Anton Yelizarov y Yevgueni Prigozhin

Anton Yelizarov y Yevgueni Prigozhin Telegram

Europa

Nombre clave, 'Lotus': el sucesor de Prigozhin al frente de Wagner que seguirá desafiando a Putin

Forma parte del núcleo duro más enfrentado ahora mismo a Moscú.

29 agosto, 2023 02:42

Todo el mundo daba por hecho que, más temprano que tarde, Vladimir Putin se vengaría de Eugeni Prigozhin. Lo que tal vez haya pillado de sorpresa a lo que queda de los mandos del Grupo Wagner es el hecho de que esa venganza se haya llevado por delante a toda la cúpula de la organización. No cabe duda de que había un plan de sucesión en marcha, pero lo que nadie se atreve a decir ahora mismo es si ese plan contemplaba un golpe de tamaña magnitud o si la continuidad pasaba por alguno de los nueve acompañantes de Prigozhin en su avión privado.

Por mucho que nos llamen la atención las actividades bélicas de Wagner, hay que tener en cuenta que hablamos de un emporio que incluye sedes en San Petersburgo y en Moscú, delegaciones por toda África, inversiones en criptomonedas por valor de miles de millones de dólares, acuerdos para la explotación de distintos recursos naturales y redes de propaganda que influyeron en el pasado en las elecciones estadounidenses y han intentado hacer lo propio en varios comicios occidentales.

En definitiva, Wagner es mucho más que un señor con un uniforme de camuflaje y un casco. Mucho más que Prigozhin -de hecho, siempre se rumoreó que la cabeza pensante era Utkin, también fallecido en el derribo del avión- y mucho más, desde luego, que sus actividades puntuales en tal país o tal otro. Resumir Wagner a sus conquistas en Ucrania o, incluso, a su capacidad militar para organizar un golpe de estado es quedarse corto. Wagner es un monstruo al que el Kremlin dejó que le crecieran miles de cabezas y ahora quiere cortarlas todas de golpe.

[Un mercenario de Wagner se confiesa a EL ESPAÑOL: "Han matado a Prigozhin porque portaba la verdad"]

Anton Yelizarov

Anton Yelizarov

"El conquistador de Soledar"

Aun en el estado de shock en el que se encuentra todavía el conglomerado paramilitar -no sabemos si Bielorrusia cumplirá con su parte del acuerdo y les acogerá finalmente, aunque no tiene pinta, y sus encargos en África se ven saboteados continuamente por el Kremlin, quien les ha ordenado que se vayan incluso de Siria-, empiezan a sonar los nombres de los posibles sucesores de Prigozhin. En concreto, los canales de Telegram más afines llevan tiempo hablando de Anton Yelizarov, conocido como 'Lotus' ('Loto', en su traducción al español), uno de los pocos lugartenientes de la organización que aún siguen vivos.

Yelizarov es un hombre contundente en sus actos y en sus declaraciones, como Prigozhin. Un tipo leal a su organización más que al Kremlin o a la Madre Rusia como abstracción. Yelizarov, de 42 años, ingresó hace ocho en el grupo y comparó recientemente el papel de sus mercenarios al de los "caballeros" de la Edad Media. Gente sin miedo a nada, curtida en las batallas... y con un concepto claro del vasallaje: ni quitan ni ponen reyes, pero ayudan a sus señores. En sus propias palabras, "El Grupo Wagner no es una estructura que reúna a gente, es una forma de ver el mundo".

[Ucrania asegura que ya puede atacar cualquier punto de Crimea mientras avanza por Zaporiyia]

El señor de Yelizarov en Siria, en República Centroafricana y en Libia, donde comandó una de las unidades, fue Prigozhin. También lo fue en Soledar, y este matiz no es irrelevante. Las minas de sal de Soledar siempre fueron uno de los grandes incentivos de Prigozhin a la hora de lanzarse como un búfalo hacia Bakhmut. Confiaba en que, si conseguía un gran triunfo estratégico y propagandístico para Putin, este le concediera el control de la minería, como había sucedido tantas veces en África.

Yelizarov estuvo ahí, en la trituradora de carne que se convirtió Soledar y en la que se convirtió Bakhmut. Mandó a la muerte a miles de sus hombres y a miles de los presidiarios con los que les obsequió el Ministerio de Defensa ruso. No le tembló el pulso a la hora de concretar la idea de Prigozhin y muy probablemente, desde su perfil mediático bajo, compartiera todas sus quejas sobre la falta de recursos -especialmente, de munición- y la actitud "traidora" del ministro de defensa, Sergei Shoigú, y el jefe de las fuerzas armadas, Valeri Gerasimov. En tierras ucranianas se ganó el apodo de 'El conquistador de Soledar'. Hay que entender que forma parte del núcleo duro más enfrentado ahora mismo a Moscú.

Anton Yelizarov

Anton Yelizarov

¿Conciliación o venganza?

Y es que la gran pregunta ahora mismo es qué actitud tomará lo que queda de Wagner respecto a Putin. ¿Habrá una venganza contra la venganza? Hablamos de un ejército que consiguió plantarse a doscientos kilómetros del Kremlin en pocas horas, es decir, de un grupo con muchos partidarios en muchos puestos clave de la seguridad del estado. Por supuesto, muchos de ellos -Surovikin, Popov...- han sido debidamente purgados, pero la duda es cuántos más quedan y qué capacidad tienen de enfrentarse al poder establecido.

Sea con Yelizarov o con cualquier otro cabecilla al frente, Wagner tiene que optar entre una vía de conciliación con Putin que les permita retirarse de la partida todavía con beneficios... o demostrar que siguen siendo una familia que no olvida ni perdona. Lo primero no parece propio de "caballeros". Lo segundo, sí. Pensar en un nuevo intento de golpe de estado parece ahora mismo una locura (aunque también lo habría parecido la víspera del viernes 23 de junio), pero no se pueden descartar acciones selectivas contra aquellos que hayan estado involucrados en la decisión de derribar el avión de Prigozhin con todo el alto mando a bordo.

[Crónica de una 'venganza': los 60 días en los que Putin acabó con el desafío de Yevgueni Prigozhin]

Por mucho que desde Moscú se insista en que Wagner ya no está operativo o, en palabras del presidente de la Comisión de Defensa de la Duma, Viktor Sobolev, "está dejando de existir", no hay evidencia que pruebe que así sea. Como es lógico, el Ministerio de Defensa intentará ganarse voluntades individuales con jugosos contratos, pero cuando se construye desde la lealtad mezclada con el fanatismo, el dinero juega un papel relativo.

Todavía quedarán unos cuantos miles de fieles de la 'religión Wagner' resentidos y deseosos de seguir luchando. Miles de hombres rabiosos armados hasta los dientes y con un líder dispuesto, en principio, a todo. Por supuesto, siempre puede pasar que Yelizarov tenga un desafortunado accidente en los próximos días... o que al final el elegido sea otro, con un perfil más dialogante. De lo contrario, todo apunta a que el conflicto entre Putin y Wagner aún no ha acabado definitivamente. Puede, incluso, que esté tan solo empezando.