Fernando Grande-Marlaska felicita a Pedro Sánchez, tras su investidura, el jueves pasado.

Fernando Grande-Marlaska felicita a Pedro Sánchez, tras su investidura, el jueves pasado. Efe

Política NUEVO GOBIERNO

Fernando Grande Marlaska, ministro del Interior

Dentro de tres meses, el exjuez batirá el récord de longevidad de Barrionuevo al frente de la cartera: sus retos, la inmigración y pacificar la Guardia Civil.

20 noviembre, 2023 10:48

Por primera vez, en un cambio de Gobierno, la noticia no es que Pedro Sánchez ha hecho una revolución. La novedad es que mantiene a su núcleo duro, si bien algunos asumen nuevas competencias, en una especie de barajeo de los nombres de cada cartera.

Por ello, uno de los nombres del día podría decirse que es el del ministro que, en todas las crisis, era el máximo candidato a la caída, pero siempre resiste: Fernando Grande-Marlaska seguirá como ministro del Interior por tercer mandato consecutivo.

Currículo

Dentro de sólo tres meses, Marlaska (Bilbao, 1962), batirá el récord de longevidad de José Barrionuevo, el primer ministro del Interior de Felipe González. Implicado en los GAL, que lo llevó al banquillo y a la cárcel por su implicación en el secuestro del ciudadano hispano-francés Segundo Marey y por la malversación de fondos que sirvieron para montar esta estructura de terrorismo de Estado contra ETA. 

Son sólo cinco los ministros que llevan en el Gabinete con Sánchez desde que el 1 de junio de 2018 llegó al poder, gracias a la moción de censura a Mariano Rajoy. Su nombre, entonces, fue una sorpresa, porque siempre se le había vinculado a posiciones conservadoras, cercanas al PP.

Antes de ser ministro (lo es desde 2018), ejerció como vocal del Consejo General del Poder Judicial (2013-2018). Es diputado por Cádiz desde mayo de 2019, cuando ya llevaba casi un año al frente del Ministerio. 

Es licenciado en Derecho económico, por la Universidad de Deusto. Con 25 años ya era juez, con plaza en los Juzgados de Primera Instancia de Santoña (Cantabria). Allí permaneció dos años, para regresar a su ciudad natal, durante casi una década, como titular en el Número 2 de Instrucción de Bilbao.

Su carrera en la judicatura siempre fue fulgurante, y en 1999 ya había ganado la plaza de presidente de la Sección Sexta de lo Penal en la Audiencia Provincial de Vizcaya. Allí sólo permaneció cuatro cursos, porque con apenas 41 años ya llegaba a la Audiencia Nacional, al frente del Juzgado Central de Instrucción nº 5. Después de tres años, pasó a la Sala de lo Penal, en 2007 se hizo cargo del nº3 de Instrucción y en 2012 ya era el presidente de la Sala de lo Penal.

Balance de gestión

De siempre, Interior ha sido una cartera quemaministros, pero Marlaska ha sobrevivido a todo, incluso a la presión de los socios de Sánchez, tanto los de coalición como los aliados parlamentarios.

Todos los partidos nacionalistas e independentistas lo han señalado en diversas ocasiones. Y el ex vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, pidió su salida del Gobierno más de una vez, tanto por la gestión de la inmigración como por no proteger a su familia, que sufrió escraches continuados en el chalé de Galapagar en el que vive junto a su pareja, la ministra saliente, Irene Montero, y los hijos de ambos.

Uno de sus primeros propósitos fue la retirada de las concertinas de las vallas de Ceuta y Melilla para evitar que los inmigrantes que las saltaban quedaran heridos por los cortes. Sin embargo, fue con él como ministro cuando se produjo la mayor tragedia en la frontera, en junio de 2022. Al menos, 23 subsaharianos, según las cifras oficiales, murieron aplastados en el puesto fronterizo entre Nador y Melilla.

Según varias ONG, esa cifra casi habría que duplicarla. El caso sigue siendo un escándalo internacional.

Como ministro, también ha completado el traslado a prisiones cercanas al País Vasco de todos los condenados etarras, incluidos los que tenían delitos de sangre. Esa actuación le ha valido a Marlaska las críticas de las víctimas del terrorismo.

Marlaska ha tenido encontronazos continuos en la Policía y en la Guardia Civil. En el primer caso, por no lograr la equiparación salarial con otros Cuerpos de seguridad autonómicos. Pero también por asuntos más simbólicos, como la concesión de medallas pensionadas que han sido recurridas una y otra vez por, presuntamente, utilizar baremos poco claros.

En la Guardia Civil ha sido denunciado por "ceses arbitrarios" y por negar ascensos, como el del coronel Pérez de los Cobos, que la Justicia le ha obligado a rectificar. En este Cuerpo ha sido incapaz de implantar la estabilidad: ha habido cuatro directores en cinco años, todo un récord. 

Posición en la amnistía

El renovado ministro del Interior es uno de los miembros del Gobierno que más claramente se posicionó en el pasado contra la amnistía, como concepto, y contra concedérsela a los implicados en el procés, en particular. Ya en 2019, Marlaska recordó a ERC que la amnistía "no está reconocida" en el ordenamiento jurídico español.

Todas las veces que el PSOE dijo que la amnistía era inconstitucional

La argumentación del ministro y juez no dejó lugar a dudas, durante una visita a La Línea de la Concepción (Cádiz) con motivo de la campaña electoral del PSOE para las elecciones de diciembre de 2019. Según Marlaska, el único marco normativo válido en este ámbito son la Constitución y la legislación vigente: "Todas las pretensiones que se formalicen tienen que ser en el marco de la Constitución Española y de la ley".

Retos

El principal reto de Marlaska en su renovada etapa al frente de Interior será la gestión de la inmigración ilegal: el año 2023 lleva camino de ser el que más migrantes ilegales llegados a España registre desde que hay datos. En lo que va de año, las cifras ya duplican las de 2022, con más de 40.000 personas que han arribado a las costas españolas, sobre todo en patera vía las Islas Canarias.

Ése será su mayordesafío, bajo la presidencia de un Sánchez que se estrenó con la acogida "solidaria y humanitaria" del 'Aquarius' y que se comprometió con Podemos y con los electores a acabar con las llamadas 'devoluciones en caliente', cosa que nunca ha cumplido.

La relación de España con su vecino del sur, Marruecos, ha sido la más conflictiva y le ha tocado de lleno en este aspecto. Aunque en los últimos meses, son los convenios de patrullas conjuntas y colaboración con Senegal y Mauritania, que datan de las épocas de Zapatero, los que se han cuestionado.

Además, el conflicto del Sáhara entre Rabat y Argel ha motivado una relajación de las autoridades de Argelia en el control de la salida de embarcaciones por el Mediterráneo hacia las costas de Andalucía y Baleares.

La Guardia Civil: Marlaska deberá encontrar cómo dotar de recursos necesarios a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para esas misiones más graves, como la del control de la inmigración ilegal en frontera, la persecución del terrorismo yihadista e incluso la posible infiltración regímenes enemigos a través de sicarios. No es mal ejemplo, la sospecha de que esto ha ocurrido recientemente en el intento de asesinato de Alejo Vidal-Quadras con Irán de fondo.

En este punto, poner orden en la Guardia Civil será clave para Interior. Según las asociaciones de agentes, éstos están siendo los peores años en el cuerpo desde la época de Luis Roldán, en los años 90.

En 2023 se ha producido un hecho inédito, con tres directores del instituto armado en apenas seis meses. María Gámez, muy discutida por los agentes, pero defendida por Marlaska a capa y espada, dimitió por la implicación de su marido en una de las ramas del caso ERE de Andalucía. Su puesto lo recogió Mercedes González, que era delegada de Gobierno en Madrid... y que dejó el cargo sólo mes y medio después, porque Sánchez adelantó las elecciones y entró en las listas por la circunscripción de la capital. Este gesto fue interpretado como una "falta de respeto" al cuerpo, según las asociaciones, y como un movimiento político defensivo por parte del presidente y de ella misma, dado que las encuestas anticipaban una derrota sin paliativos del PSOE.

Tras ella, fue Leonardo Marcos quien tomó el cargo de director del cuerpo. Sus relaciones con las asociaciones representativas del instituto armado están siendo muy polémicas, y ya fue mal recibido por las mismas al llegar. Al hecho de ser el tercer director en pocos meses se añadía el hartazgo de los guardias por cuestiones operativas y laborales, además de la nula experiencia de Marcos en el cuerpo, pues toda su carrera se había desarrollado en los servicios de Emergencias, como Protección Civil.

La misión de Marlaska será tratar de calmar a la Guardia Civil, un cuerpo policial pero militarizado, y que, por esa condición, deja un estrecho margen a la libertad de expresión y de organización sindical entre los agentes.

En estos años, además de la implicación de la familia de Gámez en el caso ERE, han estallado escándalos como el llamado 'caso Mediador'; otros de presuntos desvíos de fondos en la construcción y renovación de cuarteles, el llamado 'caso Cuarteles', con empresarios amigos de mandos saliendo beneficiados en polémicos contratos; o retrasos con los compromisos de la equiparación de sueldos de los agentes con las policías autonómicas; y finalmente, el acuerdo político para entregar sus competencias de Tráfico a la Policía Foral de Navarra.