Image: Los Bin Laden. Una familia árabe en un mundo sin fronteras

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Ensayo

Los Bin Laden. Una familia árabe en un mundo sin fronteras

Steve Coll

11 septiembre, 2008 02:00

Foto de un joven Osama Bin Laden en los 80, cuando combatía a los rusos en Afganistán. Foto: Archivo

Traducción de Ana Guelbenzu, M. Alonso y D. Paradela. RBA. Barcelona, 2008. 600 páginas, 25 euros- Lea un fragmento

La primera generación -afirma un dicho árabe que existe también en otras lenguas- gana dinero, la segunda intenta conservarlo y la tercera lo derrocha. No ha sido así en el caso de los Bin Laden. El imperio empresarial creado por Mohamed Bin Laden, un pobre inmigrante yemení que hizo fortuna en la construcción con el patrocinio de la familia real saudí, ha sido incrementado por la generación de sus hijos, que han sabido diversificar sus inversiones internacionales en la era de la globalización, y entre los numerosos nietos no faltan jóvenes empresarios bien formados. El hecho de que uno de los veinticinco hijos varones del fundador sea Osama Bin Laden, el criminal más buscado del planeta, no ha afectado a la prosperidad de la familia, cuyos negocios siguen floreciendo, impulsados por el auge económico que para Arabia Saudí representa la subida del petróleo. Eso sí, la mayoría de los Bin Laden ya no son tan aficionados a residir en los Estados Unidos como solían serlo y El Cairo les resulta más acogedor que Orlando. Por lo demás, siguen combinando en diversas maneras sus creencias y costumbres ancestrales con el modo de vida occidentalizado de la elite global. Incluso entre los hijos del propio Osama no todos han seguido la senda de los barbudos islamistas. Mohamed, el primogénito, es un veinteañero que gusta vestir tejanos y gorras de béisbol y dirige una empresa especializada en la gestión de identidades corporativas (algo a lo que su padre también podría haberse dedicado con éxito, como lo demuestra su habilidad publicitaria para promocionar Al Qaeda). ésta es la historia que cuenta el periodista norteamericano Steve Coll, quien ha entrevistado a docenas de personas que en un momento u otro trataron con los Bin Laden y ha leído la abundante documentación pertinente, incluidos los voluminosos legajos de los procesos de divorcio que varios miembros de la familia han protagonizado. Si Osama se hubiera dedicado a los negocios o a darse la gran vida, como tantos de sus hermanos, el libro no habría tenido tanto eco, pero habría tenido el mismo interés como historia de una familia salida de un rincón de Arabia que se ha integrado en el mundo de los grandes negocios internacionales.

Algunas figuras están tan bien trazadas que al concluir el libro sentimos que nunca las olvidaremos. Es el caso de Mohamed, el fundador, y sobre todo de su extrovertido e histriónico hijo Salem, gran aficionado a los aviones y a las mujeres, por este orden, que se convirtió en jefe del clan familiar a la muerte de su padre. En cierta ocasión Salem reunió a sus cuatro novias occidentales, que no se conocían entre sí, y les propuso casarse con las cuatro, de acuerdo con la tradición islámica. Rechazaron la oferta, como era de temer, así es que sólo se casó con una de ellas, que previamente se había convertido al Islam, cumpliendo la promesa que hizo cuando Salem y ella estuvieron a punto de estrellarse en un avión que él pilotaba sobre el Nilo. Entre las acrobacias aeronáuticas y las fiestas en las que era capaz de beberse con sus invitados todo el champagne Dom Perignon disponible en el rincón de Florida donde tenía una casa, Salem Bin Laden encontró sin embargo tiempo para ser un hombre de negocios eficaz, aunque poco convencional. Su hermano y sucesor al frente de las empresas familiares, Bakr Bin Laden, impulsó una gestión más ortodoxa y continuó la línea de diversificación e internacionalización impulsada por Salem. Con todo, el núcleo del imperio empresarial siguió estando en las obras de construcción en Arabia Saudí y en el patronazgo de la corrupta familia reinante. Entre sus múltiples realizaciones estuvo la dotación de aire acondicionado a la inmensa mezquita de Mahoma en Medina. Sin duda millones de fieles deben estarles agradecidos por ello.

Una de las iniciativas de Bakr Bin Laden fue la de repartir entre hermanos y hermanas la herencia de su padre, que había permanecido indivisa, y ello nos conduce a la cuestión de la fortuna de Osama. éste recibió en 1989 una sustanciosa herencia pero no una suma fabulosa, pues fueron unos dieciocho millones de dólares, en participaciones empresariales y en metálico. Parte de esa fortuna le fue congelada por las autoridades saudíes en 1993, como resultado de sus actividades subversivas, y otra parte se empleó en sus poco rentables inversiones en Sudán, de donde fue expulsado en 1996, y en subvenciones a diversos grupos yihadíes. Su familia le repudió por entonces y él dejó de recibir ingresos provenientes de las empresas del grupo, aunque algunas de las víctimas del 11-S creyeran lo contrario y presentaran por ello una demanda, rechazada por un tribunal americano. Así es que la extendida noción de que Bin Laden ha financiado Al Qaeda con su fortuna personal es un mito, en el que creyó la propia CIA, que a finales de los años noventa le calculaba un patrimonio de trescientos millones de dólares. En realidad, Bin Laden puede ser considerado un empresario del terrorismo, por sus dotes de organizador, su instinto publicitario y su atención a las nueva tecnologías, y como tal empresario ha sido capaz de movilizar dinero ajeno, incluido el de muchos píos donantes saudíes de quienes no sabemos hasta qué punto estaban al corriente del empleo que se daba a sus donativos.

Otro extendido mito que Steve Coll desmiente es el de la juventud disipada del futuro terrorista. Muchos de sus hermanos disfrutaron de la bebida y otros placeres occidentales, pero Osama fue siempre un chico serio y tímido y su conversión al islamismo se produjo a los quince años, cuando estudiaba en un colegio de elite en su país natal. Entró en contacto con el islamismo a través de su profesor de gimnasia, que formó un grupo dedicado supuestamente al fútbol y al estudio del Corán. Uno de sus compañeros dejó el grupo tras advertir que allí se practicaba poco fútbol y se hacía una lectura peligrosa de la tradición, pero Osama había encontrado su camino. Tardó sin embargo mucho en convertirse en un enemigo de la familia real saudí, a quien los suyos habían servido con provecho desde los lejanos tiempos de Mohamed Bin Laden. La ortodoxia saudí se basaba en el fundamentalismo islámico y en cuanto a paranoia antisemita el rey Fahd no se quedaba corto frente a Osama Bin Laden. La disidencia llegó en los años noventa y fue entonces cuando la CIA empezó a interesarse por su actividad. Según un funcionario que lo consultó, en su dossier de la CIA no había por entonces referencias a sus andanzas en Afganistán en los años ochenta. Con lo cual cae otro mito, el de que el futuro terrorista hubiera sido financiado por los Estados Unidos.

El libro no aborda apenas los atentados del 11-S, acerca de los cuales lo mejor es leer el informe de la comisión que lo investigó, traducido al castellano, o el excelente libro de Lawrence Wright The Looming Tower: Al-Qaeda and the Road to 9/11. Ofrece en cambio un buen análisis de los últimos mensajes de Osama Bin Laden, que desde su remoto escondrijo pakistaní (suponemos) parece tener bastante tiempo para leer publicaciones occidentales. Sus críticas al mundo occidental y en particular a los EE.UU responden a la retórica islamista tradicional, pero incluyen elementos tomados de la izquierda anticapitalista, el movimiento antiglobalización y la derecha cristiana. Tampoco desdeña las anécdotas picantes pues presenta las peculiares actividades de Bill Clinton en la sala oval como una prueba de la inmoralidad americana.

Steve Coll ha realizado pues una importante contribución a la ya amplia bibliografía sobre Osama Bin Laden y su entorno. Proporciona un excelente retrato de su grupo familiar y desmonta además algunos mitos sobre quien dirigió la horrenda matanza del 11-S.

Bin Laden en las elecciones USA

Según Steve Coll, planea algo para interferir el 4-n

Steve Coll (Washignton D. C, 1958) advertía en una entrevista concedida a Spiegel que "Bin Laden está preparando algo para las elecciones norteamericanas". De hecho, "hace cuatro años envió un mensaje apoyando al Partido Demócrata, poco antes de la cita electoral, que fue, según el entonces candidato presidencial de ese partido, John Kerry, una de las principales razones de su derrota. Yo creo que desea volver a influir en Norteamérica otra vez. Existe una amenaza real de un nuevo ataque al alma de EE.UU de la que Al-Qaeda lleva tiempo advirtiéndonos". Cuando le preguntan si Bin Laden podría llegar a ser la última esperanza republicana de victoria, Coll no duda en afirmar que "éste será el año demócrata, a menos que ocurra una tragedia". Según el periodista, galardonado en dos ocasiones con el premio Pulitzer, Bin Laden se considera "un maestro de la globalización, y sus tecnologías".

LOS 10 LIBROS IMPRESCINDIBLES SOBRE EL 11-S




11-S. El Informe. Comisión Nacional de Investigación. Paidós. 2004

Dos años (2002-2004) duraron los trabajos de la comisión estadounidense encargada de investigar los atentados del 11 de septiembre de 2001. El resultado quedó reflejado en un informe cuyos contenidos fundamentales se recogen en este libro. Su publicación en EE.UU logró un importante éxito de ventas y llegó a ser adaptado al cómic en un muy reconocido trabajo de Sid Jacobson y Ernie Colon (Panini, 2007).




11/09/01. Noam Chomsky. RBA. 2002


El gran intelectual libertario estadounidense fue entrevistado por varios corresponsales extranjeros durante los dos meses posteriores a los atentados y con tales materiales hilvanó este ensayo de urgencia, una reflexión al pie de los acontecimientos que indaga en las consecuencias de los ataques y en la reacción de los americanos y su Gobierno.




La gran impostura. Thierry Meyssan. La Esfera de los Libros. 2004


El 11-S ha dado lugar a toda suerte de teorías conspirativas que han dado para escribir decenas de libros. Este es probablemente el más famoso de ellos, escrito por un periodista francés que intenta demostrar que ningún avión se estrelló en el Pentágono y que el propio Gobierno estaba implicado en los ataques o dejó conscientemente que ocurrieran para obtener una excusa para la guerras posteriores que acometería en Afganistán e Irak.



Al Qaeda. La verdadera historia del terrorismo radical. Jason Burke. RBA. 2004


Al Qaeda (La Base ó La Fórmula) fue el nombre con que la CIA bautizó en los 90 a toda una compleja y desorganizada constelación de grupos islamistas unidos por su empeño común en destruir Occidente. El investigador Jason Burke explica su genealogía e historia advirtiendo que, en dicho conglomerado difuso, Bin Laden no es más que un militante marginal.



La Yihad. Expansión y declive del islamismo. Gilles Kepel. Península, 2002


En esta obra ya clásica el profesor francés Gilles Kepel profundiza con su acostumbrada lucidez en las razones que explican el resurgir de la "guerra santa" en los tiempos de la globalización y la recreación que supone para el término "yihad", revestido en su manifestación actual de un odio tenaz a Occidente y sus formas de vida.



La Yihad en España. Gustavo de Arístegui. La Esfera de los libros. 2005


Con la bandera de la reconquista de Al Andalus, el islamismo radical se ha instalado en España y ha causado, con los atentados del 11 de marzo de 2004 un terrible dolor. Gustavo de Arístegui analiza en este volumen la implantación y expansión en nuestro país de los grupos yihadistas y a la vez difeencia con rigor islam de terrorismo.



Yihad. Habla Bin Laden. Brad K. Berner. Popular. 2008

El enemigo público número uno de Occidente, el supervillano Bin Laden, ha lucido durante estos años sus dotes comunicativas a lo largo de toda una serie de discursos, intervenciones televisivas y radiofónicas, que se recopilan en este libro, fundamental para consultar de primera mano las palabras del líder de Al Qaeda.



Mi vida en Al Qaeda. Omar Nasiri. El Andén. 2007


Omar Nasiri es el pseudónimo de un espía occidental que, de origen marroquí y educado en Bruselas, que, tras su iniciales titubeos con el islamismo radical, se convirtió en agente de seguridad para países europeos como Francia o Alemania. Una historia increible que transcurre en los campos de adiestramiento terrorista de Afganistán, en Argelia dentro del GIS y en los grupos durmientes europeos.



Vencer el miedo. Mi vida contra el terrorismo islámico. Magdi Allan. Encuentro. 2007


Magdi Cristiano Allan es un periodista italiano de origen musulmán que se convirtió al catolicismo de la misma mano del Papa Benedicto XVI y escribió este libro de denuncia de las características totalitarias del islamismo radical. Vencer el miedo constituye, como explicaba Juan Avilés en su reseña en El Cultural, "un llamamiento a no dejarse vencer por el arma más poderosa con que cuentan los terroristas, los integristas y los fanáticos de toda laya: el propio miedo".



Blackwater. Jeremy Scahill. Paidós. 2008

Una de las derivaciones informativas más importantes de la Guerra de Irak en la que se sumergió Estados Unidos amparándose en su "Guerra contra el terrorismo" islamista, llevó al conocimiento de la opinión pública la existencia de ejércitos secretos de mercenarios que actuaban con impunidad y violencia desmedida en el país. Blackwater es la principal y multimillonaria empresa del sector y, en este libro el periodista estadounidense Jeremy Scahill disecciona y saca a la luz su oscura organización y sus manejos.