
Varios peces recién capturados en un bote de madera de pesca
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Microplásticos en el sector pesquero de Galicia: "Son ubicuos, están en todas partes"
El catedrático Ricardo Beiras y Basilio Otero como representante del sector pesquero desmontan mitos sobre los microplásticos: "Estamos más expuestos a través de la inhalación en nuestras casas que por comer pescado"
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En los últimos años, los microplásticos se han convertido en uno de los rostros más visibles de la contaminación marina. La narrativa dominante los presenta como una amenaza creciente tanto para los ecosistemas como para la salud humana, con especial énfasis en su supuesta acumulación en la cadena alimentaria y en productos pesqueros.
Sin embargo, la voz de la ciencia ofrece un matiz más preciso y menos alarmista. Para comprender mejor esta problemática, conversamos con Ricardo Beiras, catedrático de Ecología y Biología Animal en la Universidad de Vigo, quien lidera un ambicioso proyecto europeo sobre microplásticos.
Beiras dirige el proyecto LabPlas, financiado por la Unión Europea y que cuenta con la participación de 13 instituciones de 9 países. El estudio aborda todo el ciclo de vida de los microplásticos: desde su origen hasta sus efectos potenciales en organismos y humanos.
"Los microplásticos son ubicuos", afirma Beiras. "Están en todas partes: en el agua del grifo, en el fondo del océano, en el hielo... pero hay que tener claro que no se acumulan en los peces. El pez los ingiere y los excreta. Entran y salen del organismo", explica.
"El consumo de pescado y marisco no supone absolutamente ningún riesgo para la salud desde el punto de vista de los microplásticos", señala. Y eso no solo lo dice el experto: lo dice un informe reciente de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), "que estudió incluso el peor escenario posible", asegura.

Barco de pesca.
"En el caso del pescado, normalmente no consumimos las vísceras, que es donde están los microplásticos. Y en el caso de los mejillones, los niveles que encontramos suelen ser de uno a tres microplásticos por individuo. No es relevante. De hecho, estamos más expuestos a través de la inhalación en nuestras casas que por comer pescado", añade.
Esta perspectiva contrasta con la preocupación generalizada, aunque no niega la existencia de una tendencia inquietante: el aumento constante de microplásticos en el medio ambiente. "Cada vez hay más plásticos fragmentándose en microplásticos, lo que evidencia que la contaminación es excesiva", señala Beiras.
El sector pesquero habla
"El único perjuicio real que hemos notado es la mala prensa", asegura Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Según él, el impacto de los microplásticos en la pesca no se refleja en una disminución de capturas, sino en un descenso drástico del consumo.
"Estas noticias no ayudan. La gente escucha 'microplásticos en el pescado' y deja de comprarlo, pero no se dan cuenta de que también los respiran o los ingieren en otros alimentos. No es culpa del pescado", añade.
Y es que el problema, dice Otero, va mucho más allá del sector pesquero. "Las ovejas, las vacas, las gallinas… cualquier animal que coma está expuesto. Pero solo el pescado recibe este castigo mediático".
El 80% de la basura que llega al mar se genera en tierra. Y solo alrededor del 2% proviene de la pesca
Aun así, el sector no se ha quedado de brazos cruzados. En los últimos años, ha asumido una responsabilidad activa frente a la contaminación marina: "Antes nadie recogía ni su propia basura. Ahora no solo recogemos la nuestra, sino la que nos encontramos en el mar"
Esta conciencia ambiental no es nueva en las cofradías, que, además, están trabajando en soluciones tecnológicas para luchar contra la contaminación.

Barco de pesca faenando. Imagen de Cepesca.
"Hemos desarrollado una aplicación móvil para mapear la basura marina. Queremos identificar las zonas más afectadas y colaborar con el Instituto Español de Oceanografía para que se actúe donde más falta hace", explica.
Otero reivindica una realidad olvidada en muchos discursos ambientales: el sector pesquero no es el enemigo. "Siempre lo decimos: no somos el problema, somos parte de la solución. El 80% de la basura que llega al mar se genera en tierra. Y solo alrededor del 2% proviene de la pesca. Hay muchas otras industrias operando en el mar, como los cruceros o los mercantes, que también deberían estar bajo el foco", concluye.