El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la bancada socialista este miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la bancada socialista este miércoles durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. J.J. Guillen EFE

Política 28-M

Las seis leyes clave para la izquierda en las que Sánchez necesitará a Bildu a partir de junio

El Gobierno dejará correr un velo sobre las listas de exetarras para no amenazar el final de la legislatura. 

18 mayo, 2023 02:41

La presencia de 44 exmiembros de ETA en las listas de EH Bildu ha entrado en la campaña electoral y desde luego no tiene pinta de querer salir. No lo hizo el martes, durante las ruedas de prensa semanales que habitúan a hacer todos los partidos (a excepción del PSOE, que se la saltó), y desde luego no lo hizo este miércoles, durante la sesión de control, en la que ni siquiera el presidente del Gobierno pudo esquivar la polémica de sus socios, como era su intención. Al fin y al cabo, todavía los necesita.

La suave reprimenda de Pedro Sánchez a la formación liderada por Arnaldo Otegi no tiene más lógica que la electoral: los socialistas no pueden ganar votaciones en el Congreso de los Diputados sin el voto de los independentistas, y sin leyes que anunciar no hay campaña que vender.

Fuentes de Moncloa lo justifican con el argumento de que, al menos en Madrid, Bildu prioriza la "agenda de izquierdas" por encima de la nacionalista, convirtiéndose así en aliado estratégico del PSOE para no recurrir a la geometría variable. La relación, desde entonces, es simbiótica entre ambas formaciones.

[El Gobierno trasladó a Bildu su malestar por la inclusión de condenados en sus listas del 28-M]

Así lo demuestra el largo historial de acuerdos alcanzados, pero también todas las leyes que han quedado enterradas en un cajón y que, en los próximos meses, el Gobierno de coalición espera usar como munición electoral para las generales de final de año. Hasta entonces, a pesar de la regañina del miércoles, la posibilidad de romper con los independentistas ni está ni se la espera.

Estos son los motivos:

1. Ley de Familias

Unidas Podemos condicionó su apoyo a los últimos Presupuestos Generales del Estado a que el PSOE desbloqueara la Ley de Familias, la medida estrella de Ione Belarra, pero la cosa no ha ido del todo bien. A la esperada oposición de PP, Vox y Ciudadanos se han unido fuerzas como el PNV, dejando al Gobierno en la estacada durante la fase final de tramitación. Hasta ERC amagó a finales de abril con presentar una enmienda a la totalidad.

Así con todo, al Ejecutivo de coalición no le sobran amigos. Bildu, que hasta pocas semanas antes había validado varios de los puntos finales de la ley, se echó atrás en el último momento acusando al Gobierno de invasión competencial. Dicho de otro modo, de legislar algunos aspectos que están en manos de las autonomías. 

Desde entonces, los independentistas negocian con el Ministerio de Derechos Sociales para enmendar el texto, eliminar "el riesgo" de esa invasión y terminar su tramitación parlamentaria después del 28-M. Hasta entonces, la ley seguirá varada en el Congreso con prórrogas semanales hasta que Bildu y ERC decidan desbloquearla.

2. Ley de Salud Mental

Se anunció a bombo y platillo durante la pandemia, cuando se dispararon los casos de ansiedad y depresión, y desde entonces duerme en un cajón. El Congreso avaló en octubre de 2021 la proposición de ley con el voto a favor del PSOE, Unidas Podemos, ERC, EH Bildu, Más País, Compromís y hasta Ciudadanos, pero con la abstención del PP y el rechazo de Vox y del PNV.

Desde entonces, el periodo de enmiendas ha recibido 66 prórrogas debido, otra vez, a la invasión competencial. El Gobierno y sus socios llevan cerca de dos meses con la vista fija en el día después de las elecciones autonómicas para empezar a revivir todo el paquete sanitario, pero las negociaciones se llevan en secreto. Y el voto de Bildu no puede faltar.

3. Ley Darias

El diputado del PDeCAT Ferrán Bel avisó en enero de que el Gobierno estaba tramitando dos leyes que le quitaban el sueño. Una era la Ley de Vivienda, aprobada este jueves en el Senado, y otra la Ley Darias, que sigue bloqueada. La razón: "Bajo una capa de avances sociales, se pretende hacer una involución encubierta de las competencias autonómicas".

Bajo esta bandera se unieron todos los grupos independentistas en el Congreso, también EH Bildu. La formación vasca, no obstante, es una de las más dispuestas a llegar a un acuerdo común "para no impedir avances sociales de la mayoría", como dijo su diputado Oskar Matute. Así las cosas, fueron los últimos en dar luz verde a la Ley de Vivienda.

4. Ley de Secretos Oficiales

Esta misma semana la candidata de EH Bildu al Parlamento de Navarra, Laura Aznal, pidió "remover los obstáculos" de las leyes de Amnistía y Secretos Oficiales (que data de 1968) y que impiden el esclarecimiento de crímenes de la dictadura y la Transición. Los independentistas fueron una parte clave en la negociación para la Ley de Memoria Democrática, la cual consideraban una primera parte de esta, pero desde entonces no se han movido de su sitio.

La reforma de los secretos oficiales lleva encallada desde entonces, con EH Bildu en plena cruzada contra el ministro Félix Bolaños. Las negociaciones, de momento, están congeladas hasta después de las elecciones autonómicas, hasta cuando los dos partidos puedan darse un respiro de su fría cordialidad actual.

5 y 6. Leyes de Eficiencia

La ley de eficiencia organizativa del servicio público de Justicia es uno de los proyectos clave del Gobierno para el final de legislatura. El motivo, a pesar de no haber acaparado titulares, es que esta ley (sumada a la ley de eficiencia procesal, su ley hermana) está entre los hitos que pide Europa para enviar fondos europeos Next Generation.

Las leyes tienen un problema. En septiembre, el PSOE les introdujo una enmienda que servía para facilitar los desahucios en 48 horas y toda la izquierda, Podemos y Bildu incluidos, se lanzaron a proclamar que "nunca" aprobarían un texto así. La cuestión es que los socialistas pensaban que tenían el apoyo del PP, pero los populares retiraron su voto en el último momento y no piensan devolverlo. 

Ahora la pelota está de nuevo en el tejado del PSOE, si es que quiere los fondos europeos. Al tratarse de dos leyes orgánicas, los socialistas necesitan al menos 176 apoyos (los escaños del bloque de investidura) en Pleno del Congreso para aprobarlas, pero nadie se moverá del sillón hasta que retiren la dichosa enmienda.

La situación terminará de resolverse durante el verano, ya con la cabeza pensando en las generales y los partidos perfilando sus estrategias. Entonces, Sánchez necesitará la munición electoral de los fondos europeos tanto como necesitará los votos de EH Bildu.