El presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Kevin McCarthy (R-CA), ofrece una conferencia de prensa en Washington.

El presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, Kevin McCarthy (R-CA), ofrece una conferencia de prensa en Washington. Reuters

América

Cinco días para evitar un Armagedón financiero: el pacto del techo de deuda en EEUU llega al Senado

La Cámara Alta estadounidense, fuertemente polarizada, tiene ahora en sus manos evitar o no el default del país.

2 junio, 2023 02:46

Estados Unidos se encuentra inmerso en una carrera contrarreloj para aprobar el proyecto de ley acordado por el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para suspender el techo de deuda antes de que se produzca el primer impago en la historia del país. Para ello, se requiere la aprobación completa del Congreso antes del lunes 5 de junio, cuando el Departamento del Tesoro podría quedarse sin fondos para costear sus deudas.

Biden y McCarthy lograron su primer éxito este miércoles cuando la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley con 314 votos a favor, aliviando algo del estrés sobre la posibilidad de un impago. Esta legislación aplazaría el techo de la deuda del Gobierno federal de 31,4 billones de dólares hasta 2025, permitiendo a la Administración pedir préstamos de cualquier cantidad. Sin embargo, el desafío ahora se encuentra en el Senado, fuertemente polarizado.

Para que el proyecto de ley obtenga luz verde, los demócratas necesitan al menos nueve votos republicanos. A pesar del optimismo general sobre el apoyo bipartidista, también existe una considerable oposición en ambos lados.

"Haremos todo lo posible para aprobar rápidamente el proyecto de ley", dijo el senador demócrata de Nueva York Chuck Schumer durante una rueda de prensa en Washington. Sin embargo, conseguir suficientes votos y mantener el proceso en marcha podría resultar difícil.

Algunos de los demócratas han expresado su insatisfacción con los nuevos requisitos de trabajo impuestos a los programas contra la pobreza y las implicaciones ambientales del controvertido oleoducto Mountain Valley Pipeline, cuya construcción sería autorizada por el proyecto de ley sobre el techo de deuda. 

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Mientras tanto, entre los republicanos hay discrepancias sobre la profundidad de los recortes de gastos incluidos en la norma. Algunos argumentan que no son lo suficientemente sustanciales para reducir la deuda estadounidense y que quedan muy lejos de un proyecto de ley anterior para elevar el techo de la deuda que los republicanos de la Cámara de Representantes aprobaron en abril. 

Otros, en cambio, están molestos porque se les excluyó de las negociaciones. De ahí que algunos senadores de ambos partidos hayan pedido añadir algunas enmiendas. Por ejemplo, el conservador Rand Paul, de Kentucky, y el demócrata Tim Kaine, de Virginia, han expresado su intención de proponer cambios. Estos van desde los recortes presupuestarios y una suspensión más corta del techo de la deuda hasta la eliminación de la autorización para construir el controvertido oleoducto Mountain Valley.

US President Joe Biden departs the White House

US President Joe Biden departs the White House Michael Reynolds Efe

Si bien es poco probable que se aprueben enmiendas, si no se les da la oportunidad de votar, ciertos senadores han amenazado con utilizar las reglas del Senado que permiten a cualquier miembro retrasar el proyecto de ley una semana. Al hacerlo, se posterga así el proceso más allá de la fecha límite del 5 de junio, lo que abocaría a Estados Unidos al default

Un default en Estados Unidos tendría consecuencias catastróficas, afectando no solo al país, sino también a la economía mundial. En caso de impago, la confianza en los pagos oportunos del Gobierno podría erosionarse, lo que debilitaría el dólar estadounidense, provocaría una caída en las acciones y comprometería la estabilidad financiera global. Esta perspectiva ha generado preocupación entre los economistas sobre un destino que se presupone peor que la crisis financiera de 2008.

Hoy por hoy, no existe un precedente histórico para un incumplimiento de pago en el país, por lo que es imposible predecir exactamente cómo se desarrollarán las cosas. No obstante, con el contador casi a cero, los senadores tienen por delante la difícil tarea de ponerse de acuerdo y evitar una crisis de dimensiones internacionales