Un soldado lanza un dron de reconocimiento Orlan-10.

Un soldado lanza un dron de reconocimiento Orlan-10. Europa Press Europa Press

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Rusia estrecha el cerco sobre Pokrovsk y obliga a Ucrania a tratar de salvar uno de los últimos bastiones de Donetsk

Moscú asegura que los soldados ucranianos en la zona han comenzado a rendirse, pero Kiev lo niega y despliega a sus fuerzas especiales para frenar al enemigo en combates que ya han alcanzado el área urbana.

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Las claves

Rusia ha incrementado su presión sobre Pokrovsk, un importante bastión ucraniano en la región de Donetsk, movilizando cientos de miles de soldados para asediar la ciudad.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha ordenado el despliegue de fuerzas especiales en Pokrovsk, considerando su defensa y la expulsión de soldados rusos infiltrados como una prioridad crucial.

El Pentágono ha aprobado la entrega de misiles Tomahawk a Ucrania, aunque la decisión final recae en el presidente estadounidense Donald Trump, quien ha mostrado reticencias sobre el envío.

La situación en el frente se complica para las tropas ucranianas. Rusia ha estrechado el cerco sobre Pokrovsk, uno de los últimos bastiones del óblast de Donetsk aún en control de Ucrania y clave a la hora de frenar el avance del ejército invasor.

Mientras la batalla se recrudece en el terreno, el cruce de versiones sobre la situación refleja dos realidades contradictorias. Moscú asegura que miles de soldados han sido rodeados y ya han comenzado a rendirse, pero Kiev niega esta información y ha ordenado el despliegue de fuerzas especiales para impedir la toma de la ciudad.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reconocido la dificultad que atraviesan sus soldados y ha calificado la defensa de Pokrovsk y la expulsión de los soldados que ya se han infiltrado en la zona como "la gran prioridad".

La localidad, situada al noroeste de la región, contaba con unos 65.000 habitantes antes del inicio de la guerra. Tras meses de asedio, apenas un millar de civiles permanecen en una zona cuyo interés estratégico es doble.

Por un lado, Rusia pretende capturarla para hacerse con un centro de control logístico que aceleraría la toma completa de Donetsk, ya controlada en su mayoría por Moscú y cuya soberanía es reclamada por el Kremlin en cada negociación.

Por otro, Rusia pretende lanzar el mensaje a Estados Unidos de que Ucrania no puede resistir militarmente y que la anexión de sus objetivos al este del país es una salida razonable al conflicto.

Zelenski se ha mostrado abierto a la propuesta de alto el fuego de Trump, que congelaría la línea en el frente tal y como está. Pero Rusia reclama la retirada total de Ucrania, que aún controla el 30% del territorio en Donetsk.

El ejército ruso ha acumulado unos 170.000 soldados en la región y supera en ocho a uno en número al enemigo. Zelenski ha reconocido que parte de estas tropas (11.000 hombres, según cálculos del ejército ucraniano) se han infiltrado en la zona urbana y logrado avances durante la semana.

El jefe del ejército ucraniano, el general Oleksander Sirski, ha reconocido que la situación es "complicada", pero tacha de "propaganda rusa" las declaraciones del Kremlin que apuntan a que miles de soldados han sido rodeados y han comenzado a rendirse.

El asedio sobre Pokrovsk comenzó a intensificarse en el verano de 2024, pero los grandes avances rusos han llegado en las últimas semanas. Al igual que en Bajmut o Mariupol, la ciudad está prácticamente arrasada.

Tomahawks

Tras el rechazo del presidente estadounidense, Donald Trump, a la entrega de misiles de largo alcance Tomahawk al ejército ucraniano, el Pentágono daba luz verde este viernes a ceder este material crítico a Kiev.

La decisión final sigue en manos del mandatario norteamericano y podría suponer una nueva escalada en el conflicto, pero también la única manera de equilibrar una situación cada vez más compleja en el frente.

Trump ha llegado a esgrimir que Estados Unidos no iba a regalar material "necesario para proteger su país", pero el Pentágono ha elaborado un informe que determina que proveer a Ucrania de estos misiles no comprometería su seguridad.

Donald Trump se despide de su gira asiática con su característica gorra.

Donald Trump se despide de su gira asiática con su característica gorra. Evelyn Hockstein Reuters

Desde Washington han utilizado estos misiles, con capacidad para alcanzar objetivos a larga distancia (incluido Moscú), para elevar la presión sobre Ucrania o Rusia en función del momento.

El republicano ha expresado su frustración por la falta de avances y la negativa de Moscú a considerar su plan para alcanzar un alto el fuego, algo que ha llevado a EEUU a cancelar la reunión con Putin que iba a tener lugar en Budapest para debatir sobre el futuro de Ucrania.