El presidente de Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con la secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé.

El presidente de Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con la secretaria de Igualdad del PSOE, Pilar Bernabé. EP EP

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El MeToo del PSOE subleva a las feministas del partido y destapa la debilidad de la Ejecutiva: "El problema nos ha comido"

Subrayan que lo sucedido "no es un hecho puntual, es un síntoma", en el seno de un partido que hace tiempo "ha dejado de escuchar a las mujeres" tras varios años expulsadas de los núcleos de poder.

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Una catarata, o más bien, un tsunami. Desde los audios de Koldo y José Luis Ábalos hablando de repartirse prostitutas y de sus habilidades, a la caída de Francisco Salazar por conductas impropias la víspera de ser elegido número 3 del PSOE.

Seis meses después, la imagen del almuerzo de la portavoz de Gobierno, Pilar Alegría, con el propio Salazar abrió la caja de los truenos la semana pasada, cuando se supo que aquel expediente de las denunciantes estaba paralizado por causas inexplicables.

El problema para el PSOE es que, además, a esto último se une que en los últimos días han surgido dos casos más en cargos del partido: Antonio Navarro, secretario general socialista en Torremolinos y José Tomé, presidente de la Diputación Provincial de Lugo y alcalde de Monforte, quien presentó ayer su dimisión.

Y también ha sido cesado Antonio Hernández de su cargo de asesor en el Gabinete de Sánchez en Moncloa por amparar el presunto acoso sexual de Francisco Salazar.

Todo ello ha creado un clima de psicosis en el PSOE que ha provocado la rebelión de mujeres socialistas de toda España, ha activado las alertas por la posibilidad de que haya un efecto para animar a que haya más denuncias en otros lugares y ha mostrado, según admiten miembros del partido, la sensación de vacío en la sede central de Ferraz.

Ya había la impresión de vacío y falta de actividad en esa sede tras la caída de los dos últimos secretarios de Organización -José Luis Ábalos y Santos Cerdán- y por traslado a la Moncloa de todo el peso político.

El bloqueo del expediente a Salazar ha incrementado esa impresión, según diversas fuentes del PSOE.

La respuesta de la dirección socialista, ordenada desde la Moncloa, ha sido la de acelerar en lo posible el expediente sobre las denuncias contra Salazar y la actuación dura en otros casos, como el de Tomé en Lugo.

En pocas horas el partido anunció que "ha iniciado el procedimiento para suspender cautelarmente su militancia. Tras su renuncia a continuar al frente de su cargo como Presidente de la Diputación de Lugo, el PSOE le exige que entregue sus actas tanto como diputado por Lugo, como por alcalde de Monforte de Lemos".

Esta rápida reacción, precedida de la presión de mujeres del PSOE y de socios del Gobierno y la amenaza del BNG para romper el acuerdo en la Diputación de Lugo si no dimitía, sirve para contrastar la nula respuesta durante meses contra Salazar.

Es decir, que si se es asesor del presidente del Gobierno en la Moncloa la respuesta del PSOE es mucho más tibia, hasta el punto de que se bloquea durante meses.

Mujeres feministas del PSOE con cierto peso actual y consultadas por EL ESPAÑOL van a más. Indican que los cauces de denuncia de estos casos, en el PSOE, funcionan, pero que en este caso han sido "un paripé".

Subrayan que con Salazar ha habido, efectivamente un error: el corporativismo masculino, que existe en todos los sectores y partidos, precisan estas fuentes.

Un teatro

Sobre los motivos de que no se haya tramitado el expediente, subrayan que en junio se hizo "un teatrillo" y que tras la expulsión, en el organigrama los tres que quedan -Rebeca Torró, Anabel Mateos y Borja Cabezón- son gente de Salazar. Y por tanto "nadie ha tenido el más mínimo interés en mover el expediente".

Son conscientes de que hay que discernir entre lo que es un acto individual y otro colectivo. "Pero es que al mostrar apoyo, el acto individual se transforma en colectivo y afecta a todo el PSOE". Señalan así el "enorme error" de Pilar Alegría almorzando con Salazar a principios de noviembre.

Ello hay que unirlo a que el exasesor abrió en septiembre una asesoría política a escasos metros de Ferraz, y que al parecer se le prometió que se le encargarían cosas, explican.

Pedro Sánchez, el 5 de junio, en pleno estallido del Caso Salazar, aplaudido por las secretarias de Igualdad del PSOE.

Pedro Sánchez, el 5 de junio, en pleno estallido del Caso Salazar, aplaudido por las secretarias de Igualdad del PSOE. Efe

Sostienen que al Partido Socialista lo sucedido le hace más daño que a otros. Algo que ya saben, pues subrayan que manejan encuestas que indican que, de junio a octubre, el PSOE ha perdido 10 puntos en intención de voto femenino.

"Con este tema puede morir el PSOE", advierten. "Porque más que decepción, esto ya es una traición a las mujeres".

Con respecto a no haber llevado el caso a la Fiscalía, las feministas consultadas matizan que han tenido cinco meses para acompañar a las denunciantes a hacerlo. No basta con decir hoy que las denuncias son anónimas, abundan, en respuesta a lo manifestado por el propio Pedro Sánchez hace unos días.

Así, el error, entienden, es el de Pedro Sánchez "que no ha calculado que en las mujeres del PSOE hay un feminismo muy consolidado. Por eso parece increíble que, tras parar el nombramiento de Salazar, no hayan sido capaces de tramitar las denuncias en tantos meses. Es que ni siquiera han llamado por teléfono a las denunciantes ni para disimular".

La situación, entienden, es grave, porque se trataría, presuntamente, de la comisión de dos delitos: uno por acoso sexual, y otro por abuso de poder, puesto que las mujeres denunciantes no eran compañeras de trabajo de Salazar, sino subalternas.

El problema de fondo

Todas las fuentes consultadas pertenecientes al feminismo socialista coinciden en que lo ocurrido no puede circunscribirse únicamente a mirar el dedo en lugar de a la luna. El problema de fondo, aseveran, es que a las feministas del PSOE se las ha expulsado del núcleo de poder, dejando un vacío que ha acabado provocando el MeToo del PSOE.

"No es sólo lo que [Pedro Sánchez] haya hecho con el feminismo ahora. Es que ha deshecho parte de lo que se hizo antes". Desde el inicio de su gobierno, indican.

Al principio había mujeres de muy diferentes de corrientes que trabajaban juntas. A una parte las expulsó prácticamente de inmediato: eran las mayoritariamente contrarias a su corriente, expresan las feministas del PSOE.

En el núcleo duro continuaron un tiempo Adriana Lastra y Carmen Calvo. "Parecía que iban a tener ciertas parcelas de poder, pero tampoco". Apoyado en Ábalos, Santos Cerdán y Salazar, al final acabó prescindiendo de las feministas clásicas "y luego, de las feministas de Sánchez. A Adriana la agotaron y se fue".

Todo esto hace que las reflexiones oscilen entre que esas acciones en el PSOE actual "no se corresponden con ser feminista" y otras, mucho más incisivas. "Las mujeres no les son cómodas al sanchismo de nunca. Se ha deshecho de cualquier mujer con mando. Y lo que ocurre es que los hombres solos se protegen y caen comportamientos machistas".

Unos comportamientos que, aseveran, se han ocultado. El caso Salazar ha provocado que las feministas del PSOE hayan estallado. "Se tapan unos a otros. Lo de Ábalos lo sabían todos en Madrid desde hace mucho tiempo: que era consumidor de prostitución. En el PSOE valenciano todo el mundo lo sabía desde hace muchísimos años".

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la secretaria de organización del PSOE, Rebeca Torró, durante una reunión de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) en la sede del PSOE.

La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y la secretaria de organización del PSOE, Rebeca Torró, durante una reunión de la Comisión Ejecutiva Federal (CEF) en la sede del PSOE. Mateo Lanzuela Europa Press

Otras voces del feminismo socialista advierten que lo sucedido "tiene que estar sobre la mesa y debe servir para cambiar de rumbo. El Partido Socialista cuando se equivoca, es capaz de cambiar. Lo hicimos cuando miramos hacia unas políticas de centro y logramos cambiar hacia la izquierda".

Un síntoma

Así, apuntalan que esto "no es un hecho puntual, es un síntoma. Esto no es un hecho aislado. Porque las socialistas feministas hemos puesto en infinidad de ocasiones encima de la mesa muchísimas cosas, muchísimos problemas, y no se nos ha escuchado. La agenda feminista no ha sido prioritaria, no existe, y el problema nos ha comido".

Todas las fuentes consultadas subrayan también que "las feministas del PSOE debemos trabajar desde la calma. Esto no debe quedar en un estallido puntual: esto debe acabar".

La situación de malestar es tal que, en un grupo de WhatsApp de una agrupación socialista, al que ha tenido acceso este periódico, un hombre defiende el feminismo imperante en el PSOE al tener como candidatas a María Jesús Montero en Andalucía o Pilar Alegría en Aragón. Las mujeres le responden que a las dos las puso Sánchez a dedo.

Porque el PSOE, advierten, tiene que cambiar, escuchar a sus mujeres y no limitarse a ponerlas en listas paritarias. "Las mujeres no pueden ser solo números pares en unas listas. Queremos decidir, queremos estar en las mesas de negociación, en los cargos relevantes, y no porque nos ponga un hombre".

El tema de Salazar es la punta del vértice, señalan. "Nos dan cargos públicos, pero nos tutorizan hombres. Y si nos tutelan... pues todo puede terminar así. Ponen a este tipo de personas a machacar a las mujeres y a todas las que discrepan la acusan de desleales".

Así, el resumen es que el feminismo "no puede ser únicamente salir con una pancarta del 8 de marzo: no queremos un feminismo de marketing, que es lo que nos están dejando. Luego salimos a la calle y quienes nos votan en España son las mujeres. Eso es un hecho objetivo y no podemos fallarles".