pese a estar en la cárcel de Sevilla I, en prisión preventiva acusado únicamente de delito de lesiones, después de que la acusación particular retirase el de robo con violencia en un incidente producido en el pasado mes de junio y que todavía sigue sin explicación.

Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, Ginés se rio al conocer el contenido de la página web, que se lanza —según su criterio— con el objetivo de lavar la imagen de la orden. Esta estrategia estaría directamente relacionada con el incidente por el que el ex Papa está en prisión preventiva, ya que tanto él como su esposa, actualmente en libertad, también han interpuesto dos denuncias contra miembros de la Iglesia Palmariana. En concreto, al padre Silvestre, con el que se enfrentó el matrimonio a navajazos, lo acusan de tentativa de homicidio; y al padre Benjamín, el Secretario de Estado y número dos de la orden, otro presunto delito de negación del deber de socorro, al impedir —según la tesis de la pareja— al médico de la congregación que atendiera a Ginés, que acabó hospitalizado en estado grave con un neumotórax por apuñalamiento.

Ginés, desde prisión, mantiene que pese al lavado de imagen de la orden y su deseo de que regrese a filas mantendrá la acusación particular. Y bromea con la idea de qué tratamiento tendrá si volviese a la Iglesia Palmariana. ¿Le devolverá Pedro III el báculo? ¿Le darán tratamiento de Papa Emérito? ¿O será considerado, después de siete meses en prisión, como el Papa Penitente?