Imagen | Cristina Peri Rossi, 50 años verso a verso

Imagen | Cristina Peri Rossi, 50 años verso a verso

Poesía

Cristina Peri Rossi, 50 años verso a verso

Recorremos la dilatada trayectoria poética de la Premio Cervantes, marcada por el desgarro, erotismo y la libertad, a través de 13 poemas de sus libros más significativos

11 noviembre, 2021 08:48

DEDICATORIA

La literatura nos separó: todo lo que supe de ti
lo aprendí en los libros
y a lo que faltaba,
yo le puse palabras.

Evohé, 1971

ESCORADO

Mirándola dormir
dejé que el barco se inclinara
lentamente hacia un costado
precisamente el costado
sobre el que ella dormía
apoyando apenas la mejilla izquierda
el ojo azul
la pena negra de los sueños
y por verla dormir
me olvidé de maniobrar
pensando en las palabras de un poema
que todavía no se ha escrito
y por ello
era el mejor de todos los poemas
tan sereno
tan sutil como su piel de mujer casi dormida
casi despierta,
tan perfecto como su presencia inaccesible
sobre la cama,
proximidad engañosa de contemplarla
como si realmente pudiera poseerla
allá en una zona transparente
donde no llegan las sílabas orando
ni el clamor de las miradas
que quieren acercarse
en la falsa hipócrita intimidad de los sueños.

Descripción de un naufragio, 1974

REMINISCENCIA

No podía dejar de amarla porque el olvido no existe
y la memoria es modificación, de manera que sin querer
amaba las distintas formas bajo las cuales ella aparecía
en sucesivas transformaciones y tenía nostalgia de todos los lugares
en los cuales jamás habíamos estado, y la deseaba en los parques
donde nunca la deseé y moría de reminiscencias por las cosas
que ya no conoceríamos y eran tan violentas e inolvidables
como las pocas cosas que habíamos conocido.

Diáspora, 1976

LA PASION

Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un
      siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.

Babel bárbara, 1991

DISTANCIA JUSTA

En el amor, y en el boxeo
todo es cuestión de distancia
Si te acercas demasiado me excito
me asusto
me obnubilo           digo tonterías
me echo a temblar
pero si estás lejos
sufro entristezco
me desvelo
y escribo poemas.

Otra vez Eros, 1994

HISTORIA DE UN AMOR

Para que yo pudiera amarte
los españoles tuvieron que conquistar América
y mis abuelos
huir de Génova en un barco de carga.

Para que yo pudiera amarte
Marx tuvo que escribir El Capital
y Neruda, la Oda a Leningrado.

Para que yo pudiera amarte
en España hubo una guerra civil
y Lorca murió asesinado
después de haber viajado a Nueva York.

Para que yo pudiera amarte
Catulo se enamoró de Lesbia
y Romeo, de Julieta
Ingrid Bergman filmó Stromboli
y Pasolini, los Cien Días de Saló.

Para que yo pudiera amarte,
Lluís Llach tuvo que cantar Els Segadors
y Milva, los poemas de Bertolt Brecht.

Para que yo pudiera amarte
alguien tuvo que plantar un cerezo
en la tapia de tu casa
y Garibaldi pelear en Montevideo.

Para que yo pudiera amarte
las crisálidas se hicieron mariposas
y los generales tomaron el poder.

Para que yo pudiera amarte
tuve que huir en barco de la ciudad donde nací
y tú resistir a Franco.

Para que nos amáramos, al fin,
ocurrieron todas las cosas de este mundo
y desde que no nos amamos
sólo existe un gran desorden.

Aquella noche, 1996

ORACIÓN

Líbranos, Señor,
de encontrarnos
años después,
con nuestros grandes amores.

Inmovilidad de los barcos, 1997

ASÍ NACE EL FASCISMO

                              (La lección de guitarra, Balthus)

En el campo de concentración
de la sala de música o ergástula
la fría, impasible Profesora de guitarra
(Ama rígida y altiva)
tensa en su falda el instrumento:
mesa los cabellos
alza la falda
dirige la quinta de su mano derecha
hacia el sexo insonoro y núbil
de la Alumna
abierta como la tapa de un piano.
Ejecuta la antigua partitura
sin pasión
sin piedad
con la fría precisión
de los roles patriarcales.

                 Así sueñan los hombres a las mujeres.
                 Así nace el fascismo.

Las musas inquietantes, 1999

XXI

       Y vino un periodista de no sé dónde
a preguntarnos qué era para nosotros el exilio.
no sé de dónde era el periodista,
pero igual lo dejé pasar
El cuarto estaba húmedo estaba frío
hacía dos días que no comíamos bocado
sólo agua y pan
las cartas traían malas noticias del Otro Lado
“¿Qué es el exilio para usted?” me dijo
y me invitó con un cigarrillo
No contesto las cartas para no comprometer a mis parientes,
“A Pedro le reventaron los dos ojos
antes de matarlo a golpes, antes,
sólo un poco antes”
“Me gustaría que me dijera qué es el exilio para usted”
“A Alicia la violaron cinco veces
y luego se la dejaron a los perros”
Bien entrenados,
los perros de los militares
fuertes animales
comen todos los días
fornican todos los días,
con bellas muchachas con bellas mujeres,
la culpa no la tiene el perro,
sabeusté,
perros fuertes,
los perros de los militares,
comen todos los días,
no les falta una mujer para fornicar
“¿Qué es el exilio para usted?”
Seguramente por el artículo le van a dar dinero,
nosotros hace días que no comemos
“La moral es alta, compañero, la moral está intacta”
rotos los dedos, la moral está alta, compañero,
violada la mujer, la moral sigue alta, compañero,
desaparecida la hermana, la moral está alta, compañero,
hace dos días que sólo comemos moral,
de la alta, compañero,
“Dígame qué es el exilio, para usted”

El exilio es comer moral, compañero.

Estado de exilio, 2003

DE AQUI A LA ETERNIDAD

Descubrir a Dios entre las sábanas
—no en el templo fariseo
ni en la altiva mezquita—
sábanas blancas
sudario del amor que te cubría
manto sagrado
iniciar la bienaventurada ascensión
de tu piel a la eternidad
de tu vientre al círculo celestial
sentir a Dios en tus húmedas cavidades
en el grito vertiginoso
de la jauría de tus vísceras
saber
que Dios está escondido entre las sábanas
sudoroso
consagrando tu sangre menstrual
elevando el cáliz de tu vientre
descubrir de pronto que Dios
era una diosa,
última ascesis,
de aquí a la eternidad.

Estrategias del deseo, 2005

EPITAFIOS

Un editor me pide
que escriba gratis mi epitafio
Prepara un libro con epitafios
de varios autores vivos

—qué idea más macabra
debe de habérsela copiado
a un editor anglosajón—

Seguramente el editor no sabe
que hace veinte días
me atropelló un auto
y estoy postrada
la pierna derecha en alto
una fractura
un hematoma interno
una quemadura de tercer grado

(el auto no me hubiera dado tiempo
a escribir mi epitafio)

Rechazo la idea

pero al cabo de un tiempo me hace gracia

así que le envío un email
con mi epitafio
“Si no pedí que me trajeran
¿por qué me echan?”

Playstation, 2009

LA NOCHE Y SU ARTIFICIO

Amo la noche y su artificio
ausente la luz diurna
brillantes los faros
soliloquio de semáforos
que guiñan sus tres ojos
y parpadean en la inmensidad nocturna
negra como mar
Amo la noche y su artificio
la noche maquillada
la noche ebria de desconocidos
abrazados a los últimos árboles
como a viudas
suspendidas las certezas del día
suspendidas las rutinas de la vigilia

la noche feroz
de borrachos que pelean por un culo de botella
la noche de mujeres hombres
y de hombres mujeres
embriagados
en soñadora confusión original
confusión de óvulos y deseos
de espermatozoides y sueños imposibles

la noche feroz y sentimental
de emociones intensas y soledades íntimas
la noche argumental como una película antigua
la noche solitaria del gato huérfano
y sin abrigo

la noche que nos elevaba al paraíso
con los brazos en cruz
mientras te amaba
mientras me amabas
y la eternidad acariciaba nuestros cuerpos fundidos
pátina de belleza
derramada sobre la mejilla el libro
el espejo las voces
y la pequeña cicatriz de tu pie
invisible
para los amantes bruscos y desatentos

La noche y su artificio, 2014

DESEOS

Alquilé la habitación 225
del hotel La Torre
-Calella de Palafrugell-
una pequeña habitación
dos camas iguales
-una vacía-
dos sillas
una puerta pintada de blanco
con pasador de bronce
que va a dar al mar
y un discreto escritorio azul
para el papel sin escribir.
Aquí estuvo Lawrence Durrell
-le digo a la ingenua camarera-
¿Lawrence qué? -pregunta-
Un gran follador -le digo-
la camarera se turba se ruboriza
Somos un hotel familiar -se excusa-
No tengo familia -le digo-
pero tengo muchos libros
y muchas ganas de ver el mar
El hotel debería tener un cartel
de esos que dicen: la casa es chica
pero el corazón es grande
También tengo muchas ganas de verte
y de hacer el amor contigo
aunque sólo sea por haber sido la última.

Las replicantes, 2016