El presidente de Argentina, Javier Milei, saluda a los seguidores fuera del hotel donde se alojará antes de viajar a la Antártida, en Río Gallegos.

El presidente de Argentina, Javier Milei, saluda a los seguidores fuera del hotel donde se alojará antes de viajar a la Antártida, en Río Gallegos. Reuters

América

Milei, un mes al frente de Argentina: recortes en masa, protestas y el país al borde de la hiperinflación

Los primeros 30 días del nuevo presidente argentino han estado marcados por una frenética actividad reformista que no tiene precedentes. Sus propuestas tienen todavía que ser tramitadas en el Parlamento.

10 enero, 2024 02:44
Buenos Aires

"Ninguno de mis perros está en la residencia oficial de Olivos. Es escandalosa la impunidad con la que inventan y mienten algunos periodistas". Así de crítico se mostraba el presidente argentino, Javier Milei, en la red social X (antiguo Twitter), donde respondía a una noticia en televisión que hablaba sobre sus mascotas. O mejor dicho, "sus hijitos de cuatro patas", como él mismo llama a sus mastines de casi 100 kilos, que no han podido ir con él a la espera de que se finalicen las complejas reformas en la residencia, donde se están construyendo cuatro receptáculos especiales para ellos.

Este, sin embargo, no ha sido el único enfado del presidente argentino con los medios de comunicación. También arremetió contra un periódico por informar de que él había subido a la web un vídeo de su novia, la actriz Fátima Florez, cuando era ovacionada por el público. "Para variar Clarín distorsionando (mintiendo) los hechos, por suerte los argentinos ya despertaron y le sacaron la ficha", ha publicado en redes sociales.

Así, de los nervios y colérico con la prensa ha cerrado el presidente de Argentina el primer mes de su gestión en la Casa Rosada. Milei –de 53 años, economista y extertuliano de televisión– es un outsider del sistema político que en dos años llegó al poder sin apoyo de partidos tradicionales ni padrinos. Aplastó con el 56% de votos al peronismo, la fuerza política dominante hasta las elecciones de noviembre pasado.  

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En los 30 días que lleva en la Casa Rosada, el jefe de Estado no ha dado conferencias de prensa. Pero sí ha concedido entrevistas a un puñado de periodistas afines. No se ha referido a las dos promesas electorales que le llevaron a conseguir que 14 millones de argentinos lo eligieran: primero, abolir la moneda nacional -el peso- y dolarizar la economía. Y segundo, cerrar el Banco Central (equivalente al Banco de España) para que no emita más dinero y, así, frenar la inflación.

Por el contrario, la inflación se ha disparado de 12,5% en noviembre a 30% en diciembre, según las estimaciones del propio gabinete del presidente. Así, sumada a la de todo el año 2023 casi llegaría al 200%, situándose así al borde de la hiperinflación. Además, las subidas de alimentos, combustibles, medicamentos y vestimenta lideran las alzas y representan un hachazo al bolsillo mientras los salarios y las pensiones siguen estancados.

Irritados y angustiados, son muchos los argentinos que salen a diario a protestar. Hay caceroladas casi todas las noches en Buenos Aires y otras ciudades. Y en los recitales de música y partidos de fútbol, el público entona: "Olé, olé, olé, el que no salta…votó a Milei".

Manifestación multitudinaria contra los decretos de Javier Milei

Manifestación multitudinaria contra los decretos de Javier Milei Europa Press

Es cierto que el país atraviesa desde hace años una profunda crisis económica. De ahí que Milei se haya jactado de que "si la inflación llega a 30% es un numerazo" porque "veníamos para un 45%". "Es un logro fenomenal, abatimos un tercio de inflación en un mes…tienen que sacarlo a pasear en andas al ministro de Economía, Luis Caputo", ha afirmado.

Dos macro proyectos en trámite

El presidente ha enviado dos proyectos al Parlamento –un decreto de necesidad y urgencia (DNU) y una ley ómnibus– que ponen patas arriba la economía y el ordenamiento jurídico para desguazar lo que queda del Estado social. Desde la venta de 40 empresas públicas hasta cambios en los códigos civil y penal pasando por la flexibilización laboral.

Además, ha solicitado a diputados y senadores que deleguen sus facultades legislativas al presidente, por lo que algunos lo tildaron de "napoleónico" y recordaron el autogolpe en 1992 del entonces presidente de Perú, Alberto Fujimori, que cerró el parlamento y se arrogó la facultad de dictar leyes.

De momento tanto el DNU como la ley ómnibus transitan lentamente en el parlamento, que el lunes comenzó el debate en una de las varias comisiones que deben tratarlos. Mientras, los partidos opositores ya han adelantado que consideran varios artículos "inconstitucionales" y han anunciado que se opondrán.

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También en el poder judicial se han ralentizado las reformas de Milei. Tres jueces del fuero laboral hicieron lugar a otros tantos recursos de amparo presentados por asociaciones y sindicatos, dictando la inaplicabilidad de algunas normas. Y aún quedan por resolver otros 37 recursos similares en todo el país.

Pese a esas incertidumbres sobre el futuro de los proyectos del Gobierno, Milei ha intentado mostrar firmeza: "No negociamos nada –dijo-, solo aceptamos sugerencias para mejorar". Pero su portavoz, Manuel Adorni, ha relativizado la intransigencia: "El Gobierno está en un camino de entendimiento (con la oposición)", añadió.

El plan motosierra de poda del Estado puso en la mira a 7000 empleados públicos que serían despedidos. Ya fueron rescindidos los contratos de unos 500 periodistas y locutores de la radio pública Nacional, casi todos ellos identificados políticamente con el kirchnerismo, el ala izquierda del peronismo.

El ministerio de Seguridad ha criminalizado la protesta social. Los manifestantes no podrán cortar las calles, avenidas y rutas so pena de encierro en prisión. Tampoco podrán reunirse más de tres personas en la vía pública, lo cual ha sido considerado inconstitucional por varios juristas y organismos humanitarios.  

En política exterior, Milei ha rechazado la invitación de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) a incorporar a Argentina en ese bloque de países emergentes. En cambio, ha anunciado que alineará los intereses internacionales argentinos junto a los Estados Unidos, Israel, Ucrania y Taiwán, entre otras naciones.

El próximo desafío del presidente será la huelga general convocada por las tres centrales obreras –CGT, CTA, y CTA Autónoma– el miércoles 24 de enero. "Es un asunto de los gremios y los trabajadores. No pueden decirme que no hago lo que dije que iba a hacer: un ajuste, no pan y circo", se ha jactado Milei.