El archivo de varias denuncias contra la actuación de las Fuerzas de Seguridad el 1-O que acaba de decretar la Justicia desmonta por completo la visión tremendista y sangrienta que el nacionalismo catalán insiste en trasladar de aquella jornada.

EL ESPAÑOL publica hoy dos autos que valoran lo ocurrido en dos poblaciones que han sido elevadas por el separatismo poco menos que a mártires de la brutalidad policial: Sant Joan de Vilatorrada y Callús. Pues bien, en ambos se recoge que la Guardia Civil empleó un "uso de la fuerza mínima imprescindible".

Proporcionalidad

En cada uno de los centros elegidos para celebrar el referéndum ilegal en estos dos municipios barceloneses se concentraron más de 300 personas. En uno hubo 3 heridos leves y en el otro 9. Sólo una persona requirió tratamiento médico y no por responsabilidad de los agentes, según detalla la juez, que asegura que "no hay indicios de exceso policial".

Los denunciantes reclamaban a la Justicia por supuestas lesiones, vulneración de derechos fundamentales y daños en locales públicos. Los jueces les responden que los agentes actuaron por "orden de la autoridad judicial", que la actitud de los congregados en los centros hacía "necesario el uso de la fuerza", que ésta "cumplió con las exigencias de idoneidad, necesidad y proporcionalidad" y que no hubo lesión de derecho fundamental alguno. 

Intervenciones

De Sant Joan de Vilatorrada es Jordi Pesarrodona, político de ERC que trató de impedir la actuación policial el 1-O y que se hizo famoso unos días antes por colocarse con una nariz de payaso junto a un guardia civil en la entrada de la sede del Departamento de Gobernación de la Generalitat. Protestaba así por los registros en varios edificios públicos.    

Siguiendo su sentido del humor, bien podemos calificar de payasada la pretensión del nacionalismo de convertir en una atrocidad sin precedentes la actuación de las Fuerzas de Seguridad en el 1-O. Que en el transcurso de las múltiples intervenciones policiales que se realizaron ese día y como producto de la tensión se cometiera algún error puntual no justifica, en ningún caso, que se hable de "violencia policial" premeditada e injustificable. Las resoluciones de los jueces están poniendo las cosas en su sitio.