El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont

El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont Efe

Política

Puigdemont pide romper las fronteras "impuestas" y convertir Cataluña en la Dinamarca del sur

En un artículo en 'The New York Times', acusa a España de ser un país represivo y autoritario que sirve como modelo para Turquía y China. 

4 diciembre, 2019 08:14

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El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acusa a España de ser un país represivo con "rasgos autoritarios" como Turquía y China y llama a los pueblos marginados a romper las fronteras "impuestas por la historia" equiparando Cataluña con Dinamarca. 

En un artículo en The New York Times, Puigdemont defiende la viabilidad de una Cataluña independiente bajo el paraguas de la Unión Europea y denuncia la actitud "antidemocrática" de España, que mantiene una línea "autoritaria" que está siendo seguida por países como Turquía, donde, dice, el Gobierno ha "justificado la destitución de funcionarios electos kurdos siguiendo el ejemplo de España". Apunta también que China ha defendido la violencia policial en Cataluña "legitima su represión" contra los manifestantes de Hong Kong.

Ante esto, Puigdemont advierte que "este modelo antidemocrático de lucha contra las disputas fronterizas o los movimientos independentistas establece un precedente que agravará los problemas territoriales en todo el mundo, validando la violencia institucional contra las minorías". 

El expresident afirma que el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 es un recordatorio "crítico" de la importancia de las de las fronteras y la soberanía de los estados más pequeños y las "regiones autónomas" en el mundo moderno". Y remarca que el objetivo de esta consulta fue demostrar que era un "ejercicio de democracia" que empoderó a "poblaciones marginadas" al anular los límites y las fronteras que la "historia les ha impuesto". 

Una Dinamarca del sur

Es en este punto donde Puigdemont compara a Cataluña con Dinamarca y considera que "puede gobernarse sin ser tragado por sus vecinos más grandes" como un estado independiente "bajo el paraguas de la UE". Explica que los Estados más pequeños son más "pacíficos y abiertos al comercio"  y que no es casualidad que entre los 10 países "más prósperos y democráticos" del mundo esté Dinamarca, con menos de 10 millones de habitaciones y "defensores de los derechos humanos". Como Cataluña, intenta hacer ver. "Les preocupa menos controlar el territorio que mejorar la vida de sus ciudadanos", apunta. 

Como ejemplo de la forma de resolver los conflictos, evoca las consultas de Escocia y Quebec como una "guía para todos los países sobre cómo las luchas sobre el territorio deben ser resueltas. 

El expresident concluye que si pueden escoger su propio futuro, "los estados que obtengan la independencia por medios no violentos y democráticos abrirán el camino para que la democracia liberal prospere en el mundo".