La Guardia Civil ha detenido a dos hombres y una mujer de entre 29 y 56 años que habían encontrado una oportunidad de negocio desde que el precio del diésel y de la gasolina se ha puesto por las nubes. Durante los últimos meses, según el instituto armado, los tres arrestados se habían dedicado a hurtar combustible de una treintena estaciones de servicio del centro del país -concretamente de las provincias de Toledo, Madrid, Ávila, Cuenca y Guadalajara- para después revenderlo a un euro por cada litro en la Cañada Real, una barriada de infraviviendas ubicada a las afueras de la capital de España. 

El modus operandi de los tres supuestos ladrones era siempre el mismo: actuaban por las tardes, cuando acudían a las gasolineras a bordo de un vehículo de renting al que habían colocado unas placas de matrícula robadas de otros coches, con el objetivo de impedir su identificación. Uno de los miembros del grupo, ataviado con un mono de trabajo y con un chaleco reflectante para parecer un empleado de la estación de servicio, se bajaba del coche y llenaba de combustible varias garrafas de gran capacidad que habían colocado estratégicamente en el maletero. Cuando estaban llenas, se marchaban sin pagar.

Así lograron hacerse, desde noviembre del pasado año, con gasóleo valorado en más de 18.000 euros, una lucrativa actividad ilícita que acabó cuando los agentes pudieron determinar que uno de los miembros del grupo pernoctaba habitualmente en un hospedaje en la madrileña localidad de Velilla de San Antonio. Eso permitió identificar también a sus dos compañeros y detener a todos ellos poco después, aunque opusieron una gran resistencia.

Gran resistencia

Según ha comunicado la Guardia Civil, en el momento del arresto los implicados circulaban en un vehículo tipo SUV, perteneciente a una empresa de renting y con las placas de matrícula falsificadas, que utilizaron para embestir a las dos patrullas del instituto armado que les dieron el alto. 

El momento más peligroso se vivió cuando, con el vehículo de los delincuentes ya totalmente bloqueado por la Guardia Civil, el conductor del mismo se bajó y trató de agredir con un punzón a los agentes que iban a detenerle, aunque no le fue posible debido a la rápida actuación de los funcionarios.

Los miembros del grupo, además, portaban en el coche varias matrículas robadas, una luz de vehículo policial y varias dosis de heroína.

A los tres detenidos, que han pasado a disposición del Juzgado de primera Instancia e Instrucción Nº5 de Alcalá de Henares (Madrid), se les atribuyen 30 delitos de estafa de combustible, un delito de robo con violencia o intimidación, 20 delitos de falsificación de placas de matrícula, 30 delitos contra la seguridad del tráfico, tres delitos de desobediencia grave y tres delitos de atentado contra agentes de la autoridad.