Imagen de archivo de un AVE. Renfe

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Reportajes

Adrián vive en Albacete y trabaja en Madrid: "Tardo 2 horas en llegar, pero me ahorro unos 600 euros al mes"

Ahora no paga alquiler y solo viaja tres días a la semana, mientras que los otros dos trabaja desde casa.

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El precio del alquiler en ciudades como Madrid o Barcelona se ha convertido en un gasto insostenible para los españoles, por esta razón son muchos los que deciden mudarse a las afueras o a otras provincias a unas cuantas horas de distancia con el objetivo de ahorrarse tal gasto de dinero.

Este es el caso de Adrián, un joven de Ciudad Real que decidió abandonar la capital tras 12 años, mudarse a Albacete para asumir un viaje de dos horas varias veces a la semana para poder ahorrar algo de dinero.

El joven, que se mudó a Madrid con 18 años para estudiar la carrera, se pasó más de una década compartiendo pisos de tamaño reducido en los que se dejaba alrededor de 1.000 euros al mes entre el alquiler, gastos y vida. Hoy vive en un amplio piso de tres habitaciones, el cual pertenece a la familia de su pareja, y sin pagar alquiler.

A pesar de que su trabajo sigue estando en Madrid no veía un futuro residiendo allí. "Madrid es una ciudad muy divertida para disfrutarla, pero en el día a día se sufre porque hay atascos, prisas, agobios… y yo no veía mi vida ahí para siempre", explicó al diario El Digital de Albacete recientemente.

Fue su actual pareja el motivo por el que empezó a replantearse vivir en la provincia manchega: "Me empezó a gustar mucho. Es pequeña, pero tiene de todo. Muy cómoda para vivir, sin atascos, sin prisas y mucho más barata".

Esto último, siendo uno de los principales motivos para abandonar la capital. Teniendo en cuenta que gasta aproximadamente unos 200 euros en trenes al mes, el joven consigue ahorrar entre 500 y 600 euros al mes con respecto a cuando residía en Madrid.

Su rutina comienza a las 5:45 de la mañana y se dirige a la estación para coger el AVE a las 6:45 para llegar a Madrid a las 8:20. Tras una intensa jornada laboral, sale del trabajo sobre las 19:00 y toma otro tren a las 20:00 para llegar finalmente a su hogar a las 22:00 de la noche. Esto lo repite tres veces a la semana y los otros dos días restantes trabaja desde casa.

"Si te olvidas algo en casa, ya no lo puedes recuperar hasta por la noche", cuenta. Pero para él, el menor coste de vida, el ritmo más calmado y el poder disfrutar de los fines de semana sin estrés, compensa totalmente las 4 horas de tren que tiene que realizar cada vez que tiene que trabajar presencialmente.