A ver, sí, en Mojácar han comprado votos para amañar las elecciones. Pero las intenciones eran buenas: resucitar el viejo caciquismo español del siglo XIX. 

Cartel electoral del PSOE en Mojácar.

Cartel electoral del PSOE en Mojácar. EFE

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España en vilo a la espera de la reforma del Código Penal que diga que la compra de votos no es delito si no te quedas el voto para ti. "No hay enriquecimiento personal" dirán "porque no querían quedarse los votos para ellos, su intención era meterlos en la urna". Y añadirán: "Es más, nuestros candidatos han perdido dinero con la compra de los votos. ¿Y cómo va a ser delito si pierdes dinero?". 

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Era obvio que el escándalo iba a provocar la movilización de los medios de comunicación de Moncloa. Y, como no podía ser de otra manera, el SERtimo de Caballería llegó raudo al rescate. ¡Heredia y El Pecos compraban votos para el PP en Melilla, dice la SER amparándose en "fuentes policiales"! ¡Heredia y El Pecos, míticos fontaneros genoveses!

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En realidad, el eje de la trama sigue siendo Coalición por Melilla, una escisión islamista y "progresista" del PSOE que ha gobernado durante varias legislaturas junto a los socialistas y que ahora está integrada en la plataforma de Sumar, de Yolanda Díaz, junto a Más País y Compromís, entre otros partidos.

Buena suerte intentando que el caso salpique al PP. 

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Pero seamos serios. El sistema electoral español es una de las joyas de la corona de la democracia española, admirado internacionalmente por razones perfectamente comprensibles (en pocos países se recuentan 30 millones de votos en apenas una hora), y sería irresponsable extender la sombra de la sospecha por el fraude de unos cuantos mangantes de votos cuyo impacto a nivel nacional es ridículo. A 25 de mayo de 2023, y con la información disponible hoy, la compra de votos es un fenómeno irrelevante que justifica, por una vez con rigor, el uso de la manida expresión "casos aislados". 

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Primero ETA, luego Vinicius y luego la compra de votos en Mojácar y Melilla. Al director de campaña del PSOE, que si no ha cambiado la cosa sigue siendo Santos Cerdán, le ha mirado un tuerto. Pero un tuerto revirao, de los que cuando lanzan una maldición lo hacen con saña. Suerte tendrá el PSOE si al pobre Félix Bolaños no le cae un meteorito en la cabeza el 28M. Con eso, ya pueden dar las elecciones por salvadas. 

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Dice Guillermo Fernández Vara que quiere una campaña electoral en clave autonómica y "sólo para Extremadura". Lo dice un poco tarde. Pero, sobre todo, se equivoca de partido. Vara es uno de esos que, como el soldado japonés emboscado en la selva de Guam que no sabía que la II Guerra Mundial había terminado, sigue creyendo que milita en un partido llamado PSOE. Veremos qué día se da cuenta de que el PSOE es hoy poco más que un logo y que él es sólo el delegado en Mérida de Pedro Sánchez.

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"Que no te quepa duda" le dijo Sánchez a Vara el martes. "Los próximos años vamos a hacer realidad esa demanda justa y legítima de una tierra que ha sido postergada durante muchos años ante la desidia de gobiernos de la derecha". Se refería Sánchez al tren que los extremeños llevan esperando desde 1978. 

Ojo, que las promesas de Pedro Sánchez son rocosas. Que lo graben en mármol y empiecen la cuenta atrás, porque el tren está al caer

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En Cataluña ya están calculando, tras oír al presidente, cuántas embajadas se van a comprar con el dinero del tren de los extremeños que les va a caer si vuelve a ganar las elecciones el PSOE. Porque en Cataluña el tamaño de las embajadas no se calcula en m2, sino en extremeños. "La embajada en Nova York son 100.000 extremeños, pero la de Los Àngels sólo 75.000. Habrá que ampliarla en al menos 25.000 extremeños más durante la próxima legislatura". 

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Cádiz tiene una virtud y un problema. La virtud es que es una ciudad que no se toma demasiado en serio a sí misma. El problema es que no se toma en serio a sí misma. Por eso Cádiz ha sido gobernada durante los últimos ocho años por un tipo llamado 'el Kichi', cuyo apodo dice todo lo que hay que saber sobre él y sus ideas. 

'El Kichi' es la Ada Colau gaditana, uno de esos personajes de la nueva política capaces de reventar ciudades enteras con un par de ocurrencias, que es todo el trabajo que producen en una legislatura de cuatro años. Si 'el Kichi' ha llegado donde ha llegado es porque los gaditanos, como le ocurre a tantos otros españoles, tienen la autoestima por los suelos y prefieren la calma chicha de la ruina que el caos del progreso. 

El gaditano tampoco confía en su ciudad, que describe como la Shangri-La del sur de España, pero a la que luego condena con su voto a ser gobernada por kichis, motonabos y cirigutis, un poco como esos tipos que en el bar describen a su mujer como una santa, pero que luego no se acuerdan de su cumpleaños. "Mucho te quiero pollito, pero grano poquito".

Dicen los sondeos que el PP será el partido más votado este domingo, pero que tendrá difícil gobernar porque uno de cada cuatro gaditanos votará a Adelante Izquierda Gaditana. Adelante gobernaría con el PSOE, que hará lo mismo que ha hecho el PSC en Barcelona con Colau: contemplar mansamente desde el prado, como una vaca consistorial, como pasa el tren de su época. "Mira, por ahí pasa el siglo XXI. Muuu". 

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Quiero más a Cádiz de lo que nunca he querido a Barcelona, mi ciudad, pero veo en ambas el mismo instinto suicida. Me gustaría explicárselo a los gaditanos con un ejemplo. La única diferencia entre el aceite de Jaén y el mundialmente afamado aceite italiano, que es el de Jaén con la etiqueta made in Italy, es que los italianos no se toman a coña su vida. Que se respetan a sí mismos y no se han postrado frente a sus señoritos. Que son lo suficientemente listos como para saber dónde está la calidad, el talento y el oficio (en España), pero también para saber dónde no se valora esa calidad, ese talento y ese oficio (en España). 

España está abandonada. Que es lo mismo que decir que los españoles ya no confían en su país, ni en su ciudad, ni en sus fuerzas. El sentimiento es lógico, porque el proceso de doma ha sido despiadado y muchos españoles ya son incapaces de imaginar nada mejor que ese estado de sumisa postración en el que viven. Les han subvencionado la desgana y ellos han dado las gracias y aclamado al amo. "Todos son iguales, da igual el voto, nada cambiará, más tonto es el que se esfuerza".

Pero sí cambia y sí hay diferencias. Enormes diferencias. Barcelona se muere. Cádiz se estanca. Málaga carbura. Madrid lo revienta. Lo dice uno que ha vivido en Barcelona, en Cádiz y en Madrid, y que no está ciego.

Así que no, no da igual. Levántate, respétate y vota.

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Llevo toda la campaña diciendo que el 28M no habrá grandes sorpresas, pero cada día que pasa estoy menos seguro. Supongamos que el domingo Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida consiguen una victoria incluso por encima de la más alta de las expectativas y el PSOE una por debajo de lo que indican los peores sondeos. Supongamos que Podemos desaparece, que ERC se derrumba, que Vox se desinfla y que Ciudadanos certifica su defunción. ¿Punto, juego, set y partido para Feijóo? 

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Anteriores entregas de Maldades de campaña:

Día 1 de campaña: La campaña empieza en Barcelona con la tradicional pegada (de mamporros)

Día 2 de campaña: El combate del siglo: ETA y los okupas contra Joe Biden

Día 3 de campaña: A Bildu le molesta "el ruido de Madrid" y pide silencio sepulcral

Día 4 de campaña: Pablo Iglesias amenaza con generar "conflicto" y ERC se estrella en Barcelona

Día 5 de campaña: En el PSOE no son conscientes aún, pero el hechizo se ha roto

Día 6 de campaña: El nuevo Bildu: mismo sabor, un 15% menos de terrorismo

Día 7 de campaña: Los españoles son los seres vivos que más se parecen al PSOE, según el CIS 

Día 8 de campaña: ¿A quién estarán votando en realidad los votantes de Ciudadanos el 28M?

Día 9 de campaña: Podemos señala al hermano de Ayuso como el Goldstein español

Día 10 de campaña: Lo del 28M no es una campaña electoral: es una campaña de exterminio

Día 11 de campaña: El resultado en Valencia decidirá el nombre del próximo presidente del Gobierno (o no)

Día 12 de campaña: No podemos esquivar más este debate: ¿a quién le da votos la violencia en España?

Día 13 de campaña: Vinicius sustituye a ETA en la segunda semana de campaña