Novedades en torno a la cueva de La Araña tres años después de que fuera descubierta. El estudio de la Universidad de Granada, pedido por la Junta de Andalucía antes de adoptar la decisión final para con el lugar, determina que se trata de un espacio geológico de "elevado valor natural y científico". 

Por todo ello, y especialmente por la presencia en la cueva de elementos geológicos singulares a escala internacional muy bien representados, sostienen que "debería ser preservada en su totalidad". 

Desde la administración autonómica señalan que todavía faltaría por llegar otro documento, que a su vez tendría que ser supervisado por dos consejerías, por lo que "todavía no hay conclusión definitiva". "Se está recabando toda la información lo más completa y diversa posible para decidir sobre la protección", apuntan las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL de Málaga.

Los científicos subrayan que la cavidad "debe ser incluida" en el Inventario Andaluz de Georrecursos de la Junta de Andalucía y debe ser "salvaguardada" con una figura legal de protección que restrinja los usos y actividades autorizables en el pequeño entorno de la cueva (unos 25.000 m2 de extensión), tanto en superficie como subterráneamente.

Al ser la cueva un elemento puntual y de gran valor, la figura de protección ideal según recogen los investigadores debe corresponder con la categoría 3 establecida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), entre los que se incluyen la figura de Monumento Natural. 

Cabe señalar que la cueva de La Araña es una cueva kárstica de origen hipogénico (debido a la acción de fluidos corrosivos de origen relativamente profundo y quizás también por la mezcla de aguas dulces y saladas marinas), con un desarrollo fundamentalmente horizontal (19 m de desnivel máximo) y constituida por más de 500 m de conductos ramiformes relativamente voluminosos

El texto sostiene que en su interior se han identificado 23 formas endokársticas, incluyendo morfologías erosivas, espeleotemas y depósitos detríticos. La existencia de depósitos de guano y marcas de úrsidos indican que la cavidad estuvo abierta al exterior en el pasado, antes de su descubrimiento fortuito en 2021.

Con respecto a las nuevas investigaciones, sostienen que el debate sobre el origen y la evolución de la cavidad, y sus espeleotemas más emblemáticos, refuerza el interés científico de la misma, y abre una puerta a posibles estudios futuros que aclaren los interrogantes actuales sobre el origen de este tipo de cavidades. "Todo ello, evidentemente, siempre que se conserve la misma", subrayan.