Image: Días que serán

Image: Días que serán

Poesía

Días que serán

Juan Carlos Marset

23 junio, 2017 02:00

Juan Carlos Marset. Foto: Archivo

Tusquets. Barcelona, 2017. 206 páginas, 16 €

Biógrafo de María Zambrano y director de la revista de arte, música y literatura Sibila, Juan Carlos Marset (Albacete, 1963) obtuvo el Adonáis en 1989. Merecedor de los elogios de Claudio Rodríguez, ha publicado cuatro libros de poemas. Los tres primeros tienen el telón de fondo de ciudades extranjeras: Nueva York, Nápoles, Londres.

Días que serán, dividido en tres partes, se inicia con dos versos de Góngora. En la primera sección, "Lo que pasó", un arcángel viejo y un ángel joven surgen entre naranjos y manzanos. El escritor contempla un brocal, una culebra, unos pájaros hambrientos. Se oyen gemidos en parajes con vertedero y acequia. El desengaño es transmitido con gracia verbal. Los juegos mezclan la agonía de un perro, un litigio, una adivinanza, los vuelos de un cuervo alrededor de una cepa. Para observar sin ser visto, el autor se ha situado detrás de una celosía. Desde esta posición describe a veces un declive: "Una luz denigrante / deslumbra la alambrada / con insultos de blanca / ceniza".

Maestro del heptasílabo y del pentasílabo, Juan Carlos Marset usa con destreza las aliteraciones y rimas internas. Se recrea con la pluralidad de significados de cualquier vocablo. La segunda sección de la obra, "Partida parte", confirma las habilidades técnicas del poeta. Un largo homenaje al artista Juan Muñoz se puebla de fantasmagorías, reflejos, voces. Le sigue, con título y dedicatoria en francés, una evocación del universo en blanco y negro del pintor Ángel Alonso, exiliado y muerto en París. Marset menciona lugares de esta ciudad. Ofrece sus palabras a Cioran, María Zambrano, José-Miguel Ullán, César Antonio Molina, Luis de Pablo, entre otros. Presenta a Satán como "ángel de la ternura". La burla ingeniosa predomina en buen número de textos. Las polisemias y paronomasias persisten en "Está por ver", tercer apartado del libro. Los cuatro versos finales de "Parcas" nos dejan una sensación de circularidad: "Como recientes / perdidos vuelven / marchitos ya / los días que serán".

Bellamente editado, con ilustración de Juan Muñoz en la cubierta, Días que serán termina con un apéndice inesperado en un volumen de poemas. Se trata del libreto de una ópera titulada Lázaro. Cristóbal Halffter compuso la música. La cuarentena de páginas contiene diálogos intensos y sobresale la calidad de la prosa en las acotaciones. Al concluir el libro, queda la impresión de que Juan Carlos Marset prolonga la originalidad de Laberinto, su anterior poemario.